Greenpeace 'cierra' tres playas del sur de Tenerife para denunciar la contaminación de las costas canarias
Cierre simbólico de playas para poner de manifiesto la contaminación que afecta a las costas tinerfeñas “de forma recurrente”. Activistas de Greenpeace sorprendieron este viernes a los bañistas de tres playas del sur de Tenerife con un acto de protesta que incluyó la instalación de balizas, cintas de emergencia y carteles con mensajes contundentes: “Playa contaminada por urbanismo salvaje”; “La playa no es una cloaca”.
El Médano, La Tejita y el Valle de Güímar fueron los objetivos de la tripulación del Esperanza, barco de la organización ecologista que, durante estos días, permanece en el puerto de Santa Cruz de Tenerife para denunciar y a la vez difundir los problemas medioambientales que aquejan al archipiélago.
La elección de esos tres espacios costeros de Tenerife no es fruto de la casualidad. Las tres playas han sido tristes protagonistas de episodios de contaminación que, para Greenpeace, solo son una muestra de las graves deficiencias en depuración de aguas que aquejan a Canarias.
“Es intolerable la contaminación recurrente de las playas por la dejadez de las administraciones que no ponen medios para atajar el problema. No podemos seguir ignorando esta situación. Exigimos que se ponga freno al crecimiento urbanístico desbocado y el cese de vertidos al mar que amenazan la salud de la población y entornos naturales de gran valor”, declaró Paloma Nuche, responsable de la campaña de Costas de Greenpeace.
La Tejita sufrió hace recientes fechas un derrame de queroseno que obligó a cerrarla debido a la rotura de una tubería de abastecimiento de combustible del aeropuerto Tenerife Sur; un episodio que puso en serio riesgo a la reserva natural de Montaña Roja.
En El Médano son frecuentes los episodios de contaminación por aguas fecales con la exposición de los bañistas a bacterias potencialmente peligrosas. Y, para finalizar, la cercanía de un polígono industrial en el Valle de Güímar se une a los vertidos de aguas sin depurar que contaminan las aguas.
Este cierre simbólico, explican, sirve para visibilizar, a través de la situación que sufren estos tres puntos costeros, los problemas que aquejan a los litorales canarios.
Presión desmesurada
Presión desmesuradaLa salud del mar en Canarias es el fruto de la “urbanización desmesurada que tiene lugar en el Archipiélago”. Greenpeace asegura que Canarias “vierte aguas al mar a través de 394 puntos, de los que 277 no están autorizados”. 69 de estos vertidos, mantienen desde la organización ambientalista, se hacen directamente a playas destinadas al baño y pusieron como ejemplo paradigmático a la propia isla de Tenerife en la que hay 172 vertidos de los que 113 no cuentan con autorización. En este sentido, la formación ecologista recordó el caso de Güímar, que incumple la normativa europea y ha sido uno de los responsables de la multa de 20 millones que la UE impuso a España. Los ecologistas señalan que la construcción de infraestructuras destinadas a transportar combustibles son un factor de riesgo continuo para el litoral del Archipiélago.
Greenpeace aprovechó su viaje a Tenerife para dar a conocer su informe A toda costa, en el que denuncian el tremendo incremento de la presión urbanística sobre las costas españolas, en general, y en Canarias, en particular. Solo en las islas, las superficies urbanizadas se han incrementado un 130% en los últimos 30 años, muy por encima del 105% de la media nacional. En tres décadas se han construido un total de 16.000 hectáreas, solo en Canarias.
“La riqueza natural de las islas Canarias es la base de su desarrollo económico, y por ello es imprescindible su sostenibilidad futura. Un modelo de desarrollo basado en la conservación es el mejor medio para conseguirlo. El freno a la urbanización desbocada, apostar por un turismo sostenible y la depuración de las aguas han de ser prioridades políticas”, finalizó Nuche.