Paloma Nuche, doctora en Ecología: “Canarias está matando su gallina de los huevos de oro con vertidos y urbanizaciones”

Vicente Pérez

Santa Cruz de Tenerife —

“Canarias se está cargando la gallina de los huevos de oro, y hay que frenar la destrucción de su franja costera, que alberga ecosistemas únicos en el mundo, base de la riqueza de las islas, por lo que se debe apostar por un turismo ordenado y sostenible”. Es la advertencia de la doctora en Ecología Paloma Nuche, autora del informe A toda costa, de Greenpeace, y una de las activistas que viaja a bordo del buque Esperanza.

Esta embarcación está atracada hasta el domingo en la capital tinerfeña, como escala de su periplo para denunciar la “degradación” de los ecosistemas españoles situados entre el mar y 10 kilómetros tierra adentro.

La ecóloga, que atiende a Tenerife Ahora al pie del barco de la ONG (antigua embarcación de bomberos rusa a la que se ha adaptado un motor eléctrico), explica que, de los 1.583 kilómetros de litoral en Canarias, el 20% está ya “totalmente degradado”, sin ecosistemas naturales, pasto ya del proceso urbanizador, convertido en superficie “artificial” de cemento, asfalto y zonas de ocio.

Por provincias, la de Las Palmas es la que se lleva la peor parte, con el 30% de línea de playa urbanizada, lo que supone que en esas islas “un tercio de sus ecosistemas está destruido”. El dato supone un incremento del 5,5% en el periodo 2005-2014, que es el analizado en el informe de Greenpeace. En las islas de la provincia de Santa Cruz de Tenerife la ocupación humana del litoral baja al 10%, aunque también con un aumento del 4,6% en esa misma etapa.

La especialista en ecología apunta que en su informe ha analizado a escala provincial la evolución de la ocupación del suelo, por la presión urbanizadora, desde la ribera del mar hasta 10 kilómetros tierra dentro, con cartografía del Instituto Geográfico Nacional (IGN), por lo que no se ha entrado de lleno en el problema de los vertidos residuales al mar, aunque afirma que son resultado también de esa intensa urbanización.

Las islas, una “cloaca para los vertidos”

“Greenpeace -enfatiza- es consciente del problema de los vertidos incontrolados en Canarias, con casi 280 puntos de expulsión al mar sin autorización en el último censo oficial, y por eso consideramos que Canarias no puede seguir siendo una cloaca”.

Al respecto, recuerda que la Justicia europea condenó en julio a España a una sanción multimillonaria por incumplir la normativa comunitaria en depuración de aguas residuales, entre otros motivos por arrojarlas al mar sin depurar en el Valle de Güímar y en el nordeste de Tenerife (esta última comarca cuenta ya con una estación depuradora ampliada y en la sureña se halla en construcción).

“Si seguimos incumpliendo, cada seis meses de retraso en aplicar la normativa serán 11 millones de euros más de multa a España, y en algunos casos no estarán las depuradoras hasta finales de 2019”, lamenta Nuche.

En su evaluación sobre el estado de la franja costera en Canarias (en el informe de Greenpeace se refiere al espacio comprendido entre la línea de playa y 10 kilómetros hacia el interior del territorio), reconoce que la superficie total “degradada” no es de las más altas entre todas las comunidades autónomas, 11,9%, pero sí es destacable que en el periodo 1987-2014 sea donde más se incrementa el proceso urbanizador (130%, frente a la media nacional del 105%), lo cual indica que “en plena burbuja inmobiliaria” se siguió consumiendo mucho suelo en el archipiélago.

Por todas estas razones, Greenpeace reclama medidas para blindar las playas de construcciones y que se promulgue una nueva Ley de Costas que se centre en la conservación de los bienes y servicios ambientales que provee la franja costera, ya que la actual “solo protege los ecosistemas de excelencia y el dominio público marítimo terrestre”.

Activista argentina con acento canario

El barco Esperanza estará atracado en la dársena de Los Llanos del puerto chicharrero hasta el domingo 12, y el público podrá visitarlo de 17.00 a 21.00 desde este viernes; el fin de semana, además en horario vespertino, de 10.00 a 14.00.

Una de las activistas que viaja en este barco es la argentina Marisel Kreder, que lleva siete años como voluntaria en Greenpeace. Entre sus experiencias más intensas figuran las protestas contra los polémicos sondeos de Repsol frente a Lanzarote y Fuerteventura, en 2014.

Aclara que ella se acercó en un barco de la organización ecologista al buque plataforma que realizaba aquellas prospecciones petrolíferas en aguas profundas, pero no fue testigo del incidente con la Armada española, en el que resultó herida una miembro italiana de Greenpeace, si bien evoca que fue un episodio muy desagradable para la organización no gubernamental.

Confiesa sentirse en Canarias como en casa, porque, en diversos lugares del mundo, la confunden con una canaria, por su acento argentino, ya amortiguado.