Podemos pide medidas para combatir la discriminación por acento y “dignificar” todas las variedades del español

Los perros de la Plaza de Santa Ana, uno de los símbolos de Las Palmas de Gran Canaria

Europa Press

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Unidas Podemos ha pedido en el Congreso el despliegue de medidas que combatan la burlas e incluso la “discriminación” por cuestión de acento, especialmente del sur de España. Para garantizar la igualdad efectiva, pide que se despliegue una campaña institucional que reivindique “la dignidad de todas las variedades y modalidades lingüísticas”.

Una problemática que detecta sobre todo en las regiones del sur y que connotan “prejuicios”, “estereotipos” y “burlas” que derivan en la “estigmatización” para quien se expresa con el acento característicos de su lugar de origen.

Así lo traslada el grupo parlamentario mediante una proposición no de ley (PNL) registrada en la Comisión de Cultura y Deporte de la Cámara Baja, impulsada por la diputada María Márquez y suscrita también por la portavoz adjunta de la formación, Sofía Castañón. En su exposición de motivos de la iniciativa, Unidas Podemos describe que es obligación de los poderes públicos proteger la igualdad que consagra la Constitución y en todo el ordenamiento jurídico, que también garantiza la “diversidad lingüística”.

“Si las lenguas han sido consideradas siempre como expresión de la identidad cultural de los pueblos, los acentos son el reflejo de nuestras historias, nuestras raíces y vínculos territoriales”, desgrana la proposición.

“Sentimiento de inferioridad”

Sin embargo, constata que “con frecuencia” esas modalidades lingüísticas “son objeto de burla, de estigmatización e incluso de discriminación” y recurre a la terminología acuñada por el sociolingüista Philippe Blanchet, que describe este fenómeno como “glotofobia” y advierte de que puede llevar a que personas con determinados acentos vean afectados sus derechos, como el acceso a un trabajo o a la vivienda.

A continuación, Unidas Podemos asevera que en España los acentos “más discriminados son los del sur” Extremadura y cita expresamente a Andalucía, Murcia o Canarias como algunas de las regiones que “sufren más glotofobia o hablismo (accentism)”.

“El rechazo hacia los modos de hablar que no se ajustan al estándar está teñido de prejuicios ligados a la región o a la clase social, de estereotipos que nublan la percepción del otro y lo estigmatizan. Es frecuente que el hablante estigmatizado desarrolle toda una estrategia de encubrimiento de un rasgo que siente como 'vergonzoso', causa de un doloroso sentimiento de inferioridad, y que tienda a adoptar, especialmente en situaciones de formalidad o distancia comunicativa, un español más estándar”, describe la iniciativa.

Ese “sentimiento de inferioridad”, a su juicio, explica también la “exaltación orgullosa” del “acento andaluz” en una campaña publicitaria reciente de una marca de cerveza -con la recreación de la cantante Lola Flores como protagonista-, como si hubiera un “único acento dentro de las hablas andaluzas, al mismo tiempo que se reivindican rasgos no lingüísticos del acento, como el brío, la pasión o la alegría de vivir, elementos que paradójicamente profundizan aún más los tópicos”.

“Ideología lingüística centralista, purista e inmovilista”

Además, señala que frecuentemente se asocian determinadas hablas meridionales en estas regiones con una “falta de nivel educativo y cultural” y la apelación despectiva de “rústico, paleto, vulgar, grosero”. Para ilustrar ese componente, recoge una polémica entrevista radiofónica de la exministra popular Ana Mato cuando afirmó que “los niños andaluces son prácticamente analfabetos” o cuando una diputada “afeó” a la ministra de Hacienda, María Jesus Montero, su habla andaluza asociándolo a “barrios pobres” (las 3000 viviendas).

“En estos casos, la discriminación por el acento sirve de cauce de expresión a un profundo sentimiento clasista”, enfatiza la PNL de la formación morada para, también, aludir a determinados acentos que se relacionan con un tipo de habla “gracioso”, un “tópico” que provoca que esas personas se les perciba como “poco expertos” en registros formales.

A su vez, la iniciativa cita estudios desplegados en Alemania que indican una “brecha salarial por acento” que puede llevar a una penalización del 20% del sueldo mientras que en Francia otras investigaciones revelan que un 16% de la población confiesa sentirse discriminado por su habla a la hora de buscar empleo.

Por tanto, alerta de que esa estigmatización nace de una “ideología lingüística centralista, purista e inmovilista”, que se empezó a desarrollar con el nacimiento de los estados nacionales modernos, y se sustenta en “la idea errónea de que solo existe una única forma correcta de hablar”.

Algo que, parafraseando a la lingüista Tove Skutnabb-Kangas, busca “legitimar y reproducir” la “división desigual del poder y de los recursos sobre la base de la lengua”.

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