Uno de los mayores encantos de perderse por las callejuelas de muchas capitales es encontrar lugares llenos de magia y de historias que contar. Este es el caso de la LibreriÌa de Mujeres, situada en una de las calles que parte de la céntrica plaza Weyler de Santa Cruz de Tenerife.
Izaskun Legarza NegriÌn, una antigua docente y amante de la literatura, decidioÌ dejar las aulas y dedicar su vida a los libros tras afrontar la decisioÌn de abrir ese negocio, en el que solo se venden obras escritas por mujeres. Inspirada en la LibreriÌa Mujeres de Madrid, lugar del que Izaskun Legarza habla con mucho carinÌo, abrioÌ su propia versioÌn en Canarias en 2010, sin miedo a la gran recesioÌn. Hoy en diÌa, trabaja junto a su hermana MariÌa JoseÌ Legarza NegriÌn.
A lo largo de nueve anÌos y desafiando todos los pronoÌsticos de voces desalentadoras que veiÌan la quiebra poco tiempo despueÌs de la apertura, este lugar se ha convertido en uno de los nuÌcleos de la lucha feminista en la sociedad santacrucera. Ese tipo de libreriÌa existe desde el siglo pasado en las grandes capitales, pero LibreriÌa de Mujeres es la pionera y uÌnica en Canarias.
“Desde que llegamos, la acogida fue muy buena, no solo desde el propio colectivo, sino de toda la ciudad. La clientela masculina es muy amplia y todo el mundo que entra se da cuenta de que es un lugar abierto a todas las personas para que encuentren la literatura que buscan y descubrir autoras que no van a encontrar en otras libreriÌas”, cuenta Legarza.
Sus estanteriÌas son la clara prueba de que se puede llenar un establecimiento solo con nombres femeninos, pero que, por alguna razoÌn, el ciÌrculo vicioso del olvido se las traga con el paso de los siglos. La duenÌa de la libreriÌa puso el ejemplo del contexto histoÌrico de Charles Dickens, autor de claÌsicos universales que se estudia en distintos niveles de Bachillerato.
“Si nos trasladamos a su eÌpoca, se sabe que eÌl mismo tiene autoras de las que escribe criÌticas muy positivas. Sin embargo, eÌl pervive y ellas no. Digamos que el canon las acepta mientras viven, pero maÌs adelante la tradicioÌn las obvia. Pero cuando se recuperan esos nombres pasan cosas como esta libreriÌa, que se llena con la creacioÌn de mujeres no solo actuales, sino del siglo XIX, XVIII y anteriores. Claro que, cuanto maÌs hacia atraÌs se vaya en el tiempo, menos son, pero tambieÌn son menos las personas que escriben en general”.
El escenario para las autoras contemporáneas
Para Izaskun Legarza, el movimiento feminista ha servido para que muchas editoriales y distribuidoras apliquen nuevas estrategias de marketing relacionadas con el geÌnero, a pesar de que algunas veces no es una iniciativa sincera y comprometida.
No obstante, esto no afecta a la existencia de muy buenas autoras a escalas regional, nacional e internacional. Hay algunas que no comulgan con ese movimiento y lo manifiestan puÌblicamente, asiÌ como existen muchas otras que llevan su vida dentro del activismo en la lucha por la igualdad. Si bien es cierto que las uÌltimas pueden ejercer su derecho a la libertad de expresioÌn sin tanta presioÌn como antes; las desigualdades se siguen denunciando.
La librera hizo hincapieÌ en la importancia de la literatura no solo para el feminismo, sino para cualquier movimiento social. “Las luchas estaÌn muy imbricadas a todo lo que tiene que ver con la escritura y a nivel teoÌrico es fundamental que existan personas que argumenten el porqueÌ de las causas, posibilidades... Pero a nivel de imaginacioÌn es incluso maÌs importante porque se abren mundos distintos”, comentoÌ con los ojos brillantes. NombroÌ a Ursula K. Le Guin como ejemplo praÌctico con su obra La mano izquierda de la oscuridad, novela de ciencia ficcioÌn en la que no existe el concepto de geÌnero.
Libros creados por ordenadores
Por otro lado, la librera resaltoÌ el efecto negativo que tiene sobre la juventud la literatura de mala calidad. “Hay veces que me encuentro con novelas que simplemente estaÌn mal escritas, no solo con erratas sino que cometen errores gramaticales continuamente y recuerdan a una redaccioÌn de los primeros ciclos de Secundaria”, comentoÌ Legarza.
La mayor consecuencia de esto es que, si el nuevo puÌblico lector se acostumbra a este tipo de estructuras simples e incluso mal construidas, será mucho maÌs complejo que se acerquen a grandes claÌsicos de la literatura, tanto de siglos pasados como actuales.
En este sentido, hizo una especie de comparacioÌn con la creacioÌn sistemática que podriÌa hacer un ordenador. “La parte creativa en ese tipo de novelas desaparece porque son tan simples y estaÌn articuladas de una forma tan repetitiva y esquemaÌtica que es como si la idea se dejara a que un ordenador la desarrollara. Y se nota mucho, porque la literatura de calidad nace de los buenos artistas”.
Uno de los subgeÌneros maÌs susceptibles a esa problemaÌtica es el juvenil, el cual ha tomado muchiÌsima maÌs fuerza en los uÌltimos anÌos a caballo de los libros autoeditados. “Dentro de esta nueva literatura, hay cosas buenas, pero tambieÌn las hay muy malas”, apuntoÌ.
Lo cierto es que estos libros representaron en 2017 el 12,5% de las ediciones, y solo el 0,5% de ese porcentaje representaron segundas ediciones. No obstante, se mostroÌ bastante optimista a la hora de admitir que algunos nombres contemporaÌneos pasaran a la historia por la riqueza de su bibliografiÌa, entre los que destaca Diamela Eltit, Marta Sanz o LeiÌla Slimani.
¿Cómo remediar la falta de hábito lector?
Izaskun Legarza atribuyoÌ el desapego de las personas a la lectura al tocar la etapa adulta con la falta de tiempo por el freneÌtico ritmo de vida. Uno de los remedios que propone para evitar ese gran paroÌn es dejar que las personas disfruten de la experiencia de escuchar las historias.
“Leer en la calle, por ejemplo; lecturas en los espacios laborales, en los hogares... Volver un poco a los cuentos de las abuelas, pero tambieÌn entre los adultos, permitir que nos lean”.
Por otro lado, consideroÌ importante tener en cuenta los gustos personales de cada persona a la hora de acercarla a los grandes claÌsicos de la literatura. Si, por ejemplo, una joven interesada por lo romántico pero a la vez por la criÌtica social le pidiera consejo, la librera optariÌa por Jane Austen por la forma en la que construye su narrativa. “Si es una persona maÌs interesada en lo moderno, me la llevo a autoras hispanohablantes que innoven en la construccioÌn de sus textos”, reconoce la librera de Santa Cruz de Tenerife.