MADRID, 10 (EUROPA PRESS)
Investigadores de la Universidad de Harvard, en Estados Unidos, aseguran que el riesgo de sufrir un infarto aumenta durante el periodo de duelo que se vive tras el fallecimiento de un ser querido. De hecho, durante la primera semana las probabilidades son hasta seis veces superiores que en una situación normal.
Según informa en su último número la revista 'Circulation', de la Asociación Americana del Corazón, el mayor peligro se presenta justo el día después de la pérdida, ya que el riesgo de infarto aumenta 21 veces.
Asimismo, el estudio también muestra que, a largo plazo, los cónyuges afectados por la pérdida tienen más riesgo de morir de enfermedades cardiacas o accidentes cerebrovasculares.
“Durante estas situaciones de extremo dolor y angustia se debe cuidar de uno mismo y buscar atención médica para vigilar los síntomas asociados con un ataque al corazón”, aconseja el coautor del estudio, Murray Mittleman, en declaraciones al Servicio de Información y Noticias Científicas (SINC).
Murray y su equipo revisaron las historias clínicas de 1.985 pacientes que habían superado un infarto entre 1989 y 1994, que tuvieron que responder en un cuestionario a preguntas sobre las circunstancias de su ataque al corazón y si habían perdido a alguien importante en sus vidas durante el año anterior al infarto. En la investigación también se les preguntaba cuándo había ocurrido la muerte y la importancia de su relación con el fallecido.
DURANTE EL DUELO AUMENTAN LOS NIVELES DE CORTISOL
Esta relación puede estar provocada por el hecho de que, cuando se inicia un proceso de duelo, las personas suelen dormir poco, perder apetito y aumentar los niveles más altos de cortisol, una hormona que se libera cuando se sufre estrés.
Además, el estrés psicológico causado por el sufrimiento intenso puede aumentar el ritmo cardiaco, la presión arterial y la coagulación de la sangre.
Por ello, ante estas situaciones la otra autora del estudio, Elizabeth Mostofsky, recomienda que los amigos y familiares de las personas afectadas por la muerte de un tercero proporcionen “apoyo inmediato para ayudar a prevenir este tipo de incidentes, sobre todo cerca del comienzo del proceso de duelo”.
De igual modo, los expertos creen que los profesionales médicos deberían ser conscientes de que quien guarda duelo presenta un riesgo de sufrir ataques al corazón muy superior al normal.