Canarias ha roto su buena racha y ha comenzado a registrar una incidencia similar a la vista meses atrás. Durante las semanas posteriores a verano, el Archipiélago entró de lleno en una normalidad bastante parecida a la que había antes de que llegara la pandemia. El 14 de octubre, la incidencia acumulada (IA) a 14 días llegó a 33, 9 casos por cada 100.000 habitantes, una cifra a la que no llegaba desde agosto de 2020. Sin embargo, el periodo de registrar no más de 100 contagios diarios ha durado hasta noviembre, mes en el que el repunte que se lleva gestando desde hace semanas se ve algo más nítido.
Este martes, 9 de noviembre, se dispararon los casos de COVID-19 en Canarias al sumar 194 en tan solo 24 horas, la cifra más alta desde agosto. Amós García Rojas, presidente de la Asociación Española de Vacunología y jefe de Epidemiología del Servicio Canario de Salud, ha dicho que, como sociedad “nos hemos destensionado un poco” con respecto a la pandemia, pero ha advertido que “no está todo el pescado vendido” y que si siguen aumentando los casos “habrá que tomar medidas más drásticas”.
La isla que anota peores incidencias es Fuerteventura. Según el último informe epidemiológico de la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias, su IA a 14 está a 94 casos/100.000 personas y a siete días, a 47,68. Por tanto, ambos indicadores se encuentra en riesgo medio. El resto de islas, excepto El Hierro, también tiene estos indicadores en riesgo medio.
Ahora, con alrededor del 84% de la población canaria vacunada, hay que fijar la atención no tanto en la subida de los contagios, que también, sino en las cifras de capacidad asistencial. Lo cierto es que si nos vamos a los datos de cuando empezó este repunte, a mediados de octubre, el número de hospitalizados por COVID-19 rondaba los 70 pacientes en planta y la veintena en UCI. La cifra de ingresados en planta ha ido creciendo a cuenta gotas desde entonces, y este 9 de noviembre Sanidad registraba 133 pacientes por la enfermedad provocada por el coronavirus. En cuanto a las personas en la unidad de críticos, la cifra llegó a caer a 15 el 20 de octubre, pero este martes volvía a subir a 20 los pacientes COVID en UCI.
Si se desmenuzan estos datos por islas, Tenerife es la que tiene más ingresados en planta (76), le siguen Gran Canaria (50), Lanzarote (3), La Palma (3) y Fuerteventura (1), sumando un total de 133 hospitalizados por la infección en Canarias. Gran Canaria, por otro lado, es la isla que más pacientes COVID tiene en la UCI (12), delante de Tenerife (6) y Fuerteventura (2).
A pesar de que las dos islas capitalinas son las que lideran los datos de hospitalizaciones por COVID en la región, ambas mantienen esos dos indicadores de capacidad asistencial en riesgo bajo. El resto de islas los tienen en el riesgo mínimo, excepto La Palma, que también tiene la ocupación de pacientes COVID-19 en planta en riesgo bajo.
En este sentido, y en vista de los últimos datos epidemiológicos actualizados por la Consejería de Sanidad, es poco probable que, a pesar del repunte de la incidencia en las últimas semanas, alguna de las islas suba de nivel en los próximos días. El Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, que reúne al Ministerio de Sanidad con los consejeros de salud de las comunidades autónomas, aconseja subir del nivel 1 de alerta sanitaria (en el que se encuentran todas las islas del Archipiélago actualmente) al 2 una zona cuando esta tiene al menos dos indicadores del bloque I (IA a 7 y 14 días, IA a 7 y 14 días en mayores de 65, positividad y trazabilidad) y uno del bloque II (ocupación en UCI y en planta) están en nivel medio.
García Rojas vincula la subida reciente de casos con la baja cobertura de vacunación en varios países europeos y con la rebaja de las medidas de control. Aunque en España la intensidad de casos aún no es tan alta como en otros países europeos, hay que tener claro que “hay que seguir conviviendo” con el virus.
Además, asegura que las nuevas variantes, como la variedad delta plus, no tienen un riesgo añadido en cuanto a la gravedad, pero sí en la contagiosidad, puesto que “se puede difundir más fácilmente”, ha subrayado el epidemiólogo. Estas nuevas variantes seguirán proliferando si no se acomete la vacunación a nivel global, sentencia el experto.