Un agricultor acusado de haber realizado un ataque informático a una empresa alemana y conseguir de esta manera que le transfirieran 56.000 euros a sus cuentas, de los que habría conseguido hacerse con 36.000 antes de que se descubriera la estafa, ha alegado que ese dinero lo recibió de un crédito.
Ahora bien, no ha podido concretar la persona o entidad financiera que le prestó esos 56.000 euros ni ha aportado contrato alguno, durante el juicio celebrado este lunes en la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife.
La Fiscalía y la acusación particular, que representa a la compañía afectada, del sector de los cosméticos, piden dos años de prisión y la devolución del dinero apropiado mientras que la defensa solicita la libre absolución de su cliente.
El hombre ha declarado que se dedica al cultivo del plátano y ha dicho no recordar que el 12 de mayo de 2020 aparecieron 56.000 euros en su cuenta bancaria en concepto de transferencia pero sí que por aquellas fechas le habían hecho un préstamo dada su precaria situación económica.
Otra de las explicaciones ofrecidas a lo largo de este proceso judicial fue que en realidad había obtenido 46.000 euros de la venta de un tractor.
Nada más recibir el dinero, el hombre envió a otra cuenta suya 6.000 euros que según la acusación sería lo que habría cobrado por prestarse a participar en esta operación dando sus datos bancarios, pero que el acusado atribuyó a que la entidad financiera le pidió que hiciera un ingreso para desbloquear la cuenta.
El abogado de la empresa alemana cree que el procesado no tiene conocimientos informáticos como para realizar una operación de estas envergadura, que consistió en entrar en el correo de un directivo y ordenar a la encargada de pagos que hiciera esta transferencia.
Pocos días después se intentó realizar esta misma operación por 98.000 euros aunque fue bloqueada, ya que en ese momento los dos directivos se habían dado cuenta de lo ocurrido.
La estrategia habría consistido también en que cuando los correos salieron y entraron de la cuenta del director ya hackeada pasó por la papelera o la carpeta de spam, con lo cual éste nunca los habría llegado a ver y no se enteraría de lo ocurrido hasta que días después habló con la encargada de los pagos.
La acusación ha detallado que en apenas 48 horas se llegaron a extraer 38.000 euros en efectivo tanto en ventanilla como por cajero, por cantidades que oscilaron entre 1.000 y 20.000 euros.
Los directivos de estas empresa dedicada a los cosméticos han sido interrogados como testigos por medio de videoconferencia y han ratificado el relato de las acusaciones.
El 11 de mayo de 2020 se hizo una transferencia a una cuenta a nombre del acusado después de que así lo ordenara supuestamente el director, pero éste lo negó de forma tajante y dijo que jamás llegó a ver el mensaje ni lo ha recuperado.
La directiva ha señalado que poco después recibió otra orden para transferir 98.000 euros a la misma cuenta, que fue paralizada cuando se descubrió lo que estaba ocurriendo.
La Fiscalía no considera creíbles las explicaciones del acusado en cuanto que por su profesión como agricultor poco o nada tendría que ver con el sector de los cosméticos, y ha resaltado las contradicciones en las que ha incurrido a lo largo del procedimiento.
La defensa ha criticado la instrucción y que no se hubiera concretado quién es la persona que pudo llevar a cabo el supuesto hackeo y ha considerado normal que el banco le requiriera documentación.
El acusado ha intervenido al final del juicio y ha dicho que en aquellos tiempos estaba pasando por una mala situación económica y por ello se vio obligado a solicitar un préstamo de algo más de 50.000 euros, de los que retiró sobre la marcha 6.000.