Moisés Simancas acumula galones en el análisis del sector turístico canario. Doctor en Geografía y profesor titular en la Universidad de La Laguna (ULL), Simancas es en la actualidad el responsable del Observatorio de Renovación Turística, adscrito a la Cátedra de Turismo Ashotel-CajaCanarias- ULL. A la vez, este joven geógrafo realiza funciones de coordinador y actúa como investigador principal en el proyecto de I+D+i ReinvenTur (sobre renovación e innovación turísticas), también vinculado al citado centro de enseñanza superior.
En esta entrevista, Moisés Simancas aborda las cuestiones centrales del turismo en las islas, es crítico con algunos fenómenos, valora muchas acciones que se han hecho bien o muy bien, y define los retos que el archipiélago tiene por delante para seguir siendo un destino turístico líder a escala mundial.
Quizá lo primero que convenga explicar es qué papel juega el geógrafo, su formación académica principal, en un ámbito aparentemente más propio de la disciplina económica como es el turismo y todas sus ramificaciones, que en Canarias son muchas. ¿Qué aporta el geógrafo al análisis integral de este sector productivo, el más importante de las islas?
El geógrafo desempeña un papel esencial en el análisis de la dimensión territorial del turismo. Aparte de los estudios con fuerte sesgo descriptivo y empírico, en sus análisis aporta la visión holística necesaria para entender el sistema turístico: la espacialidad del fenómeno turístico, la diversidad de espacios turísticos... Asimismo, es capaz de abordar procesos de planificación y de gestión territorial a través del análisis y el diagnóstico de sus estructuras, el diseño de productos turísticos, el aprovechamiento turístico de los recursos naturales y culturales, y la definición de modelos inteligentes de gestión.
¿Cuál es su papel actual en la Cátedra de Turismo Ashotel, CajaCanarias y ULL y con qué equipo multidisciplinar se cuenta para desarrollar las investigaciones que hay en curso?
Soy uno de los subdirectores. La Cátedra se ha convertido en el paraguas que aglutina a gran parte de los investigadores en diversas ramas de conocimiento de la ULL (economía, geografía, sociología, antropología, derecho…) que trabajamos en turismo. Se financia con las aportaciones de Ashotel y la Fundación CajaCanarias, y con los contratos de investigación. Ello permite contratar investigadores, habitualmente alumnos recién egresados o doctorandos; con lo que se contribuye a que se formen y avancen en sus tesis doctorales. Además, desde la Cátedra apoyamos las actividades del máster universitario de Dirección y Planificación del Turismo y el doctorado en Derecho, Sociedad y Turismo.
¿Quiénes diseñan el marco de actuación en el plano técnico, con qué periodos de desarrollo y de qué manera se financian todas las intervenciones: los análisis e investigaciones? ¿Realizan un trabajo totalmente independiente?
La independencia es la clave del funcionamiento de la Cátedra. Desde las entidades financiadoras nos piden asesoramiento sobre algunas cuestiones y colaboración en las actividades. Desde el consejo académico de la Cátedra, diseñamos las acciones a desarrollar cada año (seminarios, líneas de investigación, apoyo a actividades...). Tenemos claro que los recursos son escasos y debemos ser muy eficientes. Lo mismo sucede con nuestras investigaciones: pretenden ser útiles y aplicables, con el fin de aportar conocimiento en la toma de decisiones de los actores públicos y privados. Asimismo, la Cátedra apoya diversos proyectos de I+D+i y contratos de investigación que consiguen los profesores-investigadores, que completan la financiación de este órgano.
Ya llevamos algunos años, al menos desde 2010 en adelante, escuchando maravillas, magníficos datos macroeconómicos, acerca del comportamiento del flujo turístico hacia Canarias. Pero no solo esto, sino que también ha ocurrido algo parecido con los precios hoteleros, el gasto per cápita de los visitantes, la rentabilidad de los establecimientos hoteleros. ¿Va todo tan bien o esta bonanza, o quizá burbuja (qué es para usted), no deja ver muchos defectos estructurales?
