Los remolinos que forman las corrientes marinas al sur de Canarias al ver interrumpida su trayectoria por las islas contribuyen “de manera fundamental” a que esas aguas reciban los nutrientes que llegan desde el Atlántico norte y a que sus ecosistemas sean más productivos.
El Instituto Español de Oceanografía (IEO) y el Sistema de Observación y Predicción Costera de las Islas Baleares (Socib) han dado a conocer este jueves los primeros resultados del estudio que han realizado en Canarias para conocer la variabilidad estacional de las corrientes del Archipiélago y de sus subcorrientes.
Para ello, soltaron al mar en diferentes puntos del archipiélago canario seis flotadores a la deriva, a merced de las corrientes, y registraron su movimiento con el paso de los días.
Los datos recibidos de las boyas han revelado las trayectorias de los remolinos ciclónicos y anticiclónicos a sotavento de Canarias (en el punto opuesto al lugar de donde sopla el viento dominante).
“Estos remolinos son el resultado de la perturbación del flujo de la corriente de Canarias al chocar con las islas y de bloqueo de los vientos Alisios (procedentes del nordeste) con las mismas”, explica el IEO en un comunicado de prensa.
Ese efecto pantalla que las islas crean sobre los Alisios y las corrientes del norte es el mismo que captaba la foto de satélite de Canarias que la Nasa eligió hace unos meses como imagen el año.
Los remolinos que provoca esa dinámica, apunta ahora el IEO, permiten el transporte de propiedades biogeoquímicas de la zona norte del océano, donde el agua es rica en nutrientes, a la zona del Atlántico subtropical, donde el mar es pobre en alimentos.
De eso modo, añaden los investigadores, “los remolinos juegan un papel fundamental aumentando la productividad de los ecosistemas en esta zona”·