La Intervención de Armas y Explosivos de la Comandancia de la Guardia Civil en Las Palmas ha procedido durante el mes de septiembre a la destrucción de más de 1.000 armas.
Estas se encontraban depositadas en las Intervenciones de Armas y Explosivos de la provincia y fueron trasladadas hasta una empresa siderúrgica, donde a través del proceso de fundición, quedaron reducidas a chatarra, explica la Benemérita.
Entre las destruidas destacan, por ser las de mayor número, las escopetas, aunque también había rifles, carabinas, pistolas, revólveres, armas de aire comprimido, fusiles de pesca submarina, armas blancas, armas de alarma y señales, y de otros tipos.
Se trata de armas depositadas por diferentes motivos; las de propiedad particular, cuyos propietarios han solicitado su destrucción, aquellas cuya destrucción ha sido decretada por la Autoridad judicial o administrativa, las depositadas a disposición de particulares una vez transcurrido el plazo máximo de depósito, así como las incluidas como prohibidas por carecer de marcas, números o punzones y otros motivos.
Esta destrucción se enmarca en el Plan Integral de Control de Armas de Fuego (PICAF) para dar cumplimiento a la legislación nacional y la Directiva de Las Naciones Unidas sobre armas.
Con este plan de control, explica la Guardia Civil, se pretende prevenir el tráfico ilegal de armas de fuego, que no se recuperen las inutilizadas, que no se trasformen las armas de alarma y señales ni las de aire o gas comprimido en armas de fuego, y que no se fabriquen artesanalmente ingenios capaces de disparar cartuchería real.