Una de cada tres mujeres atendidas por violencia de género en Tenerife ha convivido más de 50 años con el agresor

Tenerife Ahora

24 de mayo de 2022 23:50 h

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El 32,5% de las mujeres atendidas por violencia machista en el Instituto Insular de Atención Social y Sociosanitaria de Tenerife (IASS) ha vivido más de 50 años en un entorno de violencia. Así lo concluye un estudio presentado este martes por el Cabildo de Tenerife y que lleva por título La situación de las mujeres mayores de 65 años que sufren violencia de género en la Isla de Tenerife, que la Corporación insular encargó a la Universidad de La Laguna (ULL).

La vicepresidenta tercera y consejera de Acción Social, Marián Franquet, asegura que “este estudio era necesario y fundamental, ya que viene a desvelar cuestiones que realmente sabíamos, pero que necesitábamos cuantificar para poder actuar de manera eficaz y adecuada”. En este sentido, incide en que “no se puede tratar igual a una mujer de 20 años víctima de violencia de género que a una mujer de 65, porque son realidades e historias muy diferentes, que necesitan ser atendidas con herramientas específicas”.

Por su parte, la consejera delegada de Igualdad y Prevención de la Violencia de Género, Priscila de León, señaló que este estudio proporciona las bases para incorporar a las mujeres mayores de 65 años en la estrategia diseñada por el Cabildo para combatir la violencia de género. “Tanto a través de la Red Insular para la Igualdad de Género Tenerife Violeta como del resto de servicios y recursos de información, asesoramiento, formación, atención y acompañamiento que ofrece esta Corporación para las víctimas de este tipo de violencia”.

Destacó también que este estudio es el primer paso del proyecto Gaia, una iniciativa integral dirigida a las mujeres mayores que incluye talleres y actividades relacionadas con la autoestima, la participación, la brecha digital y el empoderamiento de la mujer mayor. “Y todo ello vinculado al programa Conecta Mayores, con el que desde el Cabildo queremos mejorar la calidad de vida y el bienestar de las personas mayores”, añadió

La profesora de la Universidad de La Laguna y coordinadora del estudio, Marta Jiménez, destacó que esta investigación aborda las distintas manifestaciones de la violencia machista (física, psicológica, sexual y económica), y explicó que la metodología incluyó una encuesta a 40 usuarias mayores de 65 años de los servicios especializados en Violencia de Género de Tenerife y cuatro entrevistas a mujeres mayores de 65 años en situación de violencia de género.

La investigadora recordó que se trata de un colectivo que fue socializado bajo el franquismo, un contexto que les enseñaba a asumir la represión y la opresión. “De hecho, el 85% de las mujeres encuestadas reconoció que la violencia comenzó a producirse prácticamente desde el inicio de la relación, y que esta, en muchos casos, se fue agudizando con el paso del tiempo”. Sin embargo, solo el 52,5% de las usuarias encuestadas llegó a denunciar su situación, añadió.

Relaciones sexuales por miedo y violencia ecónomica

El estudio también desvela que más de la mitad de las mujeres encuestadas mantuvieron relaciones sexuales con su marido o pareja por miedo a lo que pudiera hacerle si se negaba, y que el 60% estaban excluidas de la toma de decisiones económicas. “Pero es que, además, más de un tercio de las parejas o exparejas se apropiaban del dinero de ellas, y casi un 30 % de su patrimonio”, incidió la investigadora. 

Este análisis también recoge una serie de propuestas y orientaciones, como la necesidad de mejorar la detección de las situaciones de violencia de género y maltrato hacia las mujeres mayores de 65 años de la isla, de facilitar su acceso a los servicios especializados en violencia de género y de reforzar la coordinación interdisciplinar e interinstitucional a nivel comarcal.

Jiménez también hizo hincapié en la importancia de adaptar la atención y el acompañamiento a las mujeres mayores en los servicios especializados de violencia de género, de combatir las situaciones de pobreza material, aislamiento social y de vivienda que puedan derivarse de la ruptura con el agresor, y de incorporar formación, información, asesoramiento, atención y acompañamiento a los hijos e hijas adultos que han sido víctimas desde la Red de Violencia de Género.