La refinería Cepsa inicia su marcha de Santa Cruz de Tenerife tras 92 años y deja 576.000 metros cuadrados para urbanizar

Efe / Tenerife Ahora

23 de mayo de 2022 14:23 h

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La refinería de Cepsa en Santa Cruz de Tenerife ha comenzado este lunes su proceso de desmantelamiento después de 92 años de actividad y deja a la ciudad 576.000 metros cuadrados en los que la capital tinerfeña se propone una ordenación urbanística desde cero marcada por la “sostenibilidad”.

El izado por una grúa de un recipiente de petróleo ha sido el acto simbólico que iniciado este traslado, calificado como “histórico” por las autoridades asistentes: la ministra de Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera, el presidente de Canarias, Ángel Víctor Torres, el presidente del Cabildo de Tenerife, Pedro Martín, y el alcalde de Santa Cruz de Tenerife, José Manuel Bermúdez, con el consejero delegado de Cepsa, Maarten Wetselaar, como anfitrión.

Desde su instalación en 1930, la ciudad ha acabado rodeando a la refinería, que desde 2014 ya no realiza actividades de refino sino de almacenaje de combustible para su distribución por las islas, actividad que trasladará, en un proceso de desinstalación que durará hasta 2030, al polígono industrial de Granadilla, en el sur de la isla.

“Sacar de la ciudad una actividad industrial” ofrece a Santa Cruz de Tenerife una oportunidad única para reordenar la ciudad desde la sostenibilidad y señala el camino hacia unas islas cien por cien descarbonizadas“, ha destacado la ministra de Transición Ecológica.

Rivera ha subrayado que no es nada fácil un traslado de estas características, pero ha insistido en que es un proceso de recuperación de espacio para la ciudad y a la vez de transformación del sistema energético.

Este acto puede ser pionero y marcar el camino a otras refinerías y a otras grandes plantas industriales que han quedado incorporadas a tramas urbanas, ha afirmado Rivera.

El alcalde de Santa Cruz de Tenerife, José Manuel Bermúdez, afirmó que la ciudad tiene “una oportunidad única” en España y probablemente en Europa para acometer una transformación urbana verde y sostenible, después de que Cepsa, durante más de noventa años, ha mejorado la vida de muchas generaciones de chicharreros.

El consejero delegado de Cepsa, Maarten Wetselaar, ha coincidido en que este traslado, el primero que se realiza de una refinería en España, es trascendental para Canarias y para la historia de la compañía, comprometida con la transición energética.

El presidente de Canarias, Ángel Víctor Torres, enmarcó esta actuación en la Agenda Canaria de Desarrollo Sostenible 2030.

“No se entrega un suelo sin más”, sino que los terrenos de la refinería se reconvertirán en un espacio “limpio y modélico” que disfrutarán las futuras generaciones, dijo el presidente.

Pedro Martín, presidente del Cabildo de Tenerife, dijo que ahora es el momento de empezar a trabajar en propuestas para que este espacio sea “ejemplo de un desarrollo urbanístico modélico”.

La disponibilidad de esta gran área situada al sur de la ciudad tendrá que esperar a 2030, en un proceso que se dividirá en dos fases.

La primera, que comenzó este lunes y durará hasta 2025, consiste en el desmantelamiento de las instalaciones no operativas y la descontaminación del suelo y la segunda, será la reubicación en Granadilla de las instalaciones operativas.

Según el acuerdo alcanzado entre Cepsa y el ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife en 2018, el 70% de los 576.000 metros cuadrados serán suelo público y el otro 30% privado.

En la refinería trabajan actualmente unas 130 personas, de los 1.700 empleados que llegó a tener en los años cincuenta del siglo pasado y del medio centenar que mantenía en 2014, cuando dejó de refinar y se destinó solamente a almacenamiento. 

Críticas a los planes de urbanización

Sin embargo, la oposición en el Ayuntamiento ha criticado el modelo de urbanización de los terrenos que se pretende imponer.

Ramón Trujillo, portavoz de Unidas Podemos (Izquierda Unida, Podemos, Equo) en el Ayuntamiento, afirma que el proceso de urbanización del espacio ocupado por la Refinería es ya “un ejemplo de urbanismo autoritario, porque el diseño urbanístico de ese espacio nace de una propuesta de Cepsa negociada a puerta cerrada con el alcalde. Han decido turistificar la ciudad, no han evaluado cómo compensar con viviendas sociales, han pactado los espacios verdes, las infraestructuras y han descartado cualquier propuesta global alternativa, sin escuchar absolutamente a nadie”, apuntaba a mediados de marzo.

Trujillo menciona el estudio publicado hace unos meses por el geógrafo alemán Marcus Hübscher, con el título de Planificación a puerta cerrada, en el que se cita a un ex presidente del Colegio de Arquitectos de Santa Cruz de Tenerife afirmando que Cepsa y el Ayuntamiento se reunían “casi en secreto”, para acordar Santa Cruz Verde 2030, un proyecto que, según afirmó, “carece de ideas estratégicas, no tiene ideas sobre qué es la ciudad, absolutamente nada”. Tampoco se consultó a los colectivos vecinales, ni a los partidos de la oposición, ni a la Universidad, ni a los colectivos en defensa del medio ambiente.