Ramón Trujillo, portavoz de Unidas Podemos (Izquierda Unida, Podemos, Equo) en el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, afirma que el proceso de urbanización del espacio ocupado por la Refinería es ya “un ejemplo de urbanismo autoritario, porque el diseño urbanístico de ese espacio nace de una propuesta de Cepsa negociada a puerta cerrada con el alcalde. Han decido turistificar la ciudad, no han evaluado cómo compensar con viviendas sociales, han pactado los espacios verdes, las infraestructuras y han descartado cualquier propuesta global alternativa, sin escuchar absolutamente a nadie”, apunta en un comunicado .
Trujillo menciona el estudio publicado este mes por el geógrafo alemán Marcus Hübscher, con el título de Planificación a puerta cerrada, en el que se cita a un ex presidente del Colegio de Arquitectos de Santa Cruz de Tenerife afirmando que Cepsa y el Ayuntamiento se reunían “casi en secreto”, para acordar Santa Cruz Verde 2030, un proyecto que, según afirmó, “carece de ideas estratégicas, no tiene ideas sobre qué es la ciudad, absolutamente nada”. Tampoco se consultó a los colectivos vecinales, ni a los partidos de la oposición, ni a la Universidad, ni a los colectivos en defensa del medio ambiente.
El portavoz de UP señala que Hübsner muestra la contradicción entre lo que han dicho Cepsa y el alcalde. Por una parte, la compañía afirma que había un “acercamiento mutuo” entre administración pública y empresa para diseñar Santa Cruz Verde 2030. Sin embargo, por su parte, el alcalde, José Manuel Bermúdez, explicó que “la empresa vino a nosotros y me sorprendió bastante”. Es decir, “muestran un proceder que evidencia la iniciativa de la empresa en un importante proceso de desindustrialización y urbanización en el que el alcalde parece actuar como un comercial de la empresa”, remarca Trujillo en el comunicado.
Para el político “es preocupante que el destino de la Refinería lo haya decidido una empresa pública de Emiratos Árabes Unidos, Mubadala Investment Company, el fondo soberano propietario de la mayor parte de Cepsa, en función de su estrategia económica global”. Pero que, además, el proceso de urbanización de Santa Cruz se haya impulsado desde Abu Dhabi evidencia, según Trujillo, que “en Santa Cruz de Tenerife tenemos lo que Hübsner describe como una nueva forma de gobierno caracterizada por prioridades menos democráticas y más dirigidas por las élites”.
Unidas Podemos señala que el enfoque de turistificación del área de la Refinería tendría que ser objeto de un debate público previo. “El aumento de la planta hotelera y, posiblemente, también de las camas destinadas al alquiler vacacional dispararán al alza los precios de la vivienda en la nueva zona y en los barrios colindantes. Por lo tanto, si no se remedia, habrá un proceso de mayor división clasista del espacio urbano en Santa Cruz y de expulsión preventiva de la zona de amplios sectores de población con bajas rentas. Por tal motivo, para Unidas Podemos, es una cuestión fundamental acordar destinar a vivienda pública, en alquiler social, el 30% de la nueva vivienda prevista”.
Asimismo, teniendo en cuenta que, en las próximas décadas asistiremos a una reducción importante del vehículo privado, sería necesario abrir un debate, en el que participen especialistas, sobre el nuevo modelo de ciudad que debiera abrirse paso en un contexto de menor disponibilidad de energía y cambio del modelo de movilidad. En el comunicado advierten de que “no se entiende que el alcalde ya esté anunciando un nuevo intercambiador de transportes, en la nueva zona de expansión urbana, y, por lo tanto, desechando alegremente el existente, a pesar del elevado coste que ha tenido”.
Unidas Podemos agrega que la participación ciudadana se va a limitar a efectuar alegaciones a un diseño urbano del que se ha excluido totalmente la participación ciudadana. “Todo apunta a otro episodio de democracia ceremonial para aparentar una participación ciudadana que, cuatro años después de presentado el proyecto Santa Cruz Verde 2030, simplemente no existe”, critican.
“Santa Cruz Verde 2030 va a ser un nuevo episodio de urbanismo autoritario, como el que generó Cabo Llanos, precisamente la primera etapa de desmantelamiento de la Refinería. Esa etapa mostró la subordinación de Coalición Canaria a cuatro empresarios y, por lo tanto, dejó de lado los espacios verdes, las dotaciones, la movilidad sostenible y hasta valores estéticos que hubieran sido bienvenidos”, concluyen.