El magistrado Pedro Herrera, presidente del tribunal de jurado del caso Eólico de Canarias, ha dejado este viernes por la mañana en libertad al acusado Alfredo Briganty, que fue arrestado el jueves en Marbella (Málaga) después de que el mismo juez dictara contra él una orden de detención e inmediata disposición en el juzgado tras no comparecer a la primera sesión del juicio, prevista para el pasado miércoles. “No estaba fugado en absoluto”, ha defendido el abogado madrileño, que espera que la vista se celebre para “que se sepa la verdad y toda la verdad”. “Se van a quedar muy sorprendidos”, ha vaticinado.
Un coche policial ha conducido a Briganty a dependencias judiciales tras su detención en Marbella y su paso por los calabozos de esta localidad de la Costa del Sol y de Las Palmas de Gran Canaria, adonde llegó el jueves por la noche. El acusado del caso Eólico pidió el habeas corpus, al entender que su detención había sido arbitraria, pero su solicitud fue rechazada. Finalmente el coche policial que trasladaba a Briganty ha entrado en el garaje de la Ciudad de la Justicia de Las Palmas de Gran Canaria a las 9.14 horas.
El abogado madrileño ha comparecido ante la Sala que lo debe juzgar, que ha decidido dejarlo en libertad después de que se comprometiera a acudir a las sesiones de un juicio en el que, de momento, se defiende a sí mismo, ya que su hasta ahora letrado Álvaro Campanario renunció la pasada semana por discrepancias en la estrategia de defensa.
En declaraciones a los medios de comunicación a las puertas de los juzgados, Briganty trató de justificar su ausencia del miércoles. “No vine porque pensé que tenía el legítimo derecho a no venir y, además, por no intoxicar la constitución del tribunal del jurado. Al ser yo abogado y acusado podría intoxicar, toda vez que el abogado pregunta”, ha manifestado el acusado del caso Eólico, que asegura que existe doctrina que avala su posición e incluso un manual, “curiosamente del señor (Salvador) Alba Mesa” , magistrado procesado por la presunta comisión de cinco delitos, que sostiene que cuando hay un acusado que es a la vez abogado “puede intoxicar al juzgado”.
En la misma línea, ha manifestado que la abogada de una de las partes le advirtió de que impugnaría la conformación del jurado si comparecía en este acto. “Pues mira, era preferible no ir, porque yo quiero que esto se celebre, que se celebre rápido y se sepa la verdad y toda la verdad. Se van a quedar muy sorprendidos”.
Briganty ha insistido en que ha estado “en permanente contacto con el juzgado” y que ha presentado escritos a través de su procurador, el último el pasado 12 de junio, en el que comunicaba su ausencia a la primera sesión del juicio. El abogado mantiene que no ha tenido tiempo de “estudiar en profundidad” el sumario del caso, puesto que, según dijo, no ha dispuesto de él hasta la semana pasada, y que, por ello, pidió suspender la vista por el plazo de un mes. “No es tanto tiempo (...) Para mí no es nada sencillo poder autodefenderme”.
“Mi estrategia de defensa no es más que defender la verdad y es mi inocencia. Una persona inocente no puede más que defender su inocencia por mucho que le propongan pactos y le propongan avenencias. No estoy para pactos ni para avenencias”, ha aseverado Briganty, que ha negado que