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María José Roca (Podemos): “Todavía debemos saber y entender dónde estamos y a dónde vamos”

Román Delgado

Santa Cruz de Tenerife —

María José Roca es un vendaval. Quizá algo nerviosa al principio, luego habla con pausa y mucha potencia. Se la ve con ganas, con muchas ganas. Tiene las baterías bien cargadas y parece que no es de los políticos que apuestan por estarse quietos. Curtida en la calle y en las reivindicaciones ciudadanas, vecinales y sociales, nació en Murcia.

Hoy ya es de Tenerife, isla en la que se ha integrado y en la que tiene un papel notable dentro de Podemos en La Laguna. En este municipio, es concejala de Unidos Se Puede, y desde esa atalaya habla de cómo llevan el trabajo de oposición en el Ayuntamiento y de por dónde pasa el mejor futuro electoral para Podemos, esto en el ámbito nacional.

María José Roca dialoga con precaución, pero sin perder la intensidad. Traslada en la charla que le gusta lo que hace: la política que sirve para resolver los problemas más agudos de la gente. Habla y no deja de hablar, pero en algún momento hay que parar…

Ya ha pasado un año desde el aterrizaje de Unidos Se Puede (Podemos) en el Ayuntamiento de La Laguna, donde Coalición Canaria (CC) tuvo un fuerte retroceso. ¿Cómo les está yendo, ahora como segunda fuerza política?

En esa Corporación local, CC se pegó un pequeño leñazo, pues pasó de 14 concejales en el anterior mandato a los siete actuales. En Unidos Se Puede confluyen fuerzas de la izquierda y personas independientes, y hemos entrado con bastante fuerza. Es cierto que en un primer momento se planteó el pacto con el PSOE, pero finalmente el PSOE no dio el paso. Este año el equipo de Gobierno local ha cambiado un poco con la salida del socialista Javier Abreu y algunos de sus compañeros, y con la entrada del PP por la puerta de atrás, con esos 35.000 euros anuales que se les va a dar a cada partido político. Con ello se aseguran el voto favorable en cuestiones importantes en el pleno. Por supuesto, nosotros rechazamos ese dinero, algo que consideramos vergonzoso a todos los niveles.

¿Se ha notado en el Ayuntamiento la llegada de un partido que demanda mucha más transparencia pública? ¿Cómo CC ha reaccionado a la nueva relación de fuerzas?

Sí, se ha notado. Ellos [CC] van con la lengua por fuera sacando noticias cuando nosotros realizamos alguna acción. Por ejemplo, en julio tuvimos una reunión con la comisión territorial en la zona de Padre Anchieta, en la que los vecinos nos comentaban el estado deplorable de sus edificios. Creo que hace solo unos días salió una noticia diciendo que se aumentaba en 200.000 euros el dinero para la rehabilitación de viviendas. No es casualidad. CC va un poco a remolque, y pone una pantalla de humo para evitar que se conozca el trabajo que nosotros hacemos, aunque no en todo.

¿Se está manteniendo la consigna central de Podemos relacionada con la cercanía a los ciudadanos? ¿Cómo llegan las peticiones de los vecinos al partido?

Unidos Se Puede es el brazo político de la asamblea ciudadana lagunera, y en ella hay diferentes partidos, como Sí se puede, Equo o Izquierda Unida. También están las personas que no se quieren vincular a partido alguno, aunque tengan mayor o menor afinidad por determinadas opciones políticas de la alianza. Luego existen las comisiones de trabajo, donde muchas de las personas que participan a la vez están en colectivos. Llevamos a cabo reuniones territoriales, que avisamos con tiempo, y otras veces son las propias asociaciones de vecinos las que se ponen en contacto con nosotros para realizar denuncias o peticiones, como ha ocurrido recientemente con vecinos del barrio de Las Mantecas.

¿El grupo de Gobierno lagunero les ha puesto trabas en las tareas de fiscalización y oposición?

Sí. En primer lugar, porque tardan mucho en entregarnos los expedientes que pedimos. Incluso hay retrasos de meses. En segundo lugar, porque pedimos una comisión de control para evitar eso y para que los plenos no duren ocho horas. A veces hasta se arrastran asuntos al siguiente pleno. La comisión de control de la que hablo serviría para agilizar esas cuestiones, pues al final el Ayuntamiento es de todos y tiene que ser más transparente. Por ejemplo, no sabemos quiénes son los asesores. Los puede poner cada partido político a dedo, y es estupendo, pero que lo justifiquen, que expliquen cuál es la cualificación y que se diga lo que cobran. ¿Por qué se hace por detrás si el dinero es de todos?

En las elecciones generales de diciembre pasado, Podemos tuvo su mejor resultado en La Laguna, pero eso no ocurrió en las pasadas. ¿Qué lectura hace de la caída en los respaldos?

De eso se ha hablado muchísimo en las asambleas y en los medios de comunicación. Aquí ha ocurrido lo mismo que en todo el país: el miedo. Éste ha hecho que la gente diera un pasito hacia atrás. Solo conozco a un analista electoral que dijera antes de las elecciones pasadas que no iba a haber sorpasso, y que ganaría el PP. Su análisis fue interesante.

¿Cree que el factor del miedo fue potenciado por el PP a través de los medios de comunicación?

“Más vale malo conocido que bueno por conocer”. Esta frase lo resume todo. ¿La actitud de Podemos en el Congreso, tras los comicios de diciembre pasado, sobre todo respecto a la relación con el PSOE, pudo afectar en el voto de junio? Creo que ha sido un cúmulo de cosas, pero sí bajamos el tono del discurso. Era necesario tender la mano al PSOE porque no podíamos gobernar solos, pero quizá algunos discursos pudieron llevar a la confusión. También contribuyó el hecho de que fueran unas segundas elecciones. La gente se cansa y vota menos.