Creo que el éxito de Canarias como destino turístico no solo es consecuencia de la inseguridad en los países del Mediterráneo. La moratoria turística (2001) fijó un modelo y con la crisis económica internacional se acentuó su implantación. Este ha demostrado tener un impacto positivo sobre los principales indicadores del negocio turístico y sobre la rentabilidad empresarial (llegada de turistas, número de pernoctaciones, estancia media, gasto e índices de ocupación, ingreso medio diario por habitación disponible...).
A modo de resumen... ¿Cuáles son hoy en día los principales cuellos de botella del turismo en el archipiélago? O sea, qué no se ha hecho aún y en qué, por lo tanto, se debe actuar a corto y medio plazo, para así consolidar el negocio en todos sus extremos: en la rentabilidad, en la ordenación espacial, en el empleo y su mejora cualitativa, en la consolidación de mercados de origen (fidelización), en la diferenciación y segmentación del producto turístico.
Canarias es la primera región de Europa en número de pernoctaciones. Sin duda, son datos que reflejan un indudable éxito económico, pero es necesario que se aborden importantes retos para mantener y consolidar este liderazgo, tales como la sostenibilidad, la gobernanza del destino, la calidad de los productos y servicios ofertados, la innovación, el cambio tecnológico…
¿A usted a veces no le asusta que los políticos solo se empeñen en dar valor al crecimiento en la llegada de extranjeros? La cosa ha ido muy bien, sí, pero cuánto de ese aumento relativo es “prestado”, quizá en torno al 50%, como dice un trabajo del Servicio de Estudios del BBVA. ¿Por qué se intenta ocultar o dejar de lado que gran parte de nuestro éxito está relacionado con las guerras, el terrorismo y las crisis políticas en países de la cuenca mediterránea, como son los casos de Túnez, Egipto, Turquía e incluso Grecia?ocultar
No creo que se oculte. Indudablemente, parte del récord histórico alcanzado en 2016 es consecuencia de los problemas en nuestros destinos competidores. Sin embargo, también creo que gran parte de ese éxito es porque Canarias es un destino reconocido como líder a escala mundial, que, además, está sabiendo reinventarse a través de su adaptación constante a las expectativas de la demanda.
Aterricemos en Canarias y analicemos su realidad político-legislativa. ¿Qué le ha parecido la aprobación de la conocida como ley de las islas verdes, lo de abrir otros espacios insulares al turismo de masas casi como ya existe en las cuatro islas que dominan este negocio? ¿Cómo lo ve usted y qué efectos se pueden dar en términos de sostenibilidad en islas como El Hierro, La Gomera y La Palma? ¿Qué tiene de positivo esta reforma? ¿Era necesaria?
La moratoria turística fue la primera que diferenció esos dos grupos de islas. Cuando esto se hizo, el legislador entendió que estábamos ante dos modelos de desarrollo territorial del turismo. Esas islas no tienen los recursos naturales (sobre todo playas) ni las infraestructuras de las consolidadas (Tenerife, Gran Canaria, Fuerteventura y Lanzarote). Lo que se ha hecho es facilitar a los promotores de proyectos singulares que los puedan desarrollar adecuadamente. Los límites territoriales de esos proyectos vendrán definidos por los vectores propios (ambiental, social, económico e institucional) de la sostenibilidad y la competitividad territorial y, por ello, también el riesgo de aparición de desequilibrios estructurales y desajustes en las múltiples dimensiones de la sostenibilidad territorial de cada espacio insular, al superar su capacidad de carga turística y con repercusiones en las infraestructuras, equipamientos y servicios.
Y ahora el otro gran asunto legal en trámite parlamentario: la futura Ley del Suelo. ¿Le gusta? ¿Es un acierto y está en la línea de consolidar la idea de sector turístico que usted apoya en las islas? ¿Cuáles son los aspectos que ve más críticos, si cree que hay alguno?
El actual texto del proyecto de ley no aborda la ordenación territorial de las áreas turísticas. Creo que es necesario corregir la compleja maraña legal que se ha generado en los últimos 15 años en Canarias, así como un rediseño de los instrumentos y procesos de ordenación territorial.
