Mila Hormiga, consejera de Podemos en el Cabildo de Tenerife, es la representante de esta formación política en el consejo rector del Instituto de Atención Social y Sanitaria (IASS) y la única persona que en la ya famosa reunión del 28 de diciembre de 2018 no apoyó (se abstuvo) la compra a dedo por parte de ese organismo autónomo de un edificio de oficinas sito en Cabo Llanos (Santa Cruz de Tenerife) que es propiedad de una empresa de la familia de Antonio Plasencia (Carlacand, SL).
La adquisición se pretendía realizar, pues ahora Coalición Canaria (CC) en el Cabildo ha anunciado que va a paralizar ese proceso (lo ha anunciado el presidente insular Carlos Alonso este mediodía y ello no implica que al final se termine comprando el mismo edificio al mismo propietario), para darle un uso sociosanitario a ese bloque de oficinas. La operación suponía pagar con dinero público 23 millones de euros por el inmueble, más la adaptación de este, que el expediente también adjudicaba a dedo al mismo constructor, con algo más de seis millones de euros y, por lo tanto, un total de 29 millones.
Tras conocerse ese polémico proceso, que ha sido adelantado y explicado al detalle por Tenerife Ahora todos estos días, Hormiga concedió esta entrevista, en la que habla con claridad del antes y el después de esa operación pública en la que se ha quedado muy sola CC. La entrevista se hizo esta mañana de viernes, justo en el momento en que Alonso anunció que el Cabildo renunciaba a esa compra para lanzar un proceso de oferta pública, garantizando así la concurrencia.
La consejera insular de Podemos desgrana en esta charla lo ocurrido estos días y aporta algunas claves acerca de lo que había detrás de ese intento de compra urgente tan criticada en Tenerife (ya por todos los partidos menos CC), tan poco transparente y con beneficio inmediato para un empresario condenado hasta dos veces por corrupción (en los casos Las Teresitas y Áridos -barrancos de Güímar-, el primero con fallo recurrido ante el Supremo).
PSOE y PP han comentado estos días que entonces votaron a favor de la compra del edificio de Plasencia porque ni siquiera se dijo en la reunión del consejo rector del IASS de 28 de diciembre pasado que era de una empresa del constructor condenado por corrupción. ¿Es eso así?
El expediente no nos fue facilitado hasta el día del consejo rector del IASS y en él se podía ver la dirección exacta del inmueble. Una simple búsqueda en Google Maps da la ubicación de ese bloque de oficinas, y a nadie en Santa Cruz que esté un poco al tanto de lo que pasa en la ciudad se le escapa que ese edificio es propiedad del señor Antonio Plasencia, máxime cuando ya dio que hablar su construcción al tapar la visión del Auditorio de Tenerife. Por si fuera poco, en la propuesta de acuerdo aparecía el nombre de Carlos Antonio Plasencia Romero.
Según lo que usted relata, ¿se puede decir que alguien ha mentido sobre que no se enteró antes de quién era el edificio de Cabo Llanos?
Cada uno es dueño de sus palabras y responsable de sus actos. Si lo sabían o no, es algo que deberá valorar cada cual acorde a sus principios. Lo que sí le puedo asegurar es que yo, personalmente, lo advertí, tanto el día 27 [la primera reunión del consejo rector, esta sin el informe del interventor] como el 28 en el propio consejo rector. Además, queda meridianamente claro que es una irresponsabilidad política de los demás grupos de la oposición que, tras escuchar mis advertencias, no se hayan molestado siquiera en comprobar mis afirmaciones.
Usted fue la única voz discrepante en el consejo rector del IASS del 28 de diciembre. ¿Por qué optó por la abstención en ese momento y no por el voto en contra, algo que se le ha reprochado a Podemos?
En el consejo rector se sometía a votación el inicio de un expediente, no su compra definitiva. Por eso mismo solicité que se incluyera en el acta mi protesta formal puesto que dicha compra se iba a hacer a un empresario condenado por corrupción. Mi abstención vino motivada por la urgente necesidad -compartida por el grupo de Podemos- de dar un nuevo espacio a pacientes y familiares del hospital Febles Campos, puesto que esa es una necesidad imperiosa para quienes la sufren y dado que los informes de la intervención delegada eran favorables. En ese momento opté por la abstención, que no es sino un voto discrepante al fin y al cabo. Evidentemente, no teníamos acceso a toda la información tal y como nos fue llegando en días posteriores.
