Espacio de opinión de Tenerife Ahora
La transformación necesaria
Cada vez estamos más cerca. El 2020 está a la vuelta de la esquina y merece la pena recordar que cualquier frontera necesita una mejor capacidad de inserción en su entorno geográfico, con una mejor integración en el mercado interior, mediante la adaptación en materia de accesibilidad física, económica y tecnológica. Por ello, la estrategia debe traducirse en el desarrollo de una economía basada en el conocimiento y la innovación que haga un uso más eficaz de los recursos y con un alto nivel de empleo que redunde en la cohesión económica, social y territorial.
La Comisión Europea ya proponía varios objetivos cuantificables para el 2020: el empleo; la investigación y la innovación; el cambio climático y la energía; la educación, y la lucha contra la pobreza. A su vez, la Estrategia de Europa 2020 proponía tres prioridades centradas, por un lado, en un crecimiento inteligente a través del desarrollo de una economía basada en el conocimiento y la innovación, un crecimiento sostenible con la promoción de una economía que haga un uso más eficaz de los recursos, más competitiva y con un crecimiento integrador, y con el fomento de una economía con alto nivel de empleo.
Con el fin de desarrollar la Estrategia, la Comisión proponía que el 75% de la población de entre 20 y 64 años debía estar empleada mediante una mayor participación de las mujeres y los trabajadores de mayor edad, junto a una mejor integración de los inmigrantes en la población activa, y que el 3% del PIB de la UE debía ser invertido en I+D; que se debía alcanzar el objetivo 20/20/20 en materia de clima y energía. Es decir, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero al menos en el 20% en comparación con los niveles de 1990; incrementar el porcentaje de las fuentes de energía renovable en nuestro consumo final de energía hasta el 20% y en el 20% la eficacia energética, y además se debe alcanzar un objetivo educativo centrado en los resultados y que reduzca el abandono escolar, reduciéndolo junto al incremento del porcentaje de la población de entre 30 y 34 años que finaliza la enseñanza superior. Por último, y no por ello menos importante, un objetivo crucial es la reducción del número de europeos y europeas que viven por debajo de los umbrales nacionales de pobreza.
Los itinerarios planteados se centran en la innovación, con el fin de mejorar las condiciones generales y el acceso a la financiación para investigación e innovación, y garantizar que las ideas innovadoras se puedan convertir en productos y servicios que generen crecimiento y empleo. También en la movilidad de la población juvenil, para mejorar los resultados de los sistemas educativos y facilitar la entrada de los jóvenes en el mercado de trabajo; en una agenda digital, con el fin de acelerar el despliegue de internet de alta velocidad y beneficiarse de un mercado único digital; en una utilización eficaz de los recursos, para ayudar a desligar crecimiento económico y la utilización de recursos y apoyar el cambio hacia una economía con bajas emisiones de carbono; en incrementar el uso de fuentes de energía renovables, modernizar el sector del transporte y promover la eficacia energética; en una política industrial que mejore el entorno empresarial, especialmente para las pymes, y en apoyar el desarrollo de una base industrial fuerte y sostenible, capaz de competir a escala mundial. Además, en un despliegue de nuevas cualificaciones y empleos, para modernizar los mercados laborales y potenciar la autonomía de las personas mediante el desarrollo de capacidades a lo largo de su vida, con el fin de aumentar la participación laboral y adecuar mejor la oferta y la demanda de trabajos, en particular mediante la movilidad laboral, y en una plataforma europea contra la pobreza, para garantizar la cohesión social y territorial, de tal forma que los beneficios del crecimiento y del empleo sean ampliamente compartidos.
Para conseguir dichos objetivos, o bien debemos estar abiertos a generar el entorno adecuado para aportar, más allá de la mera crítica, las necesarias transformaciones, tanto de la economía privada como pública y sin tener temor alguno a una continua revisión de los fundamentos en los que se basa la estructura económica de las regiones, o bien podemos quedarnos inmóviles y esperar a que alguien decida y los imponga. Ya si eso, me dicen…
*Economista
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