La asociacioÌn LGTBI+ Diversas es una entidad social (ONG) radicada en el Valle de La Orotava, en el norte de Tenerife, y nace en 2015 con el propoÌsito de reivindicar y proteger las necesidades y los derechos de las personas integradas en ese colectivo.
En su momento, un grupo de activistas se dio cuenta de la ausencia de acciones en ese aÌmbito que existía en el norte de Tenerife y decidieron emprender el viaje de la concienciacioÌn y la educacioÌn continuas en los centros educativos.
Durante los uÌltimos cuatro anÌos, Diversas ha intervenido con talleres en los 12 institutos que hay en La Orotava, Los Realejos y Puerto de La Cruz (los municipios integrantes del Valle de La Orotava) con el lema Compartir, educarnos y luchar, asiÌ como en la organizacioÌn de distintas citas que fomentan la visibilizacioÌn del colectivo y la tolerancia entre la población.
Sergio Siverio, natural de Los Realejos, es uno de los principales integrantes de Diversas y accedió a esta entrevista para hablar largo y tendido sobre la asociacioÌn, los principales retos a los que se ha enfrentado y las carencias legislativas que siguen afectando a las personas LGBTI+ en España y Canarias.
Tan importante es la existencia de Diversas en el Valle de La Orotava que, a mitad de la entrevista, realizada en una cafeteriÌa, una madre desesperada por la situacioÌn de su hijo en el colegio se acercoÌ a Sergio Siverio para pedirle ayuda.
Vamos a profundizar un poco en el sentido de aquel lema de la asociacioÌn Diversas. ¿En queÌ se traducen esas tres palabras: “Compartir, educarnos y luchar”?
Nosotros trabajamos en varios sectores. Compartir, en el sentido de que no solo estamos para hacer acciones hacia el exterior, sino tambieÌn hacia el interior. La gente que viene a la asociacioÌn puede compartir sus experiencias de vida y sentirse bien con otras experiencias de gente que ha sufrido LGTBIfobia o que viviÌa su diversidad sexual oprimida. Ese espacio de compartir para nosotras es suÌper importante, muy emocional, y trabajamos para generar espacios de encuentro entre las personas.
Educarnos, porque creemos que es algo fundamental para cambiar mentalidades y generar la ansiada tolerancia ante la diversidad sexual y de geÌnero de todas las personas. Por eso las acciones que hemos hecho han estado centradas en los centros educativos con talleres para joÌvenes y con un formato un tanto distinto. Lo que hacemos es escuchar lo que dice el alumnado y, a partir de ahiÌ, desmontamos una serie de mitos que hay sobre el colectivo LGTBI. Es importante valorar lo que ellos dicen en sus intervenciones para poner sobre la mesa esos pensamientos y detectar las carencias.
Por uÌltimo, luchar con acciones que hagan que la ciudadaniÌa tome consciencia sobre los derechos LGBTI. En este sentido, hemos organizado el Orgullo del Valle de La Orotava, que ya lleva dos ediciones y ha disenÌado un programa muy especiÌfico para esta comarca, ya de por siÌ maÌs desabastecida que el aÌrea metropolitana en ese tipo de iniciativas.
También tenemos una sensibilizacioÌn muy potente en las redes sociales porque son plataformas fundamentales desde las que hay que lanzar mensajes positivos. AdemaÌs de estar presente en el Valle, formamos parte de la FederacioÌn Estatal de Lesbianas, Gays, Trans y Bisexuales, y estamos involucrados en el plan de sexualidad de Los Realejos y en el Consejo Municipal de Igualdad de GeÌnero de La Orotava. TambieÌn en las mesas por la creacioÌn de la ley de igualdad social y no discriminacioÌn por motivos de identidad de geÌnero e intervenimos en mejorar la ley canaria trans. Formamos parte de la mesa insular LGTBI. A su vez, estamos vinculados a otras entidades y personas que han estado defendiendo los derechos LGBTI a escala insular.
¿CuaÌl ha sido el mayor reto a la hora de educar a la juventud que cursa estudios de Secundaria?
Hay muchos prejuicios que estaÌn arraigados en la poblacioÌn y tambieÌn entre los jóvenes, tal vez hasta con maÌs fuerza en este grupo. Si bien pensaÌbamos que este sector habiÌa avanzado y habiÌa superado ciertos mitos sobre el colectivo, vimos que hay muchiÌsimo trabajo por hacer.
