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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

Los supervivientes de la tragedia migratoria que se cobró la vida de cuatro personas pisan tierra firme tras quince días a la deriva

El sonido del mar este martes en el Puerto de La Luz y de Las Palmas ha sido diferente. Cuatro personas han muerto en una patera a la deriva que intentaba alcanzar Europa, a unas 300 millas al sur del Archipiélago, y otra permanece en paradero desconocido. Entre los 25 supervivientes de la tragedia hay ocho menores, según ha informado Delegación del Gobierno a Canarias Ahora a falta de las pruebas médicas, y todos han desembarcado este miércoles a las 17.00 horas en Gran Canaria después de quince días navegando sin ninguna garantía.

Un despliegue de efectivos integrado por la Cruz Roja, la Policía Nacional, la Policía Científica, el Servicio de Sanidad Exterior y algunos intérpretes, entre otros, custodió el Muelle Elder desde las 14.00 horas a la espera de que llegara a la capital el petrolero Blue Bird, que rescató a los migrantes en medio del océano. Según fuentes de la Policía Nacional, la normativa obliga a trasladar a las personas al puerto seguro más cercano. Asimismo, explican que, a pesar de que lo habitual es que estén más cerca del sur de la Isla, las condiciones meteorológicas propias de esta época del año modifican las trayectorias.

Después de casi diez horas desde que se conoció la trágica noticia, los 25 supervivientes alcanzaron al fin tierra firme. Los primeros en subir al buque fueron los sanitarios. Un enfermero de Cruz Roja, un médico de Sanidad Exterior y otro del Servicio de Urgencias Canario estudiaron el estado de salud en el que se encontraban los migrantes. Tras comprobar que ninguno sufría enfermedades infectocontagiosas, solicitaron la presencia de los bomberos en el muelle para ayudar a desembarcar a tres personas que estaban muy débiles y que no podían moverse por sí mismas. En cuestión de minutos, los profesionales entraron en las dependencias del Puerto de La Luz. Poco tiempo después, una persona fue desplazada al Hospital Doctor Negrín en una ambulancia de Cruz Roja, seguida de una furgoneta de la Policía Nacional y del jefe superior de Policía.

Agentes de seguridad ayudaron a bajar del buque al resto de supervivientes, que tampoco tenían la fuerza física suficiente como para desplazarse por sus propios medios. Ya en tierra, Cruz Roja los cubría con mantas y los atendía. Mientras tanto, la forense Eva Bajo efectuaba el levantamiento de los cuatro cadáveres en el interior del Blue Bird, una función que el juez de guardia puede delegar tanto en ella como en la Policía Nacional.

Según fuentes de este cuerpo de seguridad, los cadáveres han sido trasladados al Instituto de Medicina Legal donde se determinarán las causas del fallecimiento. A partir de ahí, se les trata de identificar para trasladar a las autoridades pertinentes de los países de origen el fatal desenlace. Sin embargo, en muchas ocasiones ponerles nombre no es una tarea fácil, ya que con frecuencia vienen sin documentación y no son conocidos por el resto de tripulantes. “Muchos solo se conocen porque están en la misma embarcación y porque son víctimas de las mafias que se lucran de las migraciones”, señalan las fuentes de la Policía Nacional.

Casi 300 personas en cuatro días

Sobre las 11 de la mañana de este martes Cruz Roja informaba a este periódico que una embarcación que trataba de alcanzar las costas europeas había sido rescatada por el Blue Bird, un buque petrolero con bandera de Singapur. Con esta, la cifra de embarcaciones que ha recibido el Archipiélago en los últimos cuatro días asciende a once y en torno a 300 las personas que se han jugado la vida en el mar para llegar a las Islas.

En la embarcación que arribó este lunes al sur de Gran Canaria viajaban cinco bebés de entre seis meses y seis años “en muy buenas condiciones”, según informó Cruz Roja, y dos mujeres embarazadas que fueron desplazadas de inmediato al Hospital Materno Infantil. La madre de uno de los niños se encuentra en grave estado de salud, al igual que otro de los hombres que ocupaban la patera.

Todas estas personas se encuentran en situación administrativa irregular y, por tanto, serán internados en el Centro de Internamiento de Extranjeros de Hoya Fría, en Tenerife, al ser el único abierto en Canarias hasta el momento. El CIE de Barranco Seco, en Gran Canaria, sigue en obras, a pesar de que la Delegación del Gobierno preveía que volviera a estar disponible en agosto después de casi un año en reformas porque sus instalaciones no se ajustaban a la ley que se aplica a estos espacios. A pesar de ello, se prevé que reabra en noviembre.