Los tres acusados de acabar con la vida de un empresario, que murió ahorcado en su casa en abril de 2013 en el norte de Tenerife, para los que la Fiscalía pide 21 años de prisión, han negado las acusaciones durante sus declaraciones en el juicio, que se celebra en la sección segunda de la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife.
Dos de los acusados han asegurado que nunca han estado en la vivienda del fallecido, con el que tenían relaciones empresariales, mientras que el otro de los supuestos asesinos ha reconocido que sí estuvo en la casa el día de los hechos, aunque ha asegurado que solamente fue para acompañar a otro de los acusados para realizar unos recados.
José Luis P. ha relatado que el día del asesinato se encontraba en la calle cuando se encontró con Óscar Mario T., quien le ofreció cien euros y una videoconsola a cambio de llevarle con su coche a recoger un dinero a casa de su socio y comprar unos materiales para la reforma de un local que habían alquilado para abrir un negocio.
Ha señalado que Óscar Mario, que según la versión del acusado llevaba una caja de herramientas, una pata de cabra y unos guantes, tocó en la puerta de la vivienda del fallecido, con quien entró en el domicilio después de haberle saludado.
José Luis ha explicado que el otro acusado salió de la casa y le dio una bolsa en la que estaba una videoconsola y un teléfono móvil, que son dos objetos que supuestamente habían robado en la casa de la víctima varios meses antes.
El acusado, que es el único de los tres que está en prisión, ha comentado que cuando su compañero le pidió que entrase en la casa vio como el señor que había abierto la puerta tenía las manos atadas y estaba de rodillas con la cabeza apoyada en un baúl.
Ha asegurado que intentó desatarle las manos, pues le estaba pidiendo auxilio, y que cuando estaba intentando quitarle los nudos Óscar Mario le dio una patada en la cadera y le amenazó con hacerle algo a su hijo, de ocho años.
José Luis ha comentado que después de ese momento no vio más al propietario de la vivienda y que ayudó a Óscar Mario, que había guardado en su ropa dinero y joyas, a llevar una caja fuerte al coche, ante el miedo de que le hiciese daño a su hijo.
Cuando ya habían abandonado el lugar, Óscar Mario le dijo que se buscase la vida para tirar en la dársena pesquera la caja fuerte que había dejado en su coche, según la versión de José Luis, quien ha reconocido que en sus primeras declaraciones ante la policía y el juez se inventó las cosas porque Óscar Mario estaba en la calle y tenía miedo de que le hiciese algo a su hijo.
Mientras tanto, Óscar Mario ha negado que haya asesinado al empresario y ha asegurado que nunca ha estado en la casa del fallecido, con el que iba a montar un negocio y con quien tenía una buena relación.
Ha señalado que José Luis le pidió unas herramientas, que se las dejó y se las llevó en su coche, mientras que ha reconocido que el fallecido le debía dinero, aunque no le preocupaba porque cada vez que le hacía falta dinero le llamaba y se lo daba sobre la marcha.
El otro de los acusados, Francisco Javier A., para el que la Fiscalía además pide otros seis años de prisión por tenencia ilícita de armas, ha insistido en que nunca estuvo en casa del fallecido.
A su vez, ha relatado que la víctima estaba preocupada por el posible desahucio que podía sufrir en esos días, por lo que le encomendó que buscase dinero para evitarlo.
Francisco Javier ha señalado que las armas que encontraron en el registro que le hicieron eran unas armas de decoración que había en la discoteca del fallecido y que no sabía que eran de verdad.