Muchas veces nuestros talleres son muy emocionales, cosa que promocionamos mucho porque es lo que nos desmarca. De esta manera, cuando uno quiere tocar las vivencias maÌs iÌntimas de las personas, muchas veces nos desbordamos porque lo que hemos vivido es algo que sigue ahiÌ. Cuando terminamos un taller y se nos acerca un joven para darnos las gracias porque hace una semana habiÌa pensado en el suicidio por ser gay, siendo un chico de 14 anÌos en un instituto donde nadie le presta atencioÌn y guarda sus problemas bajo la alfombra, vemos que este es uno de los mayores retos a afrontar.
Por lo demaÌs, a veces nos encontramos con profesorado resistente a que esto entre en las aulas, pero siempre es una minoriÌa. “No es tan grave como dicen, lo que dices no es verdad, tal vez estaÌn exagerando un poco...”. Son ejemplos de lo que nos hemos encontrado, pero insisto que no es la generalidad.
¿Y con las AMPA han tenido problemas?
Todo lo contrario. Cuando la pibada, como digo yo, vuelve a casa despueÌs de un diÌa de talleres y lo comenta en la sobremesa con las familias nos llegan comentarios positivos como “queÌ bien que se esteÌ educando en todas estas cuestiones”.
No dudamos en ninguÌn momento de que haya familias opuestas a que se realicen este tipo de cosas en los centros educativos. No hay maÌs que ver que en el aÌmbito poliÌtico hay partidos que respaldan la abolicioÌn de este tipo de contenidos por ser una ideologiÌa de geÌnero. Yo estoy de acuerdo con que es una ideologiÌa, pero basada en el respeto maÌs riguroso a los derechos humanos, puesto que los derechos LGTBI lo son.
Quienes no quieran defender los derechos humanos, pues no seÌ queÌ hacen en la ensenÌanza puÌblica. Porque parte de su misioÌn no solo es cumplir con el derecho de los joÌvenes a ser educados en cuestiones afectivo-sexuales, sino que es un deber de las instituciones puÌblicas defender este tipo de cuestiones y llevarlas a las aulas.
¿Han tenido la oportunidad de ofrecer talleres integrando el alumnado con sus familiares?
AuÌn no, aunque es algo que queremos hacer porque cuando hablamos de acciones en materia educativa no solo debemos intervenir con la juventud, sino en toda la comunidad educativa y eso incluye a las familias y al profesorado. Sin embargo, lo que siÌ hemos hecho y seguimos en ello son intervenciones especiÌficas con joÌvenes que estaÌn sufriendo por ser LGBTI+. Los acompanÌamos en su proceso de aceptacioÌn de la diversidad sexual y por extensioÌn, al verse ellos en esto, lo hacen tambieÌn sus familias. En estos casos, las resistencias son fuertes porque tienen la situacioÌn delante.
No es lo mismo hablar de la diversidad de forma geneÌrica a que sean tus propios hijos e hijas. Es ahiÌ cuando aparecen ciertas implantaciones de la cultura judo-cristiana muy arraigadas, como “queÌ habreÌ hecho mal como padre o madre, por queÌ mi hijo va a sufrir tanto”... Es asiÌ como, a la par que los joÌvenes viven un proceso de aceptacioÌn de siÌ mismos, las familias hacen algo parecido, casi en paralelo para aceptar la realidad de esas personas. Al final, nos encontramos que, donde hay amor y empatiÌa, ambos caminos terminan cruzaÌndose siempre a favor de la felicidad.
En ninguÌn momento son intervenciones psicoloÌgicas porque no contamos con esa dotacioÌn. SiÌ es verdad que en la entidad tenemos un educador social que lleva muchos anÌos interviniendo en estos casos y experiencias, pero nos centramos maÌs bien en el apoyo personal. Diferenciamos mucho lo que nosotras hacemos, en un empenÌo de compartir y hacer menos sufrida esta experiencia, de lo otro, que es el tutelaje.
EspanÌa fue una de los paiÌses pioneros en legalizar el matrimonio igualitario, que entró en vigor con 2007. Pero ustedes, como asociacioÌn involucrada en esta realidad, ¿queÌ carencias siguen observando en el plano legal?
Al conseguir la aprobacioÌn de esa ley, creiÌmos que habiÌamos alcanzado todos los derechos puesto que podiÌamos contraer matrimonio de la misma forma que las personas heterosexuales. Pero quedaba toda una parte desprotegida y sin legislar que era fundamental. Cuando vimos aprobado ese derecho tan fundamental como es el matrimonio y la formacioÌn de la familia, nos percatamos de la falta de proteccioÌn que teniÌan las personas que sufriÌan LGTBIfobia en las calles, centros educativos, sanidad, deporte, cultura, deporte, asilo...