En Canarias, ¿le parece que pudo influir todo lo ocurrido con Victoria Rosell y el hoy ex ministro José Manuel Soria o la forma de ser de Alberto Rodríguez?

No. Ha sido un comportamiento general. Lo que más influye en la decisión del voto en las generales es lo transmitido por la televisión y por lo grandes líderes, en nuestro caso por Iglesias y Errejón. En menor medida influyó el caso Victoria Rosell, que además se retiró como manda el código ético. Alberto Rodríguez es un político muy querido.

¿Existe una crisis en la dirección nacional de Podemos? ¿Hay una lucha por el poder entre Iglesias y Errejón?

Creo que no. Más que una lucha interna es debate, lo que pasa es que, en vez de llevarlo de puertas adentro, está de puertas afuera. Esto es difícil de analizar, ya que nosotros estamos alejados de la cúpula del partido. Mi impresión es que en el último resultado electoral, ha influido más el miedo, junto al agotamiento y la caída en el tono del discurso.

¿Es más de Errejón o de Iglesias? ¿Con quién se queda?

Soy de Podemos, y creo en la idea básica de dar el poder a la ciudadanía. De hecho, yo antes de estar en Podemos y Unidos Se Puede no participaba en ningún otro partido. Podemos es el que está en contacto con la ciudadanía, no solo para dar ruedas de prensa y emitir comunicados, que está bien, sino que hay que verse en reuniones con la gente. No soy nada personalista. Errejón, Iglesias y Bescansa son importantes, pero tenemos mucho que aprender de Manuela Carmena y Ada Colau.

¿Qué cambios ha notado en Podemos después del fracaso del 26J?

Hay autocrítica, y se ha hecho desde todos los sectores. Podemos aún se está estructurando porque es un partido joven y tiene en cuenta a las bases. Ahora mismo, estamos activando los círculos. El de La Laguna será el día 1 de septiembre. Creo que todas las miradas están puestas ahí.

¿Cómo ha visto la convergencia entre Podemos, Sí se puede e Izquierda Unida en Tenerife?

En principio, parece que la confluencia entre Izquierda Unida y Podemos ha sido electoral. Si sigue adelante, tiene que ser desde las bases. El trabajo en La Laguna es fantástico; se hace lo mejor que podemos. No hay disputas ni diferencias y existe un objetivo común, que es la ciudadanía. Esto se hace a través de un trabajo horizontal.

¿Le ha desconcertado el trabajo que Podemos realiza en la oposición tanto en el Cabildo tinerfeño como en el Parlamento de Canarias? ¿Cree que está a buen nivel?

La gente de Podemos que está trabajando en el Cabildo y en el Parlamento se está dejando la piel, sobre todo en el Cabildo. Si los ayuntamientos nos parecen lugares oscuros, el Cabildo es un lugar inmenso en el que la izquierda antes no había entrado.

No solo se debe trabajar con documentos administrativos, sino que también hay que realizar propuestas. Desde La Laguna se hacen propuestas destinadas al Cabildo.

¿Ha notado que Podemos se ha alejado de la gente?

A veces me cuesta salir de la realidad de La Laguna para mirar hacia el ámbito insular o incluso el nacional. Me cuesta salir porque el trabajo debe hacerse desde las estructuras que ya existen. No es que el consejo ciudadano insular deba estar permanentemente en contacto con la ciudadanía, sino que se deben aprovechar los círculos y las estructuras actuales, por ejemplo los que existen en los municipios. La comunicación con la gente existe pero debe reforzarse.

¿Ha funcionado bien la democracia interna estos últimos meses o quizá se ha ido introduciendo una idea más vertical, del líder hacía las bases?

Estamos en el camino de conseguir que cada decisión sea depurada en cada nivel hasta llegar arriba. Nos hallamos en el proceso de conseguirlo, ya que hay consejos ciudadanos en los que la gente se aleja y deja de participar, y luego lo vuelve a hacer. Necesitamos reforzar la estructura y los círculos porque ahora mismo eso se hace online; se hace sobre la marcha. Es necesario que la gente sienta que está participando. 

Meri Pita, la diputada de Podemos por Las Palmas, dijo que ustedes pensaban que el camino hasta el poder iba a ser en línea recta, pero, tras los comicios del 26J, se ha visto que no va a ser así. ¿Cuáles son las líneas clave para reforzar el respaldo ciudadano dentro de Podemos?

Sin duda, la aceptación de la pluralidad y el trabajo, ya que no solo hay que aceptarla sino además trabajarla. También ser consciente de cuál es la estructura orgánica del partido y cuál la importancia de los municipios. Al principio, los municipios han estado relegados, pero, poco a poco, hemos demostrado la fuerza que tenemos por estar en contacto directo con la ciudadanía.

¿Cuál es hoy el grado de sintonía con la juventud? ¿Este aspecto se ha dejado de lado?

Nosotros tenemos un círculo activo para la juventud. Además, en Podemos hay gente de todas las edades: joven y mayor. En la comisión de cultura, hay mucha gente joven.

Nos parecía que íbamos a ganar y que estábamos perfectamente estructurados, pero no: estamos en proceso de saber y de entender dónde estamos y a dónde vamos. Y esto lo debemos hacer todos juntos, claramente, con IU, Sí se puede y todos los partidos de izquierdas dependiendo del territorio.