El Cabildo de Tenerife ha finalizado las obras de la nueva Planta de Tratamiento de Residuos de la Construcción y Demolición, un espacio creado en el Complejo Ambiental de Tenerife para tratar cerca de 50.000 toneladas de residuos de origen doméstico, darles segundos usos y minimizar los vertidos ilegales en vías, carreteras o caminos.
En una nota, la presidenta del Cabildo, Rosa Dávila, ha asegurado que siguen con esta nueva planta cubren la necesidad del Complejo Ambiental de Tenerife de obtener y valorizar estos áridos para la propia gestión del residuo“.
“Vamos a poder tratar más de 50.000 toneladas de residuos al año provenientes de las obras domiciliarias. Hablamos de cementos o escombros que serán triturados, pero también otro tipo de materiales como metales, maderas o vidrios. Con ello, estos materiales inservibles podrán tener una segunda función, ya sea para el reciclado o para sellar y cubrir las celdas de vertido”, ha asegurado la consejera de Medio Natural, Blanca Pérez.
El director insular de Residuos, Alejandro Molowny, destaca “de las 50.000 toneladas, unas 45.500 toneladas de residuos de escombro serán recicladas como material de cubrición y sellado de las celdas.
“Con este tipo de triturado cumplimos una doble función: el reciclaje de todo el material y poner a disposición de los vecinos una herramienta para evitar o minimizar los vertidos ilegales que se producen en nuestras carreteras, vías, caminos o senderos”, ha ahondado, a la par que ha estimado en unas 5.000 toneladas los otros tipos de materiales como metales, maderas, plásticos o vidrios, que también serán clasificados para una segunda vida.
La nueva planta de Tratamiento de Residuos de Construcción y Demolición del Complejo Ambiental de Tenerife consta de una zona de trabajo específico del tratamiento de residuos, así como de oficina, aparcamientos, taller y almacén.
El nuevo espacio, que ocupa 5.500 metros cuadrados de superficie, está ubicado en una zona accesible para la correcta recepción de los materiales provenientes de pequeñas obras o demoliciones domiciliarias para que, posteriormente, puedan ser clasificados para emplearlos en segundos usos.
No obstante, la principal función que se le dará al escombro será la cubrición y sellado de las celdas de vertidos.
El trabajo se desarrollará en tres fases distintas. Por una parte, se clasificará y limpiará del material valorizable (maderas, metales, plásticos o vidrios, entre otros).
Con posterioridad, la maquinaria de machaqueo triturará el material y, finalmente, el material se almacenará para su reutilización, ya sea para la cubrición y sellado de la celda de vertido o para su distribución.