La Policía Nacional ha informado de la detención de un hombre de 39 años que reside en el área de San Andrés, en Santa Cruz de Tenerife, que es uno de los presuntos delincuentes más buscado de la isla, con 33 antecedentes por robos con fuerza y con violencia.
Sobre él pesaba una orden de búsqueda y captura por detención ilegal y amenazas con arma blanca y robo con fuerza. Una vez detenido, la autoridad judicial ha decretado su ingreso en prisión, donde ya estuvo varios años, según ha informado la Policía Nacional.
Su última detención se produjo a raíz de la sustracción de un vehículo de alquiler y las amenazas al empleado de la compañía de coches que acudió a ayudarle a él y a otro individuo cuando tuvieron un accidente.
De acuerdo con el relato policial, los dos habían sustraído un vehículo de alquiler, varios dispositivos electrónicos y diversa documentación y tarjetas de crédito en el sur de Tenerife.
Cuando se dirigían hacia la capital tinerfeña, sufrieron un accidente que les obligó a contactar con la empresa de alquiler, si bien se negaron a dar datos personales, y exigieron la sustitución del vehículo accidentado.
Un empleado de la empresa de alquiler se personó en el lugar del siniestro, donde fue increpado por los dos individuos, y accedió a trasladarlos en su coche a una oficina de la compañía para entregarles otro coche.
Introdujeron en el vehículo del empleado una serie de objetos como patinetes eléctricos y dispositivos electrónicos, lo cual hizo sospechar a este de la posibilidad de que fueran robados.
Durante el trayecto, el copiloto sacó un punzón y amenazó al empleado de la empresa de alquiler para que les llevara a la zona de Santa Clara, donde se bajó y se llevó los efectos.
Después, el empleado fue con el otro individuo al local de la compañía de alquiler, donde mientras amenazaba y reclamaba otro vehículo fue avisada la Policía Nacional.
Los agentes detuvieron al hombre que estaba en el local, a quien intervinieron numerosa documentación y objetos que fueron reintegrados a sus propietarios.
La Policía averiguó la identidad del otro sujeto, estableció un control específico y fue localizado días después por una patrulla.
Cuando fue interceptado, se negó a ser identificado, inició un forcejeo tratando de hacerse con el arma reglamentaria de uno de los miembros del coche patrulla y fue reducido y esposado después de agredir a ambos policías.
Durante el traslado a dependencias policiales el detenido amenazó a los policías y causo desperfectos en el vehículo.