El colectivo Los Árboles Hablan considera que el gobierno de Santa Cruz de Tenerife (CC-PP) le ha declarado “la guerra” a los árboles en todo el municipio y este jueves puede darse una nueva batalla. Una vecina de 80 años del barrio de La Salud, de la calle Arona y la urbanización 25 de julio, les ha contactado estos días y les ha informado de la intención del consistorio de talar dos flamboyanos que plantó en el jardín de su edificio hace unos 50 años junto a su marido y que ha cuidado durante todo este tiempo. La situación es tal que su hijo, según trasladan a Canarias Ahora desde este grupo de vecinos indignados con lo que está sucediendo, está dispuesto a encadenarse a uno de los dos ejemplares para intentar impedir su eliminación este jueves, día en que está prevista la tala según los carteles anunciadores colocados en la zona para avisar a los residentes.
Al conocer las intenciones del Ayuntamiento, la vecina pidió ayuda a Los Árboles Hablan. Este colectivo la asesoró, la señora presentó las instancias necesarias para solicitar que no se corten los dos flamboyanos y un ingeniero técnico agrícola (colegiado) que colabora con los ecologistas elaboró un informe incorporado al resto de documentación que sostiene que los árboles no están enfermos y que no tiene sentido su muerte.
Sin embargo, el consistorio mantiene sus intenciones de talarlos este jueves y, por eso, el hijo de la afectada está dispuesto a encadenarse en señal de protesta y como última medida de presión ara evitar lo que el colectivo considera un nuevo ejemplo de la “guerra” declarada, del “arboricidio” que lleva años cometiendo el Ayuntamiento.
Según se subraya desde Los Árboles Hablan, se trata de dos ejemplares muy ramificados, con amplia floración y, por tanto, que aportan mucha sombra. Según el informe remitido a la corporación local, al que ha tenido acceso Canarias Ahora, no existe ningún riesgo para la comunidad por la salud de los dos ejemplares. De hecho, el ingeniero sostiene que el entorno “es totalmente favorable para el desarrollo del árbol (en esta parte, se refiere a uno en concreto, de 10 metros de altura y un perímetro de copa de 12) que estamos valorando. Tiene una superficie suficiente para desarrollarse con normalidad, el suelo no está compactado. La copa del árbol aporta una extensa zona de sombreo, creando un ambiente fresco”. Además, añade que, “por el entorno, el estado del árbol y el servicio medioambiental que ofrece a la comunidad, a priori, no se encuentran razones para la tala”.
El informe recalca que, a diferencia de lo que suele ocurrir con esta especie por las características de sus raíces, en este caso no hay afección en el pavimento y, por tanto, tampoco se da uno de los motivos habituales para justificar esta tala. Asimismo, alude a la buena cicatrización de los “brutales” cortes de ramas que se han producido, por lo que tampoco hay riesgo en este caso, en línea con el resto de ámbitos que se analizan para decidir los niveles de peligro.
Si nadie lo remedia, este jueves Santa Cruz perderá dos nuevos árboles y, aunque se planten nuevos, estos tienen 50 años y, según recalca el colectivo, no existe ningún motivo para su muerte.