El Cabildo de Tenerife, cogobernado por CC y el PSOE y con el nacionalista Carlos Alonso de presidente, fue la administración pública que más se opuso en su momento, por razones presupuestarias (entonces se dijo), a colaborar en la financiación pública del Mundial de Baloncesto femenino de 2018 que este domingo finalizó en el pabellón insular Santiago Martín (La Laguna), con victoria de Estados Unidos, medalla de plata para Australia y bronce para el combinado español, tras vencer en un ajustado partido a Bélgica.
Pese al rechazo mostrado inicialmente por el presidente insular, Alonso avanzó más tarde, el 17 de julio de este año (y lo hizo con un mensaje en Twitter), que se habían limado todas las asperezas y el no inicial se había convertido en un sí quiero definitivo, con el consenso de cinco partes: Cabildo, ayuntamientos de Santa Cruz de Tenerife y de La Laguna, Gobierno de Canarias y la propia Federación Española de Baloncesto (FEB).
En ese momento, se habló de que el coste público se había colocado en 4,5 millones de euros y que del resto, hasta completar los 6,5 millones del total previsto, se haría cargo la FEB.
Menos de 24 horas después del acto de entrega de medallas y del trofeo al equipo femenino ganador, Estados Unidos (esto lo hizo la reina Letizia), ceremonia en la que participó activamente el presidente del Cabildo de Tenerife, entre otros políticos, Carlos Alonso se ha apresurado a vender la enorme repercusión que ha tenido esa competición internacional en la isla y el grandísimo retorno económico que ha ofrecido a Tenerife, medido por el mismo Cabildo en nada menos que 30 millones de euros.
En una nota difundida por la Corporación insular este lunes, Carlos Alonso se mostraba feliz por el retorno económico provisional vinculado a esa celebración deportiva de primer nivel, cercano a los 30 millones de euros. Y lo dice, primero que nadie, el mismo Alonso que más obstáculos iniciales puso a la organización en Tenerife de esa competición internacional de baloncesto femenino.
Alonso además asegura en el citado comunicado que “en Tenerife se ha hecho un Mundial extraordinario” porque se ha logrado una medalla “yendo de menos a más” y se han fomentado valores vinculados al deporte, en especial los relacionados con la igualdad (poco habla de la ausencia de mujeres en los actos institucionales, criticado por muchos partidos de izquierdas y organizaciones feministas) y el deporte femenino, “que están enmarcados en la estrategia Tenerife 2030 del Cabildo”.
“La imagen y la notoriedad para Tenerife ha sido extraordinaria. Tuvimos más de 300 periodistas acreditados y fue seguido en cerca de 150 países a través de las televisiones. A falta de la confirmación oficial por parte de la Federación, que la tendremos en unos días, estamos hablando de un retorno cercano a los 30 millones de euros. A eso hay que añadir el legado del Mundial, tanto con las actividades que se han realizado como la mejora de las infraestructuras deportivas”, explicó el presidente insular.
Asimismo, Alonso afirmó que “la organización ha sido perfecta y el éxito es de los ayuntamientos de La Laguna y Santa Cruz, el Gobierno de Canarias y el Cabildo, entre los que se incluye el personal de Ideco, que se ha volcado para que el pabellón Santiago Martín fuese un escenario de primer nivel mundial”.
En su opinión, “hemos exportado la imagen de Tenerife como un destino de vanguardia, moderno y preparado, que es capaz de albergar grandes eventos de índole mundial”.