La idea que tiene Artenara para emplear el Fondo de Desarrollo de Canarias (Fdcan) no ha sentado bien en parte de los vecinos implicados en diferentes aspectos del desarrollo social, económico y cultural del pueblo. El proyecto, una plaza de unos 1.000 metros cuadrados sobre el actual parque Manuel Díaz Cruz y varios aparcamientos en batería sobre el mismo, no atrae a los más críticos del municipio, que entienden que generará un fuerte impacto en el casco.
“No se necesita una nueva plaza en el caso de más de 1.000 metros cuadrados que sacrifica la zona recreativa ya consolidada del Parque Manuel Díaz Cruz y que supone la construcción de una mole de hormigón que degrada el entorno del casco, desnaturalizándolo”, sostienen estos vecinos.
Así mismo, opinan estos artenarenses que en cuanto a los aparcamientos que se plantean construir, estos son en estos momentos innecesarios ya que estiman que no existen problemas ahora ni en el futuro con el Centro de Interpretación del Risco Caído. Además, inciden en que lo que se debería hacer respecto a los aparcamientos es “organizar, ordenar y regular” las plazas existentes contiguas al casco mediante la creación de aparcamientos para personas con movilidad reducida (PMR), carga y descarga y otras por tiempo limitado, que favorezcan la llegada al pueblo de quienes más dificultades tienen y prioricen su uso por parte de los propios vecinos, empresarios y de quienes vienen con la intención de visitar el patrimonio del propio casco y los negocios frente a aquellos que aparcan para hacer actividades al aire libre.
Por tanto, desde su percepción, estos fondos deberían de destinarse para realizar un crecimiento y una ordenación equilibrada “que no degrade el atractivo natural y paisajístico” del municipio. Aparte, recalcan que el Ayuntamiento debería apostar por una ordenación integral del área comprendida entre la Atalaya y el casco, por lo que reiteran que esta plaza no tiene sentido sin acometer las obras de ajardinamiento del parque que contribuyan a su mejora y su conservación. “Pretendemos con ello conseguir una mejora estética del parque y los jardines que dan acceso al pueblo. Se trata de conseguir un espacio ordenado y cuidado para el disfrute de nuestra población y sus visitantes y que contribuya a potenciar el ecoturismo, el turismo activo y de naturaleza”.
Por su parte, el alcalde, Roberto García, apunta que el proyecto todavía está en fase de adjudicación de la redacción del proyecto y que la construcción de la plaza sobre el parque traería beneficios a un parque que, en sus palabras, “no lo visita nadie”. “Lo que se nos ha ocurrido es hacer una plaza intermedia entre el casco del pueblo, la plaza de San Matías, y ese parque, una plaza que servirá de nexo de unión entre la plaza del pueblo y el parque. Es una aliciente para que la gente entre a ese parque, además se hará accesible para personas con movilidad reducida”.
García añade que esta plaza no será diáfana, sino que tendrá pequeños patios donde la arboleda del parque ascenderá a la explanada que tendrá por encima, por lo que no se talará ninguno de los ejemplares. Otro de los beneficios que le ve el primer edil a esta construcción es que debajo de la plazoleta se quedará un área recreativa cubierta que se podrá usar durante todo el año y en el futuro se podrían construir locales sociales destinados a diferentes asociaciones que se creen en el municipio.
Sobre los aparcamientos, el alcalde defiende que su construcción consiste simplemente en “volar tres metros sobre el parque” para hacer cerca de 30 plazas frente al futuro Centro de Interpretación de Risco Caído y unas diez en la zona frente al antiguo albergue que espera que para este año esté abierto como un hotel de una o dos estrellas. “Los aparcamientos que ahora mismo están en línea se transformaría en batería y le damos servicios a ese futuro centro que tendrá una afluencia importante de visitantes”, afirma.
Por otro lado, el político socialista hace hincapié en que el proyecto incluye otras mejoras en Artenara como el soterrado de los contenedores de residuos, la construcción de dos surtidores para coches eléctricos y la mejora de los accesos para el futuro hotel de La Cilla. El alcalde también avanza que cerca del Monumento a Los Piqueros, en la parte baja de La Cilla, plantea revitalizar las zonas en desuso para crear un área recreativa al aire libre que supla la que se queda cubierta.
Todas estas actuaciones tendrán un presupuesto de 495.000 euros a invertirse en dos años (2017 y 2018), siendo la mitad de los fondos del Gobierno de Canarias y la otra mitad del Ayuntamiento. Una inversión ante la que los vecinos son escépticos por los precedentes que existen en el municipio, siendo muchas de ellas infrautilizadas bien porque están sin terminar o porque las obras no se realizaron correctamente. De este modo, citan como ejemplos el Albergue de las Cuevas, la pensión municipal, el Centro de Artesanía, las Oficinas y el Archivo municipal en el camino a la Cuevita, las antiguas Escuelas Unitarias, el techado de la Alameda o el Observatorio Astronómico de Acusa.