Un grupo de ciudadanos han protagonizado una protesta artística en la Rambla de la capital tinerfeña con una cruz titulada “Canarias no se vende” y han recorrido las calles al ritmo de las chácaras y coplas que entonaban versos como “una cruz de flores hecha por el pueblo, queremos Canarias libre de cemento”.
Este grupo ha reivindicado un cambio en el modelo económico y social de Canarias, así como que los espacios dedicados al ocio y la tradición vuelvan a ser del pueblo y no queden olvidados o acaparados por grupos políticos.
La cruz fue llevada a cabo con botellas recicladas del campamento de “Canarias se agota”, donde seis personas hicieron una huelga de hambre por más de 20 días.
Estas personas afirman que la lucha no se limita al evento del 20A, sino que se extiende a todos los ámbitos de la vida cotidiana como los espacios festivos y populares, en todas las calles, casas, playas, lugares de trabajo, etc. Además, sus promotores aseguran que la cruz “Canarias no se vende” es un recordatorio visible de la unidad y la determinación de los canarios que siguen en la defensa de su tierra y su identidad.