Canarias depende en un porcentaje muy amplio de lo que decidan británicos y germanos a la hora de elegir destino para el descanso o las vacaciones. Esto seguirá siendo así por ahora, y gracias. ¿Hay más margen para crecer en estos mercados? ¿Y en otros de países comunitarios?
Siempre es posible crecer, sobre todo incidiendo en la variable precio. Sin embargo, volvemos a lo que comentamos con anterioridad: ¿interesa seguir incidiendo en la dimensión cuantitativa del turismo o es mejor hacerlo en términos de eficiencia y eficacia del modelo turístico canario? En coherencia con lo que ha sucedido con el crecimiento turístico en Canarias, basado históricamente en las amplias escalas de producción y en el volumen, seguimos obsesionados con superar marcas en la llegada de turistas. Creo que debemos plantearnos el modelo turístico en términos de eficiencia.
Estos días ha habido mucha polémica acerca de los planes municipales de modernización (PMM), concebidos para ordenar, rehabilitar y cambiar la cara de determinados espacios caducos y a la vez instrumentos de actuación complejos que se eternizan y a veces no cuentan con el consenso adecuado entre las propias administraciones públicas y los agentes económicos privados que en ellos interactúan. ¿Cómo ve este apartado y qué balance hace de lo conseguido?caducos
Los PMM se han revelado como los mecanismos adecuados de ordenación y gestión urbanística para desbloquear, viabilizar y agilizar la ejecución de los proyectos de renovación de los espacios privados (las infraestructuras turísticas de alojamiento y complementarias) en las áreas turísticas maduras y, sobre todo, la aplicación de los incentivos considerados en la Ley 2/2013. Constituyen soluciones pioneras, novedosas y singulares, en cuanto se plantean como planes ad hoc que intentan alejarse de los criterios e instrumentos de gestión marcados por las normas generales de la actividad urbanística y por las mismas pautas que rigen la ordenación de los espacios no turísticos.
Estos planes se proyectan como instrumentos de carácter excepcional, vigencia indefinida y escala precisa para proceder a la transformación del modelo de ordenación de los espacios públicos y privados en las áreas turísticas maduras. Ello se debe a que funcionan como atajo legal y desbloqueo de los planes urbanísticos. Su creación refleja la rigidez de este sistema de planificación territorial y, sobre todo, del planeamiento urbanístico que afecta a las áreas turísticas, aparte del alejamiento de la lógica y la dinámica del mercado turístico. No obstante, estos no pueden -ni deben- sustituir a los planes generales de ordenación de los municipios turísticos.
Sin embargo, la función esencial de los PMM es la de servir de soporte instrumental y cobertura para viabilizar y agilizar los convenios urbanísticos, cuya firma previa se plantea como un requisito indispensable, sobre todo en los procesos de regeneración de los espacios privados en las áreas turísticas. Quizá este constituye el principal leitmotiv de los PMM. Estos convenios permiten la suscripción voluntaria de acuerdos bilaterales de voluntades, con naturaleza jurídico-administrativa, entre el correspondiente ayuntamiento y las personas físicas o jurídicas, públicas o privadas, titulares de los intereses y derechos urbanísticos de la parcela objeto de renovación edificatoria (física). De esta manera, los convenios urbanísticos aportan a los PMM la operatividad que precisan, a la vez que constituyen su parte ejecutiva.
Usted y su compañero Raúl Hernández, economista, realizaron una investigación que titularon Reinventando los alojamientos turísticos. ¿Cuáles fueron las conclusiones estrella de ese estudio y qué avances en esa línea se han podido ver en el territorio isleño?Reinventando los alojamientos turísticos
El libro intentó poner en valor diez ejemplos de renovación de alojamientos turísticos acometidos en Canarias. La premisa fundamental que articula el libro es que la renovación resulta esencial, sobre todo si consideramos que los establecimientos de alojamiento turístico y los equipamientos de ocio constituyen activos estructurales de las áreas turísticas de litoral y, por tanto, una parte fundamental de su potencial turístico. Para ello, las operaciones de renovación deben incluir tanto actuaciones físicas, sobre el hardware, como intervenciones sobre elementos más relacionados con la operativa y la funcionalidad, es decir, el software. A su vez, la eficiencia de las primeras radica en el hecho de que deben trascender la mera intervención física y, por supuesto, la rehabilitación edificatoria, que comprende la obra menor o de estricto mantenimiento y el ornato (conservación). Estas operaciones deben servir para lograr, entre otras, las siguientes acciones.
