Sólo le pegaba ''bofetones''

El acusado de intentar matar a su ex novia a golpes en septiembre de 2007 en la capital grancanaria ha reconocido este miércoles ante la Audiencia de Las Palmas que durante la relación le pegó “bofetones” cuando bebían alcohol, pero nunca le dio puñetazos ni intentó acabar con su vida ni la amenazó.

La víctima, sin embargo, ha declarado ante el tribunal que los puñetazos, insultos y amenazas fueron constantes desde que comenzó la relación, en 2002, y que sentía mucho miedo de él, por lo que retiró la denuncia que presentó contra el acusado por una paliza que le dio en 2003 y por la que tuvo que ser sometida a tratamiento médico y quirúrgico.

Unos golpes que el acusado, A.B., de nacionalidad rumana, ha negado que se los provocara él, pues ha explicado que se los hizo ella misma por la noche al darse un golpe en la frente contra un andamio que había en la casa donde pasaban los fines de semana, en el municipio grancanario de Moya, porque estaban reparando el techo.

El acusado, para quien su abogado solicita la absolución, ha manifestado además que no se explica las manchas de sangre encontradas en el domicilio de ella de la capital grancanaria la mañana del 27 de septiembre de 2007 cuando, según la fiscal y la acusación particular, intentó acabar con la vida de ella.

El presunto agresor ha dicho que abandonó la casa tras una discusión en la que ambos se dieron bofetadas, pero no vio “ni una gota de sangre”, a preguntas de la fiscal, que ha señalado que había sangre por las paredes y un gran charco en la habitación adonde, después de propinar un fuerte puñetazo en la cara la arrastró y continuó pegándole puñetazos y patadas, ha señalado la víctima.

Uno de los médicos que efectuó el informe forense de esta segunda agresión ha manifestado que quedó “sorprendido” cuando vio a la víctima por la “brutalidad” de las lesiones que se apreciaban, y que han generado una discapacidad física y psíquica del 66 por ciento, según el Gobierno de Canarias.

Relación “fatal”

La mujer, que ha declarado tras un biombo, ha calificado la relación que mantuvo con el acusado de “fatal” porque siempre hubo insultos y golpes, por los que ni siquiera podía ir a la playa para que no le vieran los moretones que el acusado le obligaba a tapar con pantalones largos y blusas de manga larga.

La fiscal de violencia de género, en sus conclusiones provisionales solicitaba para A.B. una condena de diez años por un delito de homicidio en grado de tentativa con la agravante de parentesco, así como 3 años más por un delito de violencia habitual y otros cinco por un delito de lesiones.

La acusación particular coincide con las penas de la cárcel de la fiscal, quien reclamaba además una indemnización de 120.000 euros.

Además de la pena de cárcel, la fiscal solicita para A.B., de nacionalidad rumana y en prisión desde el 25 de septiembre de 2007, que indemnice a su ex pareja con 120.000 euros y que se le prohíba acercarse a su domicilio o comunicarse con ella durante 18 años.

También reclama que durante diez años se le aplique la prohibición de aproximarse a menos de 500 metros de su ex pareja quien, entre otras secuelas, sufre trastorno por estrés postraumático.