Todo eso es a lo que no se le prestoÌ atencioÌn en aquel debate del matrimonio, porque era lo urgente al fin y al cabo. Es algo que sigue hoy sobre la mesa y es apremiante resolverlo. La necesidad legislativa ahora mismo pasa por la aprobacioÌn de la Ley de Igualdad LGBTI+, que estaÌ en el Congreso de los Diputados, hecha y tramitada pero que se estaÌ bloqueando por parte de determinados partidos que pensaÌbamos que nos iban a apoyar. El Partido Socialista, siendo el que aproboÌ el matrimonio igualitario, es el mismo que ha bloqueado esa ley. TambieÌn hay partidos que han sido cobardes a la hora de mostrar la prioridad especiÌfica de que se apruebe esta ley en el Congreso. Ha sido redactada por grandes entidades, ya no solo las conectadas directamente con el colectivo, sino otras como AmnistiÌa Internacional, por poner un ejemplo.
Hablemos de esa Ley de Igualdad LGTBI+. ¿QueÌ medidas propone para proteger al colectivo y por queÌ es tan necesaria incorporarla?
En esa ley hay un paquete de medidas para cubrir las necesidades de personas que dentro de este colectivo sufren una discriminacioÌn doble o triple, y me refiero a las personas trans. Si la homosexualidad o bisexualidad son orientaciones invisibles, la identidad de las personas trans es cuestionada constantemente.
Este ha sido el principal punto para que no se aprobara la Ley de Igualdad LGBTI+. Creemos que las personas de la poliÌtica no estaÌn preparadas para esto y deben formarse mucho para llegar a comprender lo que sufren las personas trans. Se quieren regular cuestiones sanitarias de estas personas para acabar de una vez por todas con la patologizacioÌn a las que muchas veces se ven sometidas.
No son enfermas mentales y no siempre necesitan pasar por todas las medidas psiquiaÌtricas porque viven “disfobia de geÌnero”, que es lo que dice la Ley 3/2007. Esto estaÌ completamente desfasado y necesita una modificacioÌn total, porque las personas trans para obtener el cambio en el DNI tienen que pasar por dos anÌos de tratamiento de hormonas obligatorio y un largo informe psiquiaÌtrico. Nosotras a todo esto apelamos con la autodeterminacioÌn de geÌnero. Todo eso hay que legislarlo y seguir educando.
AdemaÌs, esta ley incorpora la obligacioÌn en los centros educativos de incorporar materias sobre diversidad afectivo-sexual en la programacioÌn anual. En el gran olvidado aÌmbito del deporte, se tratan medidas para atajar temas como ofensas personales a profesionales de este aÌmbito cuando aceptan su sexualidad y lo declaran puÌblicamente. Y luego está la calle, donde hay un graviÌsimo problema con los delitos de odio y no se denuncian.
Estas agresiones, que pueden llegar al asesinato, se comenten exclusivamente por ser LGTBI o parecerlo, seguÌn muchos estigmas sociales. Esta ley lo que pretende es sancionar esas acciones con medidas administrativas, mayor nivel de inspeccioÌn y formacioÌn a los cuerpos de seguridad del Estado, entre los que hay bastantes carencias, a pesar de que existen muchas excepciones.
¿QueÌ medidas o elementos usted recomendariÌa a la AdministracioÌn puÌblica a la hora de crear planes de concienciacioÌn y educacioÌn sobre la diversidad sexual?
Sin duda, lo que hay que fomentar es la empatiÌa, que es lo que falta en todas las medidas de prevencioÌn y concienciacioÌn tomadas hasta ahora. Nosotros hicimos un taller hace poco en la Facultad de Medicina de la Universidad de La Laguna en unas jornadas que organizaba la AsociacioÌn de Estudiantes de Medicina de Tenerife, y en lugar de hacerlo de forma teoÌrica y tradicional, hicimos una dinaÌmica llamada El mundo invertido. ConsistiÌa en ponerlos en el supuesto de que la mayoriÌa de la poblacioÌn fuera homosexual y luego tres personas, que voluntariamente se ofrecieron para ello, eran heterosexuales.
Al terminar se dieron cuenta de todo el sufrimiento que cargan las personas LGTBI y lo empezaron a ver cuando se pusieron en la piel del colectivo. AsiÌ que es fundamental incorporar medidas formativas que no pasen por lo mismo de siempre; por lo tanto, medidas educativas que fomenten la empatiÌa y el respecto innegociable de los derechos humanos.