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Las consecuencias del inmovilismo

El inmovilismo de Rajoy es el gran culpable. Siento tener que dar malas noticias a aquellos que se manifestaban el pasado fin de semana “a favor de la unidad de España”. Lo lamento. Pero la unidad de España la ha destrozado Mariano Rajoy Brey con su incapacidad para tomar decisiones, con un posicionamiento destinado a complacer a un sector bien definido del PP, con un argumentario vacío y sin intenciones de negociar. Incapaz de convencer y de atraer a aquellos que no tienen clara su postura.

Su enroscamiento ha sido tal que ha llegado al 1 de octubre sin soluciones y sin alternativas mejores que las del referéndum de Puigdemont. Y así decidió afrontarlo, como ya nos tiene acostumbrados: sin tolerancia, sin ejemplaridad y despreciando al contrario; o sea, reforzando los argumentos de aquellos que piensan que España es mala para Cataluña.

Solo hace falta dar un repaso a las portadas de los medios internacionales para darse cuenta de que no “somos un ejemplo para el mundo”. La CNN, Le Monde o Financial Times son algunos de los medios que pusieron el foco en las cargas policiales ocurridas en Cataluña durante la celebración del referéndum. La imagen del 1 de octubre es la de chicos a los que les parten los dedos, uno a uno, o que acaban en el hospital gracias a la utilización de fusiles con bolas de goma. La respuesta del PP a las amenazas de Puigdemont ha sido la violencia y la intolerancia, y esto no es motivo para sentirse orgulloso.

Antona y el “bochorno”

El mismo bochorno que dice sentir Asier Antona sobre la actitud del Govern también lo origina su propio partido cuando actúa con más dureza ante un proceso participativo, legal o no, que ante la corrupción. En la misma sintonía se ha manifestado la delegada del Gobierno en Canarias, Mercedes Roldós, durante la celebración del día del patrón de la Policía Nacional.

Roldós ha señalado que “le preocupa más que haya independentismo y que se vulnere la Constitución que las cargas policiales”. Punto y minipunto para la delegada del Gobierno. Roldós afirmó sobre las cargas del 1 de octubre que “el grado de formación, profesionalidad, entrega, lealtad y compromiso de la Policía Nacional y la Guardia Civil son incuestionables; saben perfectamente hacer su trabajo y lo hicieron con proporcionalidad”.

Nadie pone en duda la formación y profesionalidad de la Policía Nacional, pero no cabe duda de que con mucha “proporcionalidad” no lo han debido hacer cuando el Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU ha pedido una investigación sobre la violencia en el 1 de octubre.

El inmovilismo de Rajoy es el gran culpable. Siento tener que dar malas noticias a aquellos que se manifestaban el pasado fin de semana “a favor de la unidad de España”. Lo lamento. Pero la unidad de España la ha destrozado Mariano Rajoy Brey con su incapacidad para tomar decisiones, con un posicionamiento destinado a complacer a un sector bien definido del PP, con un argumentario vacío y sin intenciones de negociar. Incapaz de convencer y de atraer a aquellos que no tienen clara su postura.

Su enroscamiento ha sido tal que ha llegado al 1 de octubre sin soluciones y sin alternativas mejores que las del referéndum de Puigdemont. Y así decidió afrontarlo, como ya nos tiene acostumbrados: sin tolerancia, sin ejemplaridad y despreciando al contrario; o sea, reforzando los argumentos de aquellos que piensan que España es mala para Cataluña.