¿Ha recibido algún tipo de presión por desmarcarse de ese acuerdo y hablar tan claro sobre las supuestas irregularidades que hay en el expediente?
Se puede afirmar que sí. Se me ha sometido a un chantaje emocional, principalmente por parte de quienes desde CC conocen mi sensibilidad por los pacientes del IASS.
¿Por qué CC ha tenido tanta prisa en cerrar esta operación tan polémica, tan urgente para ellos y con un proceso legal con tantas carencias y tan poco limpio al menos en el plano administrativo?
Las políticas de la corrupción suelen ser siempre las de las urgencias y las ocurrencias. Es el último sistema que estamos conociendo.
¿Este asunto puede acabar en la Fiscalía o en los tribunales?
Todos los indicadores apuntan a que así será.
¿Qué espera del consejo rector de este viernes, 18 de enero? ¿Por qué CC ha decidido convocarlo a toda prisa?
A solicitud de mi persona se solicitó inmediatamente la convocatoria de un consejo rector extraordinario, pero lamentablemente, al no tener el número mínimo de miembros necesarios para su convocatoria, no se atendió mi petición. Nuestra sorpresa fue mayúscula cuando al día siguiente se convoca al grupo de gobierno para que la noticia que trascienda a los medios sea que fue CC -y también el PSOE- el que la solicitó y no Podemos, que no olvidemos la había pedido el día anterior. Al consejo rector se va a llevar un único punto en el orden del día, que es la Dación de cuenta del presidente sobre la situación actual del expediente de compra. A fecha de hoy desconocemos su contenido [el presidente del Cabildo de Tenerife, Carlos Alonso, adelantó este jueves al mediodía que se va a renunciar a la compra a dedo y se abrirá un proceso de oferta púbica].
Si no sale la compraventa, que el PSOE no la va a apoyar (y parece que tampoco el PP, más la negativa de Podemos), ¿se acabó el pacto en el Gobierno insular?
El pacto hace tiempo que está roto, como todo el mundo intuye o sabe, y además todo apunta a que lo sostienen los sillones, las prebendas y los más que generosos sueldos percibidos en el Cabildo. Sabemos que entre CC y PSOE las relaciones están más que tensas y, si no se ha roto ya, es porque desgraciadamente el socialismo en Tenerife está acostumbrado a plegarse y humillarse a los deseos de CC. El PSOE está desorientado en estos momentos porque Alonso lo está presionando. Los socialistas están bajo el liderazgo de alguien en entredicho, ya que [en alusión a Aurelio Abreu] no solo tiene causas judiciales pendientes sino que no aúna las sensibilidades del partido. Nos consta que una parte del grupo en el Cabildo rompería el pacto ahora mismo.
Dice Carlos Alonso que todo se basó en una tasación hecha por un funcionario. ¿Mintió Carlos Alonso cuando dijo eso a la prensa, puesto que en el expediente lo que hay es una validación de la tasación de Tinsa por un funcionario de un servicio que admite que no tiene personal ni datos para actuar con criterio técnico?
La declaración de Carlos Alonso consistió simplemente en manifestar a los periodistas que “había una tasación de un funcionario” cuando en realidad no era así. Él siempre podrá decir que había un funcionario que hizo una validación de la tasación y de la oferta realizada, pero el informe de ese funcionario en modo alguno es una tasación. De hecho, se dio por bueno el precio ofertado por el señor Plasencia porque sospechosamente era inferior al de Tinsa. Para la oferta se comparó con otro edificio en Ifara, pero hay que recordar que este se encuentra en una zona muy lujosa de la ciudad y Cabo Llanos en su día pretendió ser la milla de oro de Santa Cruz, pero a día de hoy es una zona abandonada a su suerte. Prueba de ello es que ni el mismo Plasencia ha logrado vender el edificio en el mercado privado. Tinsa fijó el precio. ¿Pero quién es Tinsa? La sentencia de Las Teresitas lo aclara muy bien.
