''No quise darle el gusto de suplicarle, de arrodillarme ante él“. La abogada Josefina Navarrete relató este viernes en el programa Tiempos Modernos de CANARIAS AHORA RADIO el episodio de violencia que sufrió el 4 de enero de 2011, cuando el que entonces era su marido, el ex presidente de la Cámara de Comercio de Gran Canaria José Miguel Suárez Gil, le encañonó con una pistola con bala en la recámara. El empresario fue condenado por amenazas y coacciones, pero no cumplió la pena en prisión al carecer de antecedentes policiales.
''Lo que Suárez Gil buscaba era una escena de humillamiento. A nivel penal, puede que sea menos condenable que el intento de homicidio, pero,a nivel moral, es mucho más rechazable“, relata Navarrete, que considera que la reacción de su exmarido se debió a que fue ”la primera mujer que le dijo no“. Meses antes del incidente, Suárez Gil le confesó ”en un ataque de rabia o celos“ que había pagado a una persona para que investigara a una ex pareja de la abogada, con la que estuvo relacionada en 1995. ''En ese momento asomó su verdadera personalidad, me di cuenta que había vivido cuatro años en una absoluta mentira”, cuenta.
Días después, el ex presidente de la Cámara de Comercio intentó justificar su actuación. “Me dijo que un hombre se tiene que poner los pantalones de vez en cuando. Yo le dije que se los dejara puestos, que conmigo no los iba a volver a utilizar”, recuerda la abogada.
Tras un viaje a Miami, Navarrete regresó a Gran Canaria para alojarse en su piso de soltera. El 4 de enero acudió al domicilio de Suárez Gil en Tafira Baja para recoger sus pertenencias acompañada por una amiga. El empresario, que se encontraba con su sobrino, las hizo pasar a su despacho. ''Cogió una funda de lona tipo bandolera, levantó la tapa, sacó la pistola y la amartilló.Era una 9 milímetros igual que las que utilizaba ETA. Me apuntaba a mí, permanentemente“.
El discurso que pronunció Suárez Gil mientras se desarrollaba la escena delataba, según Navarrete, su temor a “quedar mal ante la sociedad” de Las Palmas de Gran Canaria si ella le abandonaba. La abogada relata que la amenazó con “pegarle dos tiros” y después suicidarse. ''Cuando su sobrina y mi amiga salieron, se plantó de pie ante mí, sujetando el arma con las dos manos, y me preguntó donde quería que me disparara. En la frente, le dije, mirándole a la cara. ´Él me respondió que hasta para eso era lista, que ahí me iba a doler menos“, rememora.
Fue la amiga de la abogada quien llamó por teléfono a la Policía tras “saltar por la cancela y echarse a correr”. Mientras esto ocurría, y ante la amenaza de Suárez Gil, Navarrete le pidió pronunciar unas últimas palabras. ''Le dije que no creía que mi actitud le hubiera dolido tanto, pero que si lo hubiera sabido, lo hubiera planteado de otra forma. Quería ganar tiempo porque me di cuenta de que mi amiga iba a hacer algo“.
Instantes después, el sobrino del empresario tocó la puerta del despacho y le comunicó que la Policía estaba fuera. ''Se puso nervioso, no se lo esperaba, le desarboló y se alejó de donde me estaba encañonando. En aquellos momentos estaba convencida de que me había querido matar“, asevera Navarrete.
Tras ser detenido y pasar unos 15 días en prisión, Suárez Gil fue condenado por delitos de amenazas graves y coacciones. El juez decretó una orden de alejamiento que, según Navarrete, ha vulnerado en multitud de ocasiones. La abogada ha querido dar el paso y contar su historia tras un año de silencio para “conseguir que las mujeres que están calladas lo cuenten y logremos que cambie la situación”.