El primer trasplantado de cara del mundo que incluye la mandíbula y lengua, un hombre de 43 años intervenido en La Fe de Valencia, evoluciona “muy bien” y en una semana podía ser dado de alta del hospital.
El paciente ya se ha visto en el espejo y está “encantado” ya que vuelve a tener el rostro de un ser humano que las complicaciones de radioterapia le desfiguró hace 11 años, aunque la recuperación física será “mucho más complicada”, según señaló este jueves el doctor Pedro Cavadas, que dirigió la operación.
Cavadas, acompañado del conseller de Sanidad, Manuel Cervera, el gerente del Hospital la Fe, Melchor Hoyos, el coordinador de Trasplante de La Fe, Juan Galán, y el doctor Landin, ofrecieron hoy una rueda de prensa para explicar los detalles del primer trasplante de España de cara, el octavo del mundo, auque el primero que se realiza desde la comisura de los labios hasta el cuello.
Al respecto, destacó que ya ha salido de la UCI y que está consciente en planta donde evoluciona favorablemente, aunque señaló que aún es “demasiado pronto” para descartar que se produzca una crisis de rechazo en el postoperatorio ya que la operación finalizó a las 5.30 horas del pasado miércoles tras quince horas y media en quirófano y con la participación de más de 30 personas.
No obstante, resaltó que la recuperación psicológica ya ha concluido porque el paciente, natural de Canarias, ha llevado en los últimos 11 años una vida “mísera” y ha pasado por un “calvario” ya que las lesiones producidas por la radioterapia le imposibilitaron incluso poder comer por sí mismo y los “múltiples” intentos de reconstrucción que se le practicaron no tuvieron éxito.
Por ello, explicó que se le planteó esta posibilidad y que al verse en el espejo está encantado al tener, aunque “hinchada, un rostro” y haber recuperado “la dignidad” y en unos meses se espera que “incorpore la cara como suya”. En cambio, la recuperación física será “mucho más complicada”.
Cavadas espera que tras el “normal” proceso de cicatrización que sigue, en una semana abandone el hospital, y comience con la fase de rehabilitación. Así, confía en que todo “si todo va como debe” en unos meses comience a recuperar la movilidad de la lengua, la capacidad del habla y la capacidad de tragar, ya que hasta ahora llevaba una sonda en el estómago, incluso la sensibilidad en la cara y el gusto. No obstante, será una recuperación “larga” y deberá de permanecer en Valencia al menos un año.
Todo ello, si no se produce, pese a que evoluciona “muy, muy bien” una crisis de rechazo en el postoperatorio a lo largo de las dos próximas semanas, plazo en el que concluye el peligro de que surjan complicaciones a corto plazo, aunque se cuenta con la ventaja de que al ser un órgano visible cualquier signo de rechazo se diagnóstica de forma muy precoz y pude ser tratado y, en última instancia, si se registrara una dificultad insalvable se podría retrasplantar. Además, constató que los peligros de rechazo, pese a que se le administra la medicación de “más alta tecnología” que existe, pueden surgir a lo largo de toda su vida, un riesgo que el paciente “conoce y acepta”.
Cavadas destacó que la ONT ha funcionado “como un reloj” porque encontró al donante en un tiempo récord de dos meses, lo que “nunca ha ocurrido en todo el mundo” teniendo en cuenta que a las dificultades de encontrar un donante de cara -mismo sexo, color de piel, características físicas y compatibilidad médica- en este caso debía reunir también una buena salud bucodental ya se le iba a trasplantar también la mandíbula.
Al conocer que existía un posible donante hubo que hacer “un encaje de bolillos” porque se encontraba en un avión en Kenia y pudo llegar dos horas antes de iniciar la intervención “con todo ya preparado”. No obstante, previamente, hace tres meses ya habían realizado una intervención para identificar todos los nervios sensibles y motores de la cara, lengua y mandíbula para el trasplante estropeadas por las sucesivas cirugías reconstructivas porque durante el trasplante no había tiempo para ello. “Una complejidad añadida”, remarcó.
Características de la intervención
Así, en el día de la operación en primer lugar preparó las estructuras del paciente y una vez identificados los nervios, arterias y venas procedió a extirpar la parte que necesitaban del donante, al que posteriormente “por respeto” se le colocó una prótesis para que no quedara desfigurado. Luego se le colocó al receptor la sección trasplantada con mucha por prisa por conectar arterias y venas para que volviera a circular la sangre ya que el tejido de la lengua aguanta menos tiempo sin riesgo que la piel. Por último, se procedió a suturar la laringe y la boca, reparar los nervios y fijar la mandíbula, así como a cerrar la piel.
El cirujano comentó que dado que se trata de una intervención pionera se preparó junto a su equipo haciendo simulaciones con cadáveres y ofreció su ayuda para compartir información con los equipos de Sevilla y Barcelona, que están a la espera de encontrar un donante para realizar este trasplante. En Valencia, indicó que está entrevistando más candidatos pero que no hay ningún otro paciente en lista de espera física, y que aunque el objetivo es iniciar un programa, en cualquier caso no se repetirá esta intervención hasta pasado unos meses porque “queda mucho que aprender”. “Esto no es una carrera”, argumentó.
Violación de la intimidad
Cavadas lamentó “la violación a la intimidad” que se ha producido al difundir datos del donante y señaló al respecto: “decir que su familia está molesta es un eufemismo y me consta que está preparando acciones legales”. Al respecto, advirtió que dar a conocer estos datos puede “perjudicar” al programa excepcional nacional de trasplantes. Del mismo modo, lamentó que se haya tenido que poner dos guardias de seguridad en la puerta de receptor para preservar su anonimato.
Del mismo modo, el conseller de Sanidad, Manuel Cervera, tras felicitar al equipo médico por este “hito, reclamó ”discreción“ porque, dijo, es ”la clave del éxito“ de que sigan los programas de trasplantes y recalcó que las filtraciones no procedieron de la Administración, que sólo facilitó a las cinco horas de haber concluido la intervención la edad y la causa del fallecimiento del donante ”como en todos estos casos“.