¿Cómo lo interpreta usted y qué consecuencias cree que tiene el hecho de que la oferta de Plasencia aparezca registrada en el IASS el 14 de diciembre de 2018 pero en el expediente ya figuran haciéndose trámites sobre esa compra desde octubre pasado? Además, el informe al Ayuntamiento de Santa Cruz sobre el uso posible del suelo se traslada al IASS antes de ese 14 de diciembre, el día que la oferta de venta es oficial.
En la misma pregunta que usted hace está la respuesta. Esta operación ya estaba urdida de antemano por los cerebros pensantes de CC-ATI.
Hable con claridad: ¿CC ha hecho un traje a la medida de los intereses de Antonio Plasencia?
El expediente habla por sí solo. El traje no solamente está hecho: estaba puesto a la venta y con un comprador pactado con abundancia de recursos públicos para adquirirlo.
Del expediente se deduce que a Tinsa, la tasadora que, según la sentencia, infló el precio de Las Teresitas a la medida de Plasencia y González (los dos empresarios que vendieron parcelas del frente de esa playa al Ayuntamiento), también se le dio a dedo el encargo. ¿Qué opina al respecto? ¿No hay ningún funcionario en el Cabildo capaz de hacer una tasación de ese tipo, como la propia Pía Oramas, ya que estamos con los mismos protagonistas del caso Las Teresitas, en su caso en clave positiva?
Confiamos plenamente en la profesionalidad y en la defensa del interés público de los funcionarios del Cabildo. Quizá lo que no interesaba era una tasación por parte de los técnicos, como todos sabemos que sucedió en el caso de Las Teresitas con la tasación que realizaron los funcionarias y que fue relegada en aras del interés de los empresarios condenados.
Dice el PSOE de Santa Cruz que si el Plan General se anula de forma definitiva, lo cual es muy probable, no es posible el uso sociosanitario de ese edificio, aunque el informe de la Gerencia Municipal de Urbanismo avala el cambio. ¿Qué papel juega el Gobierno municipal, de CC-PP, en este asunto?
Da la impresión de que son simples convidados de piedra en este festín de la supuesta corrupción y el caciquismo.
¿Podemos decir que esta operación es cosa de un solo partido, CC, o hay más?
El final de CC, o mejor dicho de ATI y sus seguidores, es el final de un ciclo político caduco y vetusto, que está terminando de la peor manera posible. Ese final no puede ser liderado por los partidos que han sido muletas de apoyo y sostén de CC: el PSOE y el PP, y este es un ejemplo que sirve tanto para el Cabildo como para el Gobierno de Canarias. CC podrá seguir aplicando estas políticas clientelares y de amiguismo siempre y cuando la ciudadanía se lo permita. Si esto es así continuarán utilizando el dinero público para contentar a sus amigos y no para financiar políticas realmente necesarias para la ciudadanía como son la sanidad o la educación. Este edificio es ya el símbolo evidente del estercolero en que, durante más de 25 años, los mismos de siempre han convertido la política en Canarias.
Ahora mismo se ha informado de que Carlos Alonso informará en la nueva reunión del consejo rector del IASS, la de este viernes, de que el proceso puesto en marcha se paraliza para abrir un proceso de oferta pública. ¿Qué opinión le merece esta recogida de velas?
Ah, sí... Una vez más queda demostrado que hacer política soloe pensando en intereses partidistas y clientelares, para favorecer a los amigos, no es de recibo. Carlos Alonso, ante las múltiples denuncias de algunos medios de comunicación y de Podemos, deja meridianamente claro, al retirar la propuesta de compra, que no solo estábamos ante una compra irregular sino que con casi toda seguridad estábamos viendo el comienzo de un supuesto hecho delictivo merecedor de la actuación de la Fiscalía. Además, iba a dejar pequeño el caso de Las Teresitas, para más escándalo, con algunos de los mismos actores implicados, tal y como llevo denunciando desde el primer día. Aparte de esto, lo más lamentable también es que el PSOE, con esta retirada, queda a salvo a pesar de no hacer nada, como nos tiene acostumbrados en este mandato. Volverá a su postura cómoda de hacer lo mismo que lleva haciendo estos cuatro años en el Cabildo: ver, oír y callar.