La Asociación para la Conservación de la Biodiversidad Canaria (ACBC) advierte que el incendio de Tenerife representa un peligro para los ecosistemas afectados, incluido el pinar. Desde la organización, defienden la importancia de desarrollar programas de gestión de la biodiversidad que tengan como objetivo recuperar los ecosistemas de manera integral.
ACBC solicita, en unas declaraciones recogidas por EFE, que la gestión de los pinares no solo se centre en la prevención y defensa contra los incendios, pues apuntan que es necesario una gestión centrada en “recuperar la biodiversidad perdida por siglos de sobreexplotación”: “Es importante recuperar la superficie de laurisilva de la vertiente norte de la isla de Tenerife, intensificando la transformación de masas de pinos exóticos y de pino canario plantado fuera de su área potencial, así como de otras especies arbóreas exóticas”.
La asociación lanza este comunicado después de que “en determinados medios se asegurara que los incendios forestales son naturales en los ecosistemas canarios y que, por tanto, la vegetación está adaptada a los mismos”: “Con tales aseveraciones, que corren el riesgo de convertirse en dogma de fe, se soslaya el hecho incontrovertible de que la casi totalidad de los incendios actuales son producidos por el ser humano, con una frecuencia e intensidad muchísimo mayor que ese hipotético régimen natural cuya repercusión real, además, desconocemos”.
Explican que en las Islas no existen estudios que permitan afirmar que la flora canaria y los suelos que la sustentan están adaptados al fuego y “muy al contrario, estudios concluyentes demuestran el alto impacto negativo”. Asimismo, indican que es necesario estudiar y profundizar en los efectos de este incendio “y no hablar a la ligera restando importancia a sus consecuencias”.
Según la asociación, el tipo de fuego que se está produciendo en las Islas perjudica al suelo que sustenta la vida, la flora y la fauna y a procesos ecológicos esenciales, como la producción de agua. Además, aclaran que el pino canario, aunque sea resistente, no siempre rebota: “De hecho, los incendios de las últimas décadas están matando en una proporción significativa los pinos más antiguos y majestuosos, que son los que aportan mayor valor ecológico. Tenemos suficientes estudios científicos que demuestran que el pinar canario es mucho más que la suma de estas especies capaces de soportar el fuego”.
Tal y como explican, los incendios en Canarias no son episodios aislados, sino que son muy seguidos a un ritmo que no hay ecosistema que lo soporte. De igual modo, los pinos están quemados no solo por el fuego, sino por siglos de intervención humana y por la presencia de herbívoros invasores, como el muflón o el conejo. Este hecho explica la pobreza del pinar y, consecuentemente, el abundante número de especies amenazadas para las que el fuego es como “un juego de la ruleta rusa en el que nuestra depauperada flora tiene una alta probabilidad de desaparecer”.
“Queremos además resaltar que, frente a las propuestas que ahora se escuchan de volver a explotar nuestros espacios protegidos con las mismas fórmulas del pasado que han producido su retroceso y degradación, se debe potenciar, en cambio, una gestión conservacionista activa”, agregan.
El colectivo solicita un plan de restauración posincendio integral que sea lo suficientemente rápido como para desarrollar acciones urgentes, como es la lucha frente a la erosión del suelo. Además, recomienda el uso de semillas de flora endémica rara o amenazada en las zonas afectadas para potenciar su recuperación.