La prestigiosa revista estadounidense Forbes ha posado sus ojos en las islas Canarias, concretamente, en Tenerife, con un artículo escrito por el periodista de viajes John Oseid.
Bajo el título Tenerife: no es solo sol y diversión en esta rica zona de la biosfera de Canarias, el artículo comienza situando a la isla en el mapa. “A escasas 62 millas de Marruecos, para la mayoría de los estadounidenses las Canarias están fuera de sus circuitos de viaje, y si alguno ha oído hablar de Tenerife será por sus 'mega resorts' turísticos situados en una pequeña parte de la isla”. Pero, añade el autor, “resulta que hay mucho más en Tenerife que sol y diversión”.
Oseid repasa brevemente las características naturales de la isla y explica la influencia de los alisios en el clima de Tenerife, “rasgos que fueron apreciados por los primeros científicos naturales, como el gran intelecto alemán Alexander von Humboldt”. Así, explica el autor, “los visitantes pueden moverse en un día desde el Atlántico y el Mediterráneo a climas continentales y subalpinos”.
El periodista destaca el avistamiento de aves y ballenas entre las actividades más singulares de la Isla, a la que califica de “paraíso para los aficionados a las estrellas”.
Amaro Pargo, José de Anchieta o Nelson también aparecen en su relato cuando habla de San Cristóbal de La Laguna. “El patrón de cuadrícula de la ciudad fue el modelo para muchos de los principales diseños urbanos de América Latina, como el de La Habana”, explica. Sobre los aborígenes de Tenerife, solo una breve mención: “Habitantes guanches originales cuya cultura fue erradicada por los conquistadores españoles”, escribe.
El Parque Nacional de Teide, con sus tajinastes rojos, su aspecto marciano y su observatorio astronómico; el Drago Milenario, el Parque Rural de Anaga, Los Realejos, Teno, Masca y Los Gigantes fascinan a Oseid, que los describe admirando el lado más exótico de la isla.
“Ciertos pequeños lugares en el mundo albergan grandes ambiciones, y Tenerife es uno de ellos”, sentencia.