MADRID, 7 (EUROPA PRESS)
La ubicación de gasolineras en núcleos urbanos, rodeadas de viviendas y centros públicos como hospitales, centros de salud, residencias o colegios, puede tener efectos nocivos para la salud de las personas, si no les separa una distancia mínima de cien metros, según se desprende de un estudio de la Universidad de Murcia (UM).
El estudio, que se publica en el 'Journal of Environmental Management' y que recoge Plataforma Sinc, demuestra que el aire de las gasolineras y de sus inmediaciones está sobre todo afectado por las emisiones procedentes de la evaporación de los combustibles de automoción.
“En las gasolineras se registran niveles de algunos compuestos orgánicos en el aire, como el benceno que incrementa el riesgo de padecer cáncer, superiores a los medidos en localizaciones urbanas donde la principal fuente de emisión es el tráfico”, señala la coautora del estudio, Marta Doval.
El equipo de investigadores midió las concentraciones de contaminantes típicos del tráfico en diferentes zonas del casco urbano de Murcia y calculó los cocientes de concentraciones de un compuesto aromático (benceno) y un hidrocarburo (n-hexano) en tres gasolineras murcianas (cerca de los surtidores y en las proximidades) para determinar la distancia a la que las estaciones de servicio dejarían de tener influencia.
“En los tres casos estudiados se han obtenido distancias de influencia máxima próximas a cien metros, aunque la media de distancias a la que ya afecta la contaminación es de cerca de 50 metros”, recalca el investigador de la UM, Enrique González.
No obstante, apunta de que las distancias dependen del número de surtidores, del volumen de expedición de combustibles, de la intensidad del tráfico, de la estructura del entorno, y de las condiciones meteorológicas.
Según el investigador, “cuanto más contaminada está la zona que circunda a la gasolinera por causas ajenas a ésta (tráfico), menor será la influencia de los dos contaminantes en la estación de servicio”. Por ello, si la zona que rodea a la gasolinera tiene un tráfico muy intenso, y supera las emisiones de la misma, la contaminación de la estación de servicio queda “solapada e inadvertida” a distancias cortas.
PROTEGER LOS LUGARES “VULNERABLES”
En este sentido, la investigación demuestra que debería respetarse una distancia mínima de 50 metros para viviendas y de cien metros para actividades “especialmente vulnerables”, como hospitales, centros de salud, colegios o centros de la tercera edad. “Lo ideal sería respetar la distancia de 100 metros a la hora de planificar la construcción de viviendas”, manifiesta Doval.
Asimismo, proponen aplicar el estudio a áreas de nueva construcción donde se pretenden ubicar este tipo de instalaciones, aunque, advierten de que las gasolineras “no son la única fuente de emisión de los contaminantes”. “De poco sirve proteger a la población de las gasolineras si no se controlan o reducen otras fuentes de emisión”, concluye González.