Espacio de opinión de Tenerife Ahora
Cómo defender a un corrupto
He empezado la semana leyendo el libro de Cristina Pardo Los años que vivimos PPligrosamente. La periodista cuenta anécdotas de los años que ha estado cubriendo al Partido Popular en La Sexta, coincidiendo con los escándalos de corrupción que sufría y sufre el PP. Pardo me ha hecho reflexionar sobre por qué nuestros políticos siguen defendiendo la corrupción incluso cuando hay pruebas encima de la mesa. Son ataques de amor a los que estamos excesivamente acostumbrados y que presenciamos continuamente.
A escala nacional lo pudimos ver con los sms a Luis Bárcenas, con la trama Gürtel o incluso en los papeles de Panamá y con un ministro de cuyo nombre no quiero acordarme. Esta semana lo vimos en Canarias con el exalcalde de Arona José Alberto González Reverón, quien se dignó a ofrecer a los medios una explicación de por qué él no es un corrupto, con eso de… “todo es cierto salvo alguna cosa”. Ya circula por las redes un vídeo de Ana Oramas y compañía defendiendo al exalcalde.
La primera técnica para saber cómo defender a un corrupto es la negación: “No me consta”; “eso lo llevaba mi marido. Yo me dedicaba a la vida contemplativa”. O mi favorita: “eso está en manos de la Justicia”. Tenerife Ahora publicaba hace unos días una entrevista con el alcalde de Santa Cruz en la que este apela a la presunción de inocencia de Miguel Zerolo y de Manuel Parejo a sabiendas de que les pueden caer ocho años de prisión, casi nada. Podía haber respondido cualquier cosa, algo así como: “Estoy muy avergonzado por los casos de corrupción en mi partido. Yo soy una persona honesta, confío en la Justicia y condeno tajantemente la corrupción política”.
Me surgen dudas en el caso de que Miguel Zerolo, Manuel Parejo y los todopoderosos empresarios sean condenados a penas de prisión. ¿Se disculpará el alcalde de Santa Cruz o el presidente del Gobierno de Canarias por haber defendido a los encausados? O ¿se disculpará Coalición Canaria por unos de los mayores casos de corrupción de la isla? Espero que en el caso de que los acusados sean condenados a penas de prisión los ciudadanos de Santa Cruz puedan oír una disculpa, porque, de no ser así, los periodistas van a tener que recordarles sus palabras hasta la saciedad.
Coincidiendo con la entrevista con José Manuel Bermúdez, Mariano Rajoy decidió regalarle a Carlos Alsina unas declaraciones que tampoco han pasado inadvertidas. Rajoy, aparte de darnos el parte meteorológico, le dijo a Alsina que él no seguía atentamente la trama Gürtel: “No es mi prioridad absoluta; yo tengo que gobernar”. Casualidades de la vida, algo así respondió Bermúdez sobre el seguimiento del juicio de Las Teresitas: “Yo no he seguido el procedimiento judicial de Las Teresitas; he leído algún artículo”.
No dar una respuesta tajante sobre los casos de corrupción puede ser muy peligroso. Puede parecer incluso que existen intereses personales, políticos o empresariales que llevan al político de turno a no castigar públicamente la mala praxis política. Aunque estas respuestas no se den de mala fe, puede parecer incluso que en la clase política existe la creencia de que hay una corrupción A y otra B, donde una es más peligrosa que la otra.
He empezado la semana leyendo el libro de Cristina Pardo Los años que vivimos PPligrosamente. La periodista cuenta anécdotas de los años que ha estado cubriendo al Partido Popular en La Sexta, coincidiendo con los escándalos de corrupción que sufría y sufre el PP. Pardo me ha hecho reflexionar sobre por qué nuestros políticos siguen defendiendo la corrupción incluso cuando hay pruebas encima de la mesa. Son ataques de amor a los que estamos excesivamente acostumbrados y que presenciamos continuamente.
A escala nacional lo pudimos ver con los sms a Luis Bárcenas, con la trama Gürtel o incluso en los papeles de Panamá y con un ministro de cuyo nombre no quiero acordarme. Esta semana lo vimos en Canarias con el exalcalde de Arona José Alberto González Reverón, quien se dignó a ofrecer a los medios una explicación de por qué él no es un corrupto, con eso de… “todo es cierto salvo alguna cosa”. Ya circula por las redes un vídeo de Ana Oramas y compañía defendiendo al exalcalde.