El 15 de diciembre, el Ayuntamiento de Mogán anunciaba posible cortes en el suministro de agua en la zona de abastecimiento de Veneguera ante las labores de limpieza y desinfección en el depósito de la zona sureña; un día después, anunciaba la misma restricción en La Vistilla por idéntico motivo y, el 17 de diciembre, los habitantes de La Loma de Pino Seco-Vento también se verían afectados por las mismas tareas en la infraestructura Arguineguin II. En esta última, según el Sistema de Información Nacional de Aguas de Consumo (Sinac), el agua “no puede ser usada para beber, cocinar, preparar alimentos o en la industria alimentaria”.
Desde que el Consistorio anunciara el 28 de octubre el corte del suministro en el agua que abastece a Playa de Mogán y a los barrios del Cercado, el Hornillo, Lomo Quiebre y el Palmito por los elevados niveles de cloruro, el Ayuntamiento ha comunicado en redes sociales que ha intervenido en seis zonas más, todas ellas exponiendo un único motivo: labores de limpieza y desinfección de los depósitos.
Algunas de las zonas afectadas por los cortes de suministros, como Playa de Mogán o El Cercado, el agua tampoco puede ser utilizada para beber, cocinar o preparar alimentos destinados a ser consumidos por la población; y en Arguineguín I y Arguineguín II, la autoridad sanitaria refleja la misma indicación, pero añade que la causa del mal estado del líquido se debe a “los valores no conformes de cloruros y sodio”.
A lo largo de 2020, Mogán ha tenido nueve depósitos de abastecimiento de agua con niveles altos de cloruro y sodio en el agua y, según los datos del Ministerio de Sanidad, en 2019 el municipio recibió 125 boletines de calidad del agua como no apta para el consumo humano.
Los problemas en el suministro del agua en Mogán se remontan a 2014, cuando el Gobierno de Canarias expedientó al Ayuntamiento por incumplir los criterios sanitarios de la calidad del agua de consumo humano, cuando gobernaba el Partido Popular, vulnerando los artículos 18, 21, y 30 del Real Decreto 140/2003, de 7 de febrero. Un año después, gracias a los votos del PSOE, Onalia Bueno tomó el bastón de mando del Ayuntamiento al frente de Ciuca y en la zona de El Horno se detectó en 2017 que los niveles de cloro en el agua de abasto para consumo humano eran excesivos, una situación corroborada en el acta de la junta de Gobierno local celebrada el 29 de noviembre de ese año tras las quejas de los vecinos del barrio en relación a los picores en la piel, el fuerte olor a cloro y la ropa estropeada.
Además, desde 2018 se solicitó por parte de Nueva Canarias en la oposición que la alcaldesa del municipio, Onalia Bueno, pusiera en marcha un plan de vigilancia, mantenimiento, limpieza y desinfección de todos los depósitos de agua de abasto público del municipio, para prevenir de esta forma los cortes de suministro que se están produciendo durante los últimos meses.
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