La Policía Nacional ha detenido a un hombre de 57 años y con antecedentes como presunto autor de un delito de lesiones al disparar con una ballesta a un vecino suyo durante una pelea en Las Palmas de Gran Canaria.
Según informa la Jefatura Superior de Policía de Canarias, al detenido le constaba, además, una requisitoria judicial en vigor por un Juzgado de Las Palmas.
La actuación comenzó después de que un ciudadano llamara al teléfono 091 comunicando que se estaba produciendo una pelea en un edificio del barrio de Guanarteme, por lo que varios agentes se desplazaron al lugar.
Una vez allí, se entrevistaron con un vecino que estaba a pie de calle, quien les narró que estando en su casa escuchó varios gritos y golpes en la puerta del vecino.
Señaló que al salir y recriminarles a estas personas su actitud, estas le amenazaron y le golpearon en la cara. Agregó que portaban un palo y un machete.
Los policías vieron sangre en el suelo de unas de las plantas al entrar en el edificio y uno de los vecinos les manifestó que vio a dos personas corriendo y otro disparándoles con una ballesta, por lo que se avisó a más agentes para que se desplazaran al inmueble.
En ese momento, un hombre que salía del edificio fue reconocido como el autor que realizó varios disparos con una ballesta, por lo que los policías nacionales procedieron a su inmediata detención.
Junto con el detenido, accedieron a su domicilio, donde pudieron comprobar que, efectivamente, el hombre tenía en su vivienda una ballesta y al menos 16 flechas.
Durante la actuación policial fueron intervenidos, además, un machete, una sierra, un cuchillo, dos palos, y una bolsa con 30 bridas.
Paralelamente, se recibió el aviso de que una persona estaba en un centro de salud cercano con una flecha clavada en un brazo, por lo que otro indicativo se desplazó al lugar.
Tras entrevistarse con la víctima, les narró que su vecino quería matar a su perro y, al ir a pedirle explicaciones, este le disparó con una ballesta, por lo que tuvo que ser trasladado a un centro hospitalario para ser atendido de la lesión sufrida.
Una vez en dependencias policiales, el detenido, al que además le constaba una requisitoria judicial en vigor, fue puesto a disposición de la Autoridad Judicial competente.