La formación Sí Se Puede ha denunciado este jueves, Día Mundial del Agua, que Santa Cruz de Tenerife ha vertido 20.000 metros cúbicos de agua sin depurar cada día en los casi siete años de mandato del alcalde José Manuel Bermúdez en la capital tinerfeña.
El portavoz del grupo de Sí Se Puede en el Ayuntamiento, Pedro Fernández Arcila, asegura que en la organización ecosocialista “nos preguntamos qué celebra el alcalde Bermúdez en el Día Mundial del Agua, cuando Santa Cruz constituye un ejemplo de las políticas que hay que superar para llegar a una gestión del agua ecológica, sostenible y eficiente”.
“Sacyr Vallehermoso [Emmasa] está cometiendo el mayor atentado ambiental del municipio con el beneplácito de Bermúdez mientras conmemoran el Día Mundial del Agua como si la Conferencia de la ONU sobre Medio Ambiente y Desarrollo de Río de Janeiro hubiera instaurado esta fecha en 1992 para que multinacionales y políticos se lavaran las manos en lugar de asumir su obligación con las políticas responsables”, recalcó el portavoz del partido en la oposición, Pedro Fernández Arcila.
El concejal insiste en que “los gobiernos de Bermúdez han permitido todos los desmanes de Sacyr Vallehermoso en Emmasa, ya que, desde mayo de 2011, no hay un solo vertido en Santa Cruz que cumpla con la directiva comunitaria”.
Arcila apoya sus afirmaciones en documentos del Cabildo de Tenerife, que se ha visto obligado a reconocer ante la Unión Europea el incumplimiento de la directiva en los vertidos de Cabo Llanos, y en los servicios técnicos municipales, que reconocen que el resto de vertidos del municipio también incumplen las obligaciones fijadas por Europa.
“Bermúdez lleva siete años haciendo la vista gorda ante los desmanes de Sacyr-Vallehermoso en Emmasa”, repite Arcila, que recuerda que “el contrato con el Ayuntamiento encargaba a esa empresa multinacional hacerse cargo de la gestión del servicio público del agua con la promesa de efectuar múltiples inversiones. Tenían que haber invertido en depuración y no lo han hecho”, recordó.
Existen varios puntos de vertidos de aguas residuales en San Andrés y en Igueste sin la preceptiva autorización del Gobierno de Canarias. Además, en las conducciones de desagüe de Acorán, Añaza, EBAR (estación de bombeo) de Cabo Llanos y en varios aliviaderos en otras zonas de la costa chicharrera las concentraciones de sustancias contaminantes son superiores a los valores establecidos como objetivos de calidad.
Esas conducciones vierten aguas residuales de manera continua, cuando solo se admiten para vertidos esporádicos. Con las aguas residuales de Añaza, Santa María del Mar y Los Alisios solo se está efectuando un tratamiento primario, de forma que se vierte en el litoral una carga contaminante que hace peligrar los sistemas naturales del medio marino.
Todas esas situaciones suponen incumplimientos del Real Decreto 1341/2007, de 11 de octubre, sobre la gestión de la calidad de las aguas de baño, así como de la Orden de 13 de julio de 1993 sobre tratamiento de aguas residuales, además de la directiva europea ya mencionada.
La situación es tan grave que ya se ha dictado auto de procesamiento por un presunto delito contra el medioambiente por el caso de los vertidos de la EBAR de Cabo Llanos, tal como recuerda el portavoz Fernández Arcila.