Qué está pasando en Canarias para anotar estas cifras desorbitadas de contagios de COVID-19

Canarias lleva tres días seguidos anotando cifras de contagios nunca vistas a lo largo de esta pandemia. Este miércoles fueron 1.207 casos, el jueves 1.482 y este viernes, 1.670. En solo tres jornadas se ha pasado de 7.670 casos activos a 11.253, lo que ha hecho que la curva de contagios dibuje prácticamente una línea recta ascendente inédita en estos últimos dos años.

La incidencia acumulada a siete días ha pasado de 163,33 casos por cada 100.000 habitantes 305,98 en ese lapso de tiempo, algo que resulta “preocupante” al Gobierno de Canarias. Así lo manifestó el viceconsejero de Presidencia, Antonio Olivera, durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno semanal, en el que se analiza el Informe Diario de Situación COVID en Canarias elaborado por la Consejería de Sanidad y se toman en consideración las observaciones de Salud Pública.

La situación más grave, según palabras de Olivera, es la de la isla de Tenerife, que anotó 1.000 positivos este jueves y que este viernes ha incluso rebasado esa cifra, con otros 1.149 casos.

Pero, ¿qué ha pasado en las islas para que se haya pasado en apenas una semana de una curva ascendente, pero progresiva, a un salto abrupto que ha dejado una gráfica inédita a las puertas de las Navidades? Desde hace unos días la Consejería de Sanidad ya apuntó algunas causas, que fueron ampliadas por Olivera en su rueda de prensa.

Para analizarlas hay que retroceder hasta hace aproximadamente un mes, cuando todas las islas se encontraban en nivel 1 de alerta sanitaria y las restricciones en el archipiélago estaban en niveles mínimos. Como ocurre siempre, con menos medidas, los contagios acaban por subir, pero en esta ocasión lo han hecho de una forma no vista antes en las islas, salvo en una ocasión, cuando Lanzarote subió al nivel 4. Estas son las causas, según el Gobierno canario:

  • “Aumento notable” de la movilidad debido, explicó Olivera, entre otras causas, al puente de la Constitución. Los días festivos facilitaron que muchos canarios decidieran viajar o desplazarse por las islas, entre islas y fuera de ellas.
  • Aumento de las actividades de ocio. Durante ese mismo puente se organizaron numerosas actividades multitudinarias en distintas ciudades del archipiélago y, aunque Olivera no mencionara ninguna, cabe señalar que Santa Cruz de Tenerife y La Laguna, las ciudades con más contagios en estos días, acogieron distintos actos masivos durante aquellos días. La capital tinerfeña celebró un Plenilunio (actividades de ocio, gastronomía y mercadillos) mientras que La Laguna hizo lo propio con una Noche en Blanco (actividades culturales y de ocio en el casco lagunero).
  • “Relajación” de la gran parte de la población debido al aumento de las tasas de vacunación, que produjo una sensación de seguridad ante los posibles contagios que derivó en falta de cumplimiento de las medidas de prevención contra el coronavirus
  • La aparición de la variante Ómicron, especialmente en Tenerife. Este jueves Sanidad confirmó que en las islas hay 78 casos de esta variante, 65 de ellos en Tenerife. Esta variante, indicó Olivera, es mucho más contagiosa: “Afortunadamente sus consecuencias no son tan intensas pero puede acabar llegando a población vulnerable, causando ingresos en UCI y fallecimientos de personas”.
  • Colectivos sin vacunar, como los menores de 12 años, que muestran una mayor incidencia de los contagios, así como el grupo de 20-29 años, donde la pauta completa no está muy extendida.

Otra de las causas, en este caso, aludida por Sanidad, es que el mayor número de positivos cada día “genera un incremento de rastreo, con lo que la detección de nuevos casos también se va acumulando”. Es decir, a más positivos identificados, más personas a las que se rastrea por posible contagio y, por tanto, mayor número de nuevos positivos localizados.

Además, la entrada en el otoño y las temperaturas más bajas ha llevado a que muchas reuniones familiares y sociales se celebren en interiores, en lugar de en exteriores, como en verano, lo que propicia los contagios.

Como en olas anteriores de la pandemia, sigue siendo determinante la llamada fatiga pandémica, un sentimiento de hartazgo que hace que muchas personas opten por no cumplir más con las medidas de prevención de los contagios, como el uso de la mascarilla o la distancia interpersonal de al menos 1,5 metros.

Ahora, a solo una semana para Navidad y con tres islas en nivel 3 de alerta, el Gobierno se plantea aumentar el número de comensales para las cenas y comidas de las fiestas (el 24, 25 y 31 de diciembre, y el 1 y 6 de enero), mientras busca el aval judicial para implantar, esta vez de manera obligatoria, el certificado COVID en el archipiélago.