En primer lugar, que se permita afrontar cambios e innovaciones en los distintos elementos del sistema de alojamiento turístico, como el modelo de negocio, la comercialización, la forma de gestión empresarial, la estructura organizativa y de recursos humanos, la prestación de servicios... A este respecto, consideramos que el diseño de los modelos de negocio para cada alojamiento es el que debe determinar, entre otros aspectos, las reformas físicas a acometer. En este sentido, la metodología del proyecto Nosolocamas, promocionado por Ashotel, constituye una referencia pionera y básica en esta materia.
En segundo lugar, que se contribuya a romper el círculo de la depreciación de los establecimientos de alojamiento turístico, con la consiguiente repercusión sobre la disponibilidad de fondos económicos susceptibles de ser destinados a la renovación de instalaciones, equipos y servicios turísticos. Ese proceso acentúa su deterioro y desfase, lo que es susceptible de incrementarse a medio y largo plazo al disminuir tanto la rentabilidad como la diversidad y la calidad de los servicios. Este proceso provoca, a su vez, una pérdida de cuota de mercado, con el consiguiente impacto sobre los principales indicadores del negocio turístico.
En tercer lugar, que se posibilite el incremento de categoría, e incluso el cambio de modalidad de alojamiento turístico. Esta ha sido la premisa fundamental que ha marcado el devenir de la moratoria turística, articulada en torno a la estrategia de cualificación (excelencia) y especialización del modelo de oferta de alojamiento turístico, vía modalidad (hotelera) y categoría (igual o superior a las cuatro estrellas). Se trata de una estrategia dirigida a la búsqueda del paradigma cualitativo y, por ende, a la gama alta de los alojamientos turísticos. Ello supone un cauce para incrementar los precios, con el consiguiente impacto positivo sobre los indicadores de la rentabilidad empresarial en los alojamientos turísticos, sobre todo la tarifa media diaria (ADR) y los ingresos medios por habitación disponible (RevPAR). Asimismo, supone implantar una estrategia de upgrading, con el consiguiente proceso ascendente en la cadena de valor, lo que provoca un alejamiento de las actividades con bajas barreras de entrada y un reposicionamiento hacia aquellas actividades donde lo intangible e inmaterial representa un factor de competitividad esencial.
En cuarto lugar, que se prevenga o corrija el deterioro o la mala imagen de las edificaciones turísticas. Ello puede representar una pérdida de calidad turística para el destino (incluye los procesos de demolición y esponjamiento o reconversión). Asimismo, permite integrar innovaciones, soluciones técnicas actualizadas y obligaciones normativas relacionadas con el uso eficiente de energías y consumos de agua; también la incorporación de soluciones arquitectónicas bioclimáticas en los equipamientos, cuestiones cada vez más apreciadas por los clientes.
En quinto lugar, que se rompa con la tradicional estrategia de rejuvenecimiento de las áreas turísticas de litoral a través de la incorporación de nuevas plazas turísticas. En este sentido, las estrategias de renovación siempre van a ser necesarias para el reposicionamiento competitivo y la adecuación a los requerimientos de la demanda en las urbanizaciones antiguas, con peores condiciones de explotación y competitividad y que, a diferencia de las más recientes que colonizan nuevos espacios, se localizan en los sectores de litoral más privilegiados desde el punto de vista del potencial turístico. Por último, se genera empleo, lo que posibilita, sobre todo, la contratación de mano de obra parada procedente del sector de la construcción.
Canarias sigue dando la espalda al alquiler vacacional. Mucho se ha hablado de esta oferta, que cuenta con un decreto regulador en las islas que deja en el limbo en torno al 90% de los establecimientos existentes. ¿Qué piensa a este respecto? ¿Deben las islas abrirse a esta nueva modalidad, como se ha hecho en otros espacios de uso turístico intensivo en España? ¿Qué problema hay?
