La Fiscalía de la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife ha solicitado seis años de cárcel para una mujer a la que acusa de delitos de retención ilegal en grado de tentativa, al intentar llevarse a dos niños en la capital tinerfeña cuando estaban con sus familias.
En el primer caso, según la acusación pública, la procesada aprovechó el descuido de los padres cuando un niño se encontraba en el exterior de un bar, lo cogió con fuerza y se lo llevó corriendo.
Sin embargo, un empleado del bar que lo vio avisó inmediatamente a los familiares y un tío del niño persiguió a la carrera a la mujer y consiguió liberar al niño, pese a que la mujer seguía agarrándolo con fuerza a la vez que insultaba y escupía al familiar.
En ese momento comparecieron en el lugar agentes de la Policía Local, que observaron cómo la mujer intentó huir del lugar, pero pudieron interceptarla y detenerla.
El segundo intento, según la Fiscalía, tuvo lugar cuando una madre se disponía a coger una guagua en el Intercambiador de Santa Cruz con sus dos hijos menores y se encontró con la procesada, que se dirigió a la madre y le dijo directamente: “Dame al niño”.
Acto seguido, agarró a uno de los niños con fuerza y trató de llevárselo, pero su madre sujetó a su hijo y consiguió liberarlo.
La imputada, según la acusación, comenzó a perseguir a la madre y a los niños por la estación mientras gritaba: “Quédate con mi cara”.
La madre avisó a la policía, pero los agentes no pudieron localizar a la presunta autora.
Como consecuencia de este episodio, los dos menores sufrieron un gran susto y reviven de forma cíclica el temor a que se repita esta situación traumática.
Tras ser detenida y puesta a disposición judicial, se decidió enviar a la mujer a la Unidad de Salud Mental del Hospital Universitario de Canarias para su valoración psicológica.
El resultado fue que la mujer se mostró consciente, orientada y tranquila, sin dar señales de que estuviera intoxicada por alguna sustancia y tampoco presentaba déficit de amnesia.
No se detectaron ideas delirantes, de muerte o suicidio y el examen concluyó que conservaba el juicio de la realidad pero padecía un trastorno de inestabilidad emocional de personalidad límite.
Este trastorno, según los médicos, no le impide conocer la maldad de sus actos y pese a ello actuar tal y como supuestamente lo hizo.
Aquel mismo día, la mujer fue dada de alta y una semana después volvió a intentar repetir la conducta.
Aunque en este caso no se presentó acusación, ante la “peligrosidad criminal y la gravedad de los hechos”, la juez ordenó como medida cautelar urgente su ingreso en prisión provisional hasta el día del juicio.
Además de los seis años de cárcel, la Fiscalía pide que abone 3.000 euros a cada uno de los menores que hayan quedado afectados por estas acciones.
Como pena accesoria se solicita que cuando salga de prisión, en caso de que sea condenada, deberá permanecer durante cinco años alejada medio kilómetro de las víctimas y no podrá comunicarse con ellos.
La mujer, que es extranjera, es objeto de una orden de expulsión del país.