El robot submarino ROV Remora II de la compañía Phoenix International Holding escanea los fondos marinos en la zona atlántica donde se hundió el helicóptero del SAR accidentado el 19 de marzo, pero al menos hasta las 18:00 horas de este Jueves Santo no ha logrado dar con la aeronave, según los últimos datos suministrados a las familias de los cuatro militares desaparecidos.
Los familiares están “muy esperanzados” con el trabajo que realiza Phoenix Internacional desde el buque EDT Ares, que zarpó en la madrugada del martes desde el puerto de La Luz y de Las Palmas, y que cuenta desde el pasado viernes con el apoyo anticipado del buque Malaspina, del instituto hidrográfico de la Armada española.
Sin embargo, ni el Malaspina ni el robot Remora II han conseguido dar todavía con la localización exacta del aparato.
Antes de su partida hacia la zona de búsqueda, el Malaspina obtuvo todos los parámetros de viento y corrientes marinas que se daban en la zona del accidente en las horas previas y posteriores al accidente. Esa noche, soplaba un alisio suave de 1,5 nudos y se registraba una corriente marina de 20 centímetros de movimiento por segundo, según los datos que suministró al buque hidrográfico el Centro de Oceanografía y Cambio Global de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria que dirige el catedrático Alonso Hernández Guerra.
Con estos datos de viento y corrientes, los expertos en oceanografía estimaron que el helicóptero se hundió en vertical en el océano, dado que, pese a tratarse de una zona oceánica con presencia permanente de remolinos ciclónicos (masas de agua en movimiento circular), las corrientes no tenían la potencia suficiente como para provocar desplazamientos significativos de la aeronave durante su hundimiento.
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