El alquiler turístico de viviendas vacacionales se está planteado como el modelo disruptivo de negocio, de comercialización y explotación que las unidades alojativas extrahoteleras obsoletas en el destino turístico Canarias precisan para mantener, e incluso mejorar, su competitividad. Prueba de ello es que un informe de la Consejería de Turismo (2015) prevé que 58.645 plazas de viviendas vacacionales se localicen en las áreas turísticas del litoral de Canarias. Ello supone el 48,13% de la oferta de viviendas vacacionales y el 13,01% del total de alojamiento a escala regional. Los factores que justifican, en gran medida, el éxito de este tipo de vivienda de alquiler vacacional son el desarrollo de métodos electrónicos de pago seguros y la consolidación de los intermediadores turísticos o centrales de reservas no convencionales, como las redes sociales, los sistemas de reputación online y, sobre todo, los portales, inicialmente las grandes plataformas globales online (online travel agencies); en la actualidad, las plataformas peer to peer (P2P) de alojamiento.
A pesar de esta importancia, el Gobierno de Canarias ha prohibido en 2015 esa fórmula del alquiler vacacional o similar en suelo turístico. El efecto más inmediato de esa decisión es la exclusión de la explotación reglada de la vivienda de alquiler vacacional en las urbanizaciones turísticas o de uso mixto ubicadas en las áreas turísticas del litoral. Ello evita que estas puedan beneficiarse de sus múltiples potencialidades, dando lugar a una serie de conflictos.
En mi opinión, la vivienda de alquiler vacacional constituye una fórmula darwinista del modelo alojativo canario. Por ello, consideramos necesario afrontar una reformulación de la normativa canaria para que se ordene, sobre todo en el momento actual, en el que se intenta reinventar el modelo turístico en este destino. Así, en lugar de demonizarlos, con la consiguiente prohibición, la normativa debe asumirlos adecuadamente como una parte de su estructura, procediendo a su planificación y gestión a través de la adecuada regulación jurídica y la incorporación en los instrumentos de ordenación territorial (escalas regional e insular) y de planeamiento urbanístico (municipal). Por tanto, la solución no pasa por su prohibición, sino por una adecuada regulación. Para ello se debe avanzar en el conocimiento y la cuantificación de estos procesos, así como en el fomento de formas que permitan la convivencia entre ambos usos.
El negocio turístico en las islas seguirá teniendo como componente principal la atención en masa, pero, poco a poco, se han ido abriendo y consolidando otros segmentos vinculados a actividades o espacios complementarios: deportes náuticos, naturaleza, observación astronómica, experiencias rurales, gastronómicas... Son avances minúsculos, pero... ¿Cree que es un camino necesario, unido a la existencia de servicios de extrema calidad en los hoteles, que puede hacer a las islas menos dependientes del turismo de masa? ¿Qué plantea usted acerca de la obligada diversificación de la oferta?
El actual éxito competitivo de un modelo turístico se articula en la diferenciación, la segmentación y la diversificación. El principal factor de atracción de Canarias como destino turístico es el clima, asociado a unas adecuadas instalaciones, equipamientos y servicios turísticos. Vinculado a lo anterior, el documento Turismo Panorama 2020, de la Organización Mundial del Turismo (OMT), llama la atención acerca de nuevos segmentos de mercado basados en el espectáculo, la emoción y la educación. A su vez, uno de los ejes principales del plan Horizonte 2020, de la Secretaría General de Turismo del Ministerio de Industria, Energía y Turismo de España (2007), ya subrayó y reafirmó la creación de valor a través de experiencias turísticas que diferencien y potencien la personalidad de los destinos turísticos. Ambas cuestiones responden a los recientes cambios de tendencia y hábitos de consumo en la demanda turística que apuntan hacia un mercado donde el turista asume cada vez más un papel activo y protagonista en todo el proceso.
