El Cabildo de Tenerife, a través del área de Medio Natural, en colaboración con el Instituto Universitario de Sanidad Animal y Seguridad Alimentaria (IUSA) de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, ha finalizado una investigación a través de la Red Canaria de Vigilancia Sanitaria de Fauna Silvestre que concluye que la repentina muerte de varios ejemplares de conejos en el Parque Nacional del Teide a principios del mes de julio se produjo por la nueva variante del virus de la enfermedad hemorrágica del conejo (RHDV-2).
La consejera de Medio Natural, Blanca Pérez, señala que el Cabildo quiere “enviar un mensaje de tranquilidad ante los vídeos e imágenes publicadas en redes sociales que generaron alarma entre el sector cinegético” y apunta que “las muertes (de una docena) se produjeron por la enfermedad hemorrágica del conejo, algo que es habitual, y no por otras causas”.
Cuando un animal enferma o acumula varias enfermedades (víricas, bacterianas, parasitosis) los sistemas inmunitarios, en ocasiones, no responden lo suficiente para lograr la supervivencia.
En la mayoría de los casos, las enfermedades víricas, como el RDHV-2, ponen al límite la capacidad de resistencia de los conejos, explica el Cabildo.
Los análisis toxicológicos se realizan a través del programa VIGIA del Gobierno de Canarias, que los envía al laboratorio SERTOX, y en estos momentos se está pendiente de los resultados definitivos, pero es “altamente improbable” que un tóxico pueda ser la causa de las mortalidades, resalta Pérez.
Los cadáveres y las pieles de los animales pueden mantener los virus potencialmente activos durante bastante tiempo y pueden difundir la enfermedad a otros animales vivos. Por este motivo es muy importante retirar los cadáveres de conejos muertos del campo y no translocarlos de manera clandestina, añade.
Para garantizar la sostenibilidad de las futuras poblaciones de conejo silvestre en la isla es imprescindible la colaboración de todos los ciudadanos con la administración, notificando los lugares donde se encuentren animales para que se lleven a cabo su correcta recogida y retirada, demanda el Cabildo.
Además, las sociedades de cazadores también pueden contribuir en la gestión de las poblaciones mediante la aportación de datos y cada captura debe ser vista como un dato científico que ayuda a mantener y mejorar las distintas poblaciones de fauna silvestre en Tenerife.
El Cabildo detalla que la enfermedad hemorrágica del conejo es un virus altamente contagioso y con una elevada mortalidad para esta especie de lagoformos debido a que la inmunidad frente a la forma clásica de esta enfermedad hemorrágica (RHDV-1) no protege frente a esta nueva variante (RHDV-2).