El volcán submarino de El Hierro, que entró en erupción en 2011, prácticamente aniquiló la vida de una parte de la reserva marina del Mar de las Calmas pero la nueva la genera a una velocidad “muchísimo” más rápida que antes de su aparición, explicó a Efe el oceanógrafo físico Eugenio Fraile.
Este investigador del Instituto Español de Oceanografía (IEO) indicó que la generación de nueva vida se debe a las inyecciones de hierro bioasimilable y nutrientes que expulsa el volcán, hecho que dio lugar a la segunda de las publicaciones científicas en la revista Nature por el grupo de química de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y el IEO de Canarias.
Además, explicó que los científicos ven en la reserva marina zooplacton con una calidad y colorido que no se había visto con anterioridad en ese lugar.
La aparición de este volcán submarino ha sido duro para los vecinos de la isla debido a que la actividad turística se ha resentido, reconoció Eugenio Fraile, quien insistió en que para los científicos no se trata de un desastre ecológico sino del ciclo de la vida y de la naturaleza.
La nueva población de zoo y fitoplacton que aparece en El Hierro es “impresionante” y su estudio aparecerá en próximas publicaciones científicas, señaló Fraile, quien lidera el proyecto Vulcano para realizar el seguimiento de las condiciones del mar sobre el volcán de La Restinga.
Tras la aparición del volcán y las crisis sísmica y magmática se comenzó el estudio en la zona con los proyectos Bimbache, del IEO, y Vulcano, del Ministerio de Economía y Competitividad, porque, manifestó el oceanógrafo físico, “éramos los únicos en el mundo” en estudiar en directo un volcán submarino monogenético desde sus orígenes.
Además, ese volcán está integrado en la reserva marina del Mar de las Calmas, una de las más importantes de Europa tanto por su diversidad como por su sensibilidad a los cambios, por lo que era una oportunidad única para ver el comportamiento de un ecosistema marino ante variaciones “brutales” de las propiedades físico químicas, señaló Eugenio Fraile.
Factores del cambio climático en las aguas herreñas
Se ha constatado que en el ecosistema marino de El Hierro se han dado a la vez los tres estresores del cambio climático, con lo que es un “laboratorio natural” para estudiar cómo un ecosistema marino real se puede adaptar a condiciones de cambio climático futuras.
Los cambios han sido tales que si para el próximo siglo la predicción es que la temperatura del mar aumente 0,6 grados centígrados, se ha constatado que en El Hierro el incremento ha sido en los seis meses de actividad magmática de 18,8 grados centígrados.
Otro factor es la acidez del océano, que los modelos predicen que sufra durante el próximo siglo 0.1 disminución de pH, y en El Hierro se ha constatado una bajada de 2.8 del pH.
Y el tercer factor, la desoxigenación, que si para el siglo XXII se predice que el contenido de oxígeno disminuya en los océanos el 0.7 por ciento, en el Mar de las Calmas se ha visto que ha sido de entre el 98 y el 99 por ciento.
Eugenio Fraile insistió en la importancia que tiene ver cómo el ecosistema se adapta a las condiciones de cambio, y señaló que la comunidad científica internacional está volcada en el estudio del volcán submarino de El Hierro, de forma que la agencia NOAA (Administración Nacional Oceánica y Atmosférica), del departamento de Comercio del Gobierno de EEUU, ha pedido participar con el IEO y el grupo QUIMA-ULPGC con un nuevo instrumental prototipo para la detección de plumas volcánicas.
Esa participación se llevará a cabo en la próxima campaña, que tendrá lugar desde este sábado y durante veinte días desde el buque oceanográfico Ángeles Alvariño para evaluar las condiciones físico-químicas, biológicas y geológicas del volcán submarino.
Se trata de la última expedición del proyecto Vulcano, financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad y fondos Feder, liderado por el Centro Oceanográfico de Canarias del Instituto Español de Oceanografía (IEO).
En este proyecto colaboran las universidad de Las Palmas de Gran Canaria y La Laguna, así como el Banco Español de Algas y el Museo de la Naturaleza y el Hombre de Tenerife.