La presidenta de la Asociación de Víctimas, Pilar Vera, mostró este jueves, tras la proyección ante la prensa del documental JK5022: Una Cadena de Errores, el absoluto desacuerdo de la Asociación con el archivo de la causa mediante el que “se liberó” a los dos mecánicos de tierra que eran los únicos imputados y “se condenó de por vida a las víctimas”, al tiempo que anunció que se recurrirá en amparo ante el Tribunal Constitucional y que también se acudirá al Tribunal de Estrasburgo.
“Nunca podremos tener paz porque nos han negado la justicia”, manifestó Vera tras denunciar “la falta de colaboración de la justicia española” y de la compañía Boeing, fabricante del aparato, durante el proceso.
En este sentido, tanto Vera como otros miembros de la Asociación subrayaron que su deseo es que las circunstancias que condujeron al accidente no se vuelvan a producir, pero que con el reciente fallo judicial “van a seguir volando aviones que no sean revisados” por la negligencia de las compañías y la competitividad entre ellas por ofrecer mejores precios, así como por la ausencia de inspectores oficiales de la administración, de los que dijeron que “sólo hay dos, y ahora sólo uno”.
En este sentido, subrayaron que con el archivo judicial de la causa “seguirá siendo más barato pagar indemnizaciones si hay accidentes que invertir en seguridad aérea” aunque estadísticamente vuelvan a producirse accidentes.
“¿Cuántos muertos van a hacer falta para que algo cambie?” se preguntó Vera tras indicar que su asociación seguirá llevando a cabo actuaciones fuera de nuestro país “pese al Gobierno de España” y “la falta de voluntad” de las distintas instituciones por esclarecer la verdad.
En el documental estrenado este jueves, que ha contado con financiación de Televisión Española en Canarias, y que ha sido dirigido por la realizadora Ione Hernández, se abunda en la tesis, acreditada tanto durante la instrucción del sumario como por la propia Comisión de Investigación de Accidentes de Aviación Civil (CIAIAC), de que la avería del sistema de alerta sonora de una mala configuración para el despegue (TOWS) impidió que la tripulación se apercibiera de que la aeronave no tenía desplegados los alerones -flaps y slaps- necesarios para ello.
Dicha avería habría sido consecuencia de los fallos de la sonda de temperatura (RAT) y de la posterior reparación inadecuada de la misma por los mecánicos de tierra, al estar ambos mecanismos alimentados por el mismo relé.
''Los mismos huecos y fallas latentes“
El decano del Colegio Oficial de Pilotos de Aviación Comercial (COPAC), Luis Lacasa Heydt, manifestó que en la actualidad siguen existiendo en España en materia de seguridad aérea “los mismos huecos” y “fallas latentes” que cuando el 20 de agosto pasado se produjo en Barajas el siniestro de un avión de Spanair en el que murieron 154 personas.
Lacasa señaló que dichas carencias también afectan a “las actitudes” respecto a la seguridad aérea de las compañías y los poderes públicos y animó a la Asociación de Víctimas del JK5022 que ha patrocinado el documental a que prosiga con la labor que ha llevado a cabo durante estos cuatro años pese al revés judicial que supuso hace poco más de un mes el archivo por la Audiencia Provincial de Madrid de la causa penal que se seguía por la tragedia.
“El accidente fue consecuencia de una forma de hacer las cosas y se podía haber evitado si se hubieran hecho las cosas de otra manera”, dijo Lacasa tras tomar la palabra entre el público, en la rueda de prensa posterior a la proyección. “Y nuestro gran fracaso como sociedad es que cuatro años después se siguen haciendo de la misma manera”, agregó.
En esta misma línea Lacasa señaló que mientras la asociación citada ha sido durante estos años “el pepito grillo que nos ha puesto ante el espejo para que cambiemos nuestras actitudes”, los distintos sectores corporativos a los que concierne la seguridad aérea habían estado tratando de eludir sus responsabilidades “volcándolas en otros” y sin ocuparse “de lo que podemos hacer para que esto no vuelva a suceder”.
Lanzarote y Detroit
En 2007, un avión como el accidentado en Barajas sufrió en Lanzarote un incidente gravísimo al despegar sin flaps ni slaps, por el mismo motivo que el de Barajas, si bien al no tener viento de cola y estar algo menos cargado de combustible pudo remontar el vuelo.
En 1987, en Detroit, otro avión fabricado por Boeing se accidentó, muriendo también 154 personas, por razones similaresa las de la tragedia de Barajas.