El descorche oficial de la cosecha de 2015 de los vinos con Denominación de Origen (DO) Gran Canaria este mes de abril ha supuesto el pistoletazo de salida para el comienzo de la llegada a las mesas de estos nuevos caldos que con “más atlánticos”, de “calidad” y “especiales” que nunca.
Así lo han apuntado expertos como la gerente de la DO, Vanessa Santana, o su presidente, Luis López Parres, así como el sumiller y propietario de la Enoteca El Zarcillo y la distribuidora Vinófilos, más que vinos, Mario Reyes.
Y es que quienes piensen que Gran Canaria no destaca por sus vinos podía tener razón hace más de una década, pero los cambios en el sector de la mano de mayor profesionalización y mejor control del ciclo del vino han impulsado la calidad de un sector que ya traspasa las fronteras de Canarias y comienza a exportar.
Santana considera que los nuevos vinos de Gran Canaria son más que nunca el “reflejo de las notas de personalidad de nuestra viña”, con esos matices “minerales y atlánticos”. “Esto se refleja cada día más en nuestros vinos. Cada vez estamos mucho más formados, hay mejores enólogos y todo ese esfuerzo, esa cultura se refleja cada día en una copa de vino”, explica.
En Gran Canaria somos “diferentes, buscados y deseados”
La gerente de la DO lo tiene claro: “Notamos que somos diferentes. No vamos por precio sino que apostamos por ser vinos buscados, deseados”.
Mario Reyes, por su parte, también miembro del Comité de Cata de la DO y ganador de diversos concursos de cata de vinos a nivel nacional, cree que en Gran Canaria se ha “mejorado mucho”, aunque cree que la isla adolece de falta de modelo. “El bodeguero debe saber en quién reflejarse, qué camino quiere adoptar”, sostiene.
En cambio, ese “atraso” que reconoce que tiene Canarias y Gran Canaria con respecto a otras zonas de Europa ha permitido, en gran medida “inconscientemente”, “mantener la idiosincracia”. “Ahora, teniendo y manteniendo eso, el siguiente paso es cómo con mi estilo y con mis variedades apuesto por un modelo y lo convierto en un argumento de venta claro, como hace Burdeos”, ha remarcado.
Variedades de más de 100 años
La mayor fortaleza de Gran Canaria en el actual mercado internacional del vino es, precisamente, el mantenimiento de sus peculiaridades. Es uno de los pocos sitios del mundo que ha sido capaz de mantener variedades de viña con más de 100 años de antigüedad, que no se vieron afectadas por la filoxera, un insecto que arrasó gran parte de las vides de toda Europa a finales del siglo XIX.
Esta apuesta por la calidad y por la diferenciación es clave en el desarrollo del sector y en su expansión a otros mercados, que son para muchos productores una nueva vía de dar salida a su trabajo, así como el futuro para muchos: “Cuando abres una botella de vino de Gran Canaria ante un americano en Manhattan que está invadido de vino chileno y le dices que lo que bebe es de una variedad prefiloxérica que lleva más de 100 años sin modificar, alucina. Esa es una de las esperanzas de nuestro vino, su historia y cómo seamos capaces de contarla”, argumenta.
“Si antes de la conquista de España se hacía vino en Gran Canaria era con las mismas variedades de uva que tenemos hoy. Y eso es una herramienta buenísima. Ahora falta saber hacia dónde vamos, si hacia concentrados en barrica, hacia la mezcla o no de varietales... son muchos los caminos”, remarcó.
El vino grancanario, una mapa de la isla en sí mismo
El vino de Gran Canaria es en sí mismo un mapa de la isla, con su producción en manos de 300 productores directos repartidos por toda la orografía insular, que con la última cosecha generarán cerca de 600.000 botellas.
Esta cifra va cada año en aumento gracias a las mejoras en los cultivos y también al crecimiento de la demanda. La mayoría de la producción --el 73%-- es vino tinto, pese a que los de más popularidad en los últimos años están siendo los blancos, de los que se sacarán al mercado este año más de 150.000 botellas.
La mayoría de los vinos tintos son jóvenes, aunque algunos bodegueros de la isla están comenzando a hacer guarda de algunos de sus caldos con resultados sorprendentes.
El presidente de la DO Gran Canaria, Luis López Parres, propietario de la bodega La Higuera Mayor, destacó el apoyo de una institución como el Cabildo de Gran Canaria sobre todo con las “bodegas pequeñas” en materia de promoción y apoyo técnico.
“Es la realidad, necesitamos que haya un laboratorio de referencia para hacer análisis y tomar decisiones informadas, como se hace a en España y en todo el mundo”, defendió, tras recordar que en “pocos sitios hay tanta variedad climática y de suelo” como en la isla.
“El vino tiene presencia prácticamente en todos los municipios de la isla. Tenemos unos microsuelos cuya diversidad no se da en ningún sitio del mundo”, resaltó, para poner de relieve el aumento de cantidad pero sobre todo de calidad del vino grancanario en los últimos años.