La empresa estatal bajo control público AENA ha adjudicado las obras para la construcción del polémico edificio de unión entre las terminales T-1 y T-2 del aeropuerto de Tenerife Sur por importe de 44.163.000 euros. La obra la hará la empresa Sacyr Infraestructuras, SA, trabajos que empezarán en abril y durarán unos 23 meses.
Confirmada la adjudicación, se puede decir que de poco ha servido la oposición oficial del Cabildo de Tenerife, abanderada por el presidente insular Carlos Alonso, ni de los agentes sociales y económicos de la isla. Tampoco surtió efecto el rechazo al proyecto de AENA por parte del Gobierno de Canarias, liderado por el propio Fernando Clavijo. AENA siguió adelante y el proyecto ya ha sido adjudicado, pese a que se consideraba un parche por muchas administraciones locales y organizaciones empresariales de la isla.
La nueva área terminal, junto a la puesta en servicio de la T-2, proporcionará 14.000 metros cuadrados más de superficie útil, con lo que se aumenta el 50% la actual. Lleva aparejada la reordenación de los sistemas de control de seguridad y embarque de pasajeros, y ofrece una transformación completa de la instalación aeroportuaria al integrar los dos edificios actuales en un área terminal única.
Las obras, además de encargarse de la distribución de la urbanización exterior del área terminal para adaptarse a la nueva configuración, también incluyen la construcción de un moderno control de seguridad, centralizado y en un único nivel, con dos amplias zonas de facturación laterales en las terminales T-1 y T-2.
Como consecuencia de este proyecto, la actual T-1 readaptará el flujo de salida de pasajeros y ampliará la zona comercial. El edificio también estará dotado con dos nuevas prepasarelas para así dotarlo de cuatro nuevas puertas de embarque, informa AENA en una nota.
Todos estos trabajos se realizarán por fases para que no empeoren la operatividad del aeropuerto y las implicaciones en los usuarios sea mínima.