Mal olor y un charco de sangre junto a un coche aparcado en La Gomera acaban con dos denuncias de la Guardia Civil
Agentes de la Guardia Civil pertenecientes al Destacamento de Protección de la Naturaleza, Deprona Garajonay de La Gomera, se han incautado de más de 440 kilos de pescado en un vehículo en San Sebastián de la Gomera.
Los hechos se produjeron en el marco del control de la actividad pesquera en aguas de la isla de La Gomera cuando los agentes tuvieron conocimiento de que de un vehículo tipo furgoneta isotérmica, estacionado en la capital, emanaba un fuerte olor a pescado y estaba vertiendo un líquido a la calzada que aparentemente podría ser agua y sangre.
Los agentes comprobaron el coche y realizaron las gestiones oportunas para la identificación y localización del propietario con el fin de realizar una inspección. En ella, localizaron varias neveras de las que sobresalían atunes rabiles.
Además, comprobaron que las condiciones de transporte de estos productos pesqueros no eran las idóneas, al estar con bolsas de hielo comercial y gran cantidad de agua y sangre en el interior de los recipientes.
Por ello, informa la Guardia Civil, se procedió a pesar el pescado transportado, con un peso total de 446 kilos, y se verificó que, además de atunes rabiles, en las neveras se transportaban atún sierra, pargos y bocinegro, y que en la zona de carga del vehículo, junto al pescado, había tres garrafas plásticas con 50 litros de combustible diésel.
Los agentes solicitaron al titular del vehículo la documentación para comprobar la trazabilidad y el transporte de los especímenes capturados pero no aportó ningún tipo de documentación que permitiera verificar el origen de los productos.
El pescado fue incautado por falta de trazabilidad y malas condiciones de transporte y trasladado al complejo medioambiental del Revolcadero para proceder a su destrucción final.
Los agentes del Deprona Garajonay procedieron a levantar dos actas de denuncias a la Ley 3/2001, de 26 de marzo, de Pesca Marítima del Estado, por infracciones graves, con sanciones que van desde los 601 euros hasta los 60.000 euros, y tres actas de denuncia al Reglamento (CE) 852/2004, del Parlamento Europeo y del Consejo, de 29 de abril de 2004, relativo a la higiene de los productos alimenticios, en su capítulo IV.
0