Este cambio de orientación en la forma de entender el turismo ha coincidido con la puesta de moda en diversos foros profesionales y académicos del concepto de experiencia turística. Ello está haciendo que la oferta alojativa y de servicios turísticos, aún siendo de calidad, ya no sea suficiente para conseguir la satisfacción plena de los usuarios en cuanto que “no se venden productos, sino que se consiguen emociones, se tienen experiencias”.
¿Cambiaría algo en la promoción turística que hacen las instituciones públicas canarias o le parece que está todo bien...?
Creo que las iniciativas que ha desarrollado Promotur están siendo inteligentes y adecuadas. Se están tomando decisiones inteligentes y se han planteado campañas de promoción desde el conocimiento de la actividad turística. Lo mismo está sucediendo a escala insular (cabildos) e incluso municipal. Lo que no se debe perder es la marca Canarias como destino turístico. Hay que evitar situaciones pasadas de atomizaciones en las marcas.
Seguro que ha seguido la evolución de Puerto de la Cruz. ¿Cómo ha visto las actuaciones desarrolladas en este espacio obsoleto y dónde debe posicionarse la ciudad, como ejemplo de qué y mirando a quiénes?
No solo la he seguido sino que, desde la Cátedra de Turismo y el grupo de investigación de la Universidad de La Laguna en el proyecto ReinvenTur, trabajamos en el plan de rehabilitación de infraestructuras turísticas de Puerto de la Cruz, el documento que sustentó el PMM. Puerto de la Cruz es un ejemplo real de reconversión de un destino y un ejemplo de cómo se deben planificar, y sobre todo gestionar, las estrategias de renovación inteligente e integral de un destino obsoleto. Considero que el papel del Consorcio Urbanístico para la Rehabilitación de Puerto de la Cruz ha sido decisivo, así como la adecuada articulación de los agentes, públicos y privados, implicados en este sistema turístico.
Llegamos al final... ¿Cuáles son los grandes retos de futuro, a medio plazo, en el sector turístico de Canarias?
Remito al lector al libro ¿Existe un modelo turístico canario?, editado por la Consejería de Turismo, Deportes y Cultura del Gobierno de Canarias y el Vicerrectorado de Relaciones con la Sociedad de la Universidad de La Laguna. Como indica el profesor Raúl Hernández en el capítulo 1, “un rasgo definitorio de Canarias como destino es la debilidad de los impactos económicos, es decir, la insuficiente capacidad que tiene la actividad turística propiamente dicha (no la construcción de nuevas infraestructuras) para convertirse en un elemento dinamizador de la economía”.
Creo que los agentes públicos y privados involucrados en el modelo turístico han sabido adaptarse a las nuevas demandas. Asimismo, observo con agrado la incorporación de perfiles cualificados de empresarios, técnicos y profesionales que están introduciendo las nuevas tendencias turísticas. Ellos van a ser los protagonistas del salto cualitativo. Del mismo modo, las administraciones públicas, en diferentes niveles competenciales, han asumido su papel clave en la implantación de un programa de actuaciones que rediseñe el espacio público en las áreas turísticas. Ello se debe, entre otras cuestiones, a que son absolutamente indispensables e indisoluble, para hacerlas visibles e incluso viables las operaciones de renovación de los espacios privados.
Indudablemente, cuestiones como la mejora de la redistribución territorial del turismo (cada isla es un destino turístico), la cualificación del empleo, la formación académica, la gobernanza, la tecnología, la constante renovación… son los retos del modelo turístico canario.
Y para ya concluir... ¿Qué aporta la universidad al desarrollo y a la innovación del turismo en las islas?
El turismo se ha consolidado como asunto de investigación, docencia y transferencia en ambas universidades públicas canarias. Hay investigadores y profesores trabajando en iniciativas y equipos competitivos a escalas nacional e internacional. Se trata de poner en valor nuestra experiencia (know-how) aprendida y acumulada. Esta se erige como el factor de competitividad ante destinos o modelos emergentes o, por el contrario, obsoletos. Hay que intensificar la relación entre la universidad pública y la sociedad que la sustenta. Se trata de hacer universidades útiles, que aporten conocimientos para la toma adecuada de decisiones.