Tenerife pretende apostar por un sistema de depuración que está “completamente desfasado”
Ha pasado algo más de un mes desde que la alcaldesa de Los Silos, Macarena Fuentes (CC), firmara el convenio que ha permitido que a día de hoy las aguas residuales de Garachico, en el norte de Tenerife, estén siendo expulsadas por el emisario submarino de su municipio. Este acuerdo supone un avance en el objetivo del Consejo Insular de Aguas (CIATF), que pretende establecer en la isla un sistema de depuración comarcal de alto coste energético.
En este contexto, el alcalde de Buenavista del Norte, Antonio González (Sí se puede), cree que todavía hay razones suficientes para seguir trabajando en aras de una depuración más barata, sostenible y “adecuada a las necesidades de los municipios de la Isla Baja”, comarca de la isla que incluye a los municipios de Garachico, Los Silos, El Tanque y Buenavista.
¿Por qué a día de hoy la Isla Baja, como tantas otras comarcas de la isla, sigue vertiendo al mar sus aguas fecales sin depurar?
En primer lugar, creo que hay que hacer autocrítica. La depuración es un tema del que los ayuntamientos nos hemos preocupado poco. Durante mucho tiempo hemos sido muy irresponsables con este tema. Incluso en Buenavista, que es un municipio que tiene su instalación de una manera muy precaria, siempre se nos dijo que nosotros estábamos por delante de otros ayuntamientos porque, a pesar de la precariedad, nos habíamos preocupado por mantener la depuradora, aunque fuese en ese estado tan precario.
Sin embargo, a partir de 2017 sí que empezamos a reivindicar de manera más activa la necesidad de depurar para dejar de verter las aguas en esas condiciones. No obstante, como no nos hemos avenido a la solución que se planteaba por parte del Consejo Insular de Aguas, han pasado los años y al final las inversiones que se han hecho son nulas, en el caso de Buenavista y Los Silos. En Garachico, la solución, que es el tratamiento de las aguas, pues ni siquiera se ha logrado poner en marcha.
En el Plan Hidrológico de Tenerife, el CIATF argumenta que las depuradoras comarcales gestionadas por ellos son más eficientes que las de titularidad municipal, por eso de que pueden acceder a las economías de escala. ¿Cuánto hay de cierto en esto?
Bueno, yo realmente no voy a entrar en las valoraciones que se puedan hacer para otra parte de la Isla, pero creo que en la Isla Baja esta economía de escala no se da. Al final, el volumen de aguas que se va a manejar es muy pequeño. Estamos hablando de la recuperación de aguas de la Isla Baja exclusivamente. En este sentido, la propuesta del Consejo Insular de Aguas es matar moscas a cañonazos. Además, nosotros lo hemos valorado y creemos que, con respecto a nuestra alternativa de depuración, la industrial va a disparar los costes, porque toda esa agua que se va a tratar en un mismo punto tiene que ser bombeada hasta el lugar en el que se encontraría la estación depuradora. Eso conlleva unos costes eléctricos que no se darían en la propuesta que han hecho los ayuntamientos al CIATF y por el que lleva años luchando la ciudadanía.
Porque en el sistema de depuración natural que proponen los ayuntamientos se aprovecha la fuerza de la gravedad, ¿no?
Exactamente. Yo creo que ahí está el quid de la cuestión. Sostenibilidad –y lo llevamos diciendo desde 2017– no es solamente que la energía que se utilice venga de una fuente verde, sostenibilidad es utilizar la menor cantidad de energía posible. Y, en este caso, es más eficiente la fuerza de la gravedad. Y la propuesta de depuración descentralizada de los tres ayuntamientos [Garachico, Los Silos y Buenavista del Norte] funciona en un 90% por gravedad. Por lo tanto, elimina todos esos costes que supondría la propuesta del Consejo Insular de Aguas.
Cuando habla de la propuesta de los tres ayuntamientos da la sensación de que existe cierto consenso entre las corporaciones locales de la Isla Baja en relación al tipo de depuración que quieren para la comarca. Sin embargo, recientemente la alcaldesa de Los Silos, Macarena Fuentes (CC), ha firmado un convenio con el CIATF por el que se autoriza a conectar las aguas residuales de Garachico con las de su municipio ¿Qué le parece el cambio de parecer del Ayuntamiento de Los Silos con respecto a este tema? ¿Y a qué cree que se debe?
Bueno, con respecto a esto yo creo que existe un consenso importante. No creo que la firma del convenio represente un cambio en los objetivos que se persiguen por parte de los ayuntamientos de la Isla Baja. Yo creo que la firma del convenio era, desde nuestro punto de vista, algo inevitable, ya que estaba incluido dentro de ese primer ciclo del Plan Hidrológico de Tenerife. Era un convenio que estaba paralizado por una serie de decisiones judiciales pero que se han acabado desbloqueando en este momento. Yo he estado reunido con la alcaldesa de Los Silos y, obviamente, nuestra disposición es seguir trabajando por una depuración descentralizada. Y, evidentemente, si los tres municipios conseguimos tener nuestras propias depuradoras, ese trasvase de aguas, por más que esté firmado, no se va a producir. Por eso tenemos que seguir trabajando, yo tengo la palabra de la alcaldesa de Los Silos y creo que la unión de los tres municipios –que es lo que siempre se ha perseguido– sigue en pie. Y creo que es importante, no solo de cara a la ciudadanía, sino también de cara a las administraciones superiores, que sigan percibiendo esa unidad para conseguir que la depuración que tengamos sea la depuración que necesitamos.
¿No cree entonces que esta conexión de las aguas de Garachico y las de Los Silos suponga un avance en el plan del Consejo Insular de Aguas? Porque lo que pretende el CIATF al final es unificar todas las aguas residuales de la Isla Baja para depurarla en una única estación comarcal.
A ver, está claro que el CIATF sigue trabajando en la línea de unificar los vertidos en un solo punto. Y está claro que este trasvase de aguas estaba incluido dentro de ese primer ciclo del Plan Hidrológico. Evidentemente no es una buena noticia. No voy a decir que es una victoria en esta contienda. Pero sí es verdad que no modifica los objetivos que tenemos. Los ayuntamientos vamos a seguir defendiendo lo que llevamos reclamando desde 2017: una depuración natural y descentralizada.
Usted ha dicho que con aquella sanción de 60.000€ que propuso en octubre el Consejo Insular de Aguas lo que intentaba era desprestigiar y avasallar al Ayuntamiento de Buenavista. Ahora, casi de forma inesperada, la alcaldesa de Los Silos firma el convenio de trasvase de aguas por miedo a incurrir en responsabilidades penales. ¿Está presionando el CIATF a los ayuntamientos para imponer su modelo de depuración industrial?
Sin ninguna duda. El expediente del que nace esa propuesta de sanción surge en agosto de 2019, justo cuando nosotros accedemos al grupo de gobierno. Obviamente el Consejo Insular de Aguas está empleando todo su potencial para influir en las decisiones que se tomen en los ayuntamientos. Yo creo que el Consejo ha demostrado ser bastante reticente a que los municipios podamos depurar de una manera más sostenible. Y al final todas estas cuestiones judiciales son solo la punta del iceberg de una reticencia sistémica que no nos permite avanzar.
En todas las reuniones con el Consejo Insular de Aguas acaba apareciendo la palabra Fiscalía, que es una palabra a la que hay que tenerle muchísimo respeto. Y nosotros se lo tenemos porque hay que tener respeto por la Justicia. Pero sí considero que cuando el CIATF utiliza este tipo de argumentos lo hace para hacernos saber que todo este asunto puede acabar judicializado. Lo cual es una mala noticia.
¿Y teme tener que ceder, como lo ha hecho la alcaldesa de Los Silos, para evitar este tipo de responsabilidades penales?
Nosotros entendemos que no, porque lo que estamos planteando son medidas que vienen a minimizar los puntos donde no se está depurando correctamente. Y eso, en otros municipios de la Isla –como en Arona– sí se ha autorizado por parte del Consejo Insular de Aguas. Así que si quieren presionar al Ayuntamiento de Buenavista no autorizando lo que sí ha autorizado en otros lugares, tendrán que dar explicaciones.
Lo que sí consideramos es que el Plan Hidrológico es inamovible cuando se trata de la tecnología con la que se ha de depurar, pero cuando se quieren poner depuradoras intensivas –aunque sea de manera puntual para controlar puntos de vertidos– ahí parece que no hay tanto problema.
Ha dicho en alguna ocasión que pretende reunirse con el presidente del Cabildo para tratar este asunto ¿Ha podido hablar con él?
Sigo sin poder hablar con él de este tema. He solicitado una reunión de manera insistente y, hasta el momento, esa reunión no se ha podido producir. Pero es una cuestión que tengo encima de la mesa, porque creo que ya no es solamente el tema de la sanción, sino que toca desbloquear el acuerdo que se alcanzó –si mal no recuerdo– en abril o mayo del año pasado y toca desbloquear estos proyectos a través del Área de Cooperación para que los ayuntamientos podamos ir trabajando.
Yo creo que hay que desembarazarse de todo el ruido que se ha generado alrededor de esto. Nosotros queremos mejorar nuestra depuración y tenemos una manera de hacerlo que es eficiente y mucho más barata de lo que se nos ha propuesto por parte del Consejo Insular de Aguas. Yo creo que lo que toca es ponernos a trabajar y mejorar esas condiciones de depuración y, por tanto, de vertido y contaminación.
¿En qué momento perdieron los ayuntamientos la competencia en la gestión de sus aguas residuales?
Es una competencia municipal. El Consejo Insular de Aguas está planteando que ellos se harían cargo del mantenimiento, pero eso deciden si delegarlo o no los ayuntamientos. Y yo quiero recordar que cuando el ayuntamiento delega esas funciones en el CIATF, este no lo hace gratuitamente; cobra por ello a las corporaciones locales y estos a su vez están obligados a trasladar ese gasto a los ciudadanos.
Aquí, desde el año 2017, se pretende hacer ver que no va a haber problema porque el CIATF se va a encargar del mantenimiento y demás. No obstante, el titular de sus depuradoras siempre va a ser el ayuntamiento, que podrá delegar su mantenimiento en el CIATF. Y si esa instalación es de alto coste energético va a repercutir en los ciudadanos del municipio.
¿Y la inversión para instalar las depuradoras también tendría que asumirlas el Ayuntamiento?
Esta es otra cuestión que nosotros no entendemos y que llevamos tiempo planteando. Si existe dinero para construir unas depuradoras –bueno, depuradoras, estaciones de tratamientos y estaciones de bombeo– con el sistema intensivo que propone el CIATF, ¿por qué para un sistema que es muchísimo más barato [el natural] no se nos otorga esa financiación por parte del Consejo Insular de Aguas? Yo creo que es otra forma de coacción.
En Buenavista ya estamos ultimando los detalles para que, por medio del Plan de Cooperación del Cabildo, este sistema descentralizado sea una realidad en nuestro municipio.
El informe jurídico del Ayuntamiento de Los Silos que justifica la firma del convenio dice que la depuración natural se encuentra “en fase embrionaria” por carecer de estudio de viabilidad, no estar en el PHT ni existir un proyecto técnico que la avale.
No es una tecnología embrionaria. Se lleva utilizando muchos años; incluso antes que la intensiva. De hecho, tenemos el ejemplo de tres depuradoras que están funcionando actualmente en nuestro municipio: en el albergue de Bolico, en Los Carrizales y en Masca. Además, esta última, al estar en una zona tan visitada asume los vertidos de mucha más gente de la que tiene aparejada. Y funciona perfectamente. Lo que puede ser es que algunas tecnologías extensivas no se encuentren en un estado de maduración como el que exige el CIATF.
De todas maneras, según nos comentan algunas fuentes ingenieras lo que ocurre es que el CIATF es bastante reticente a tolerar nuevas fórmulas de depuración extensivas. Se ciñen a cálculos antiguos y lo utilizan como argumento, alegando que no hay superficie para depuradoras extensivas porque realmente los cálculos que hacen son los que se tenían hace muchísimo tiempo y que ya están completamente desactualizados.
El gerente del CIATF, Javier Davara, trabajó antes para la multinacional Suez, propietaria de la empresa Canaragua. Además, en la Junta del CIATF están representadas algunas empresas del sector del agua, como Emmasa o del sector de la ingeniería, como Imtech. ¿Cree que los intereses de esas empresas pueden influir en la toma de decisiones del CIATF?
Yo no me atrevo a decir eso. Creo que Javier Davara es una persona altamente cualificada para el puesto que desempeña. Yo sé que el Consejo Insular de Aguas históricamente ha tenido bastante relación con lo privado. No solamente las empresas de tratamiento de agua sino también con las de su explotación. Y eso obedece a las políticas del agua en la Isla de Tenerife. Nosotros sí que apostamos por otro tipo de políticas, desde un punto de vista más público, pero yo no me atrevo a poner en cuestión de manera concreta ese aspecto. Además, y esto lo digo con honestidad, le tengo un respeto muy grande a nivel profesional al señor Javier Davara.
¿Y qué cree entonces que lleva al CIATF a no valorar otras opciones como la depuración natural?
Creo que el Consejo Insular de Aguas, desde hace mucho tiempo, emprendió una planificación que pasaba básicamente por la acumulación de agua en puntos concretos. Esa planificación se llevó a cabo hace mucho tiempo, en otro contexto –sobre todo desde el punto de vista energético– y creo que se pretende seguir apostando por un planteamiento que está completamente desfasado. Al menos para esta parte de la isla, porque quizás para otras comarcas que manejan otros volúmenes de agua la propuesta del CIATF sí pueda ser la correcta.
Se ha demostrado en los últimos años: la isla no atiende solamente a una realidad. Y en el caso de la Isla Baja creo que toca tomar otro tipo de decisiones diferentes a esa propuesta única que tiene el Consejo Insular de Aguas.
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