La Guardia Civil en Fuerteventura, en el marco de la investigación Racoll, identificó el 13 de julio a una persona residente en la provincia de Girona, de 22 años y sin antecedentes policiales, por la presunta autoría de un delito de estafa tras realizar dos compras a través de Internet con una tarjeta bancaria a nombre de la víctima, mediante la sustracción de sus claves de acceso a banca online (phishing).
La investigación se ha realizado después de que una persona presentara en dependencias del Puesto Principal de Corralejo de la Guardia Civil una denuncia en la que informaba de que habían utilizado sus claves bancarias para obtener los datos de su tarjeta y realizar dos compras online.
En concreto, la víctima había recibido, a través de SMS de manera fraudulenta, un enlace donde se mostraba una página web idéntica a la de su banco, sin embargo era una página preparada por los estafadores con el pretexto de que su cuenta bancaria había sido bloqueada por seguridad y era necesario introducir sus datos bancarios para solventar tal situación, según ha informado la Guardia Civil en nota de prensa.
Así al introducir sus claves de acceso, el presunto autor de los hechos se apoderó de sus datos, pudiendo obtener acceso a su banca online y utilizando su tarjeta bancaria para realizar dos compras de criptomonedas a favor del autor de los hechos, por valor de 5.200 euros.
Ante estos datos, los agentes de Ciberdelincuencia recogieron todos los datos y comprobaron que el estafador había realizado dos compras de criptomoneda, para lo que había utilizado la tarjeta bancaria de la víctima sin la autorización de esta.
Pishing
La estafa a través del phishing consiste en engañar a la víctima y hacer que comparta contraseñas, números de tarjeta de crédito y otra información confidencial para hacerse pasar por una persona o institución de confianza, como en este caso, por su propio banco.
En estos casos los medios que normalmente se emplean suelen ser el envío de correos electrónicos, anuncios de permiso ganadores, mensajes SMS u otros medios en los que se envía un enlace a la víctima tras el que se redirige a un sitio web preparado por los ciberdelincuentes, con el que imita al de la empresa legítima, y en el que se invita a la víctima a introducir sus datos personales, ya sea por razones de seguridad, pago de tasas, recaudación de premios o cualquier otro pretexto, a los que las víctimas acceden.
Esta modalidad de estafa persigue “siempre” el intento de “anular el sentido común” de las víctimas añadiendo el factor “presión psicológica”, ya sea con pretextos de bloqueos de cuentas bancarias, entregas de paquetes urgentes, así como amenazas de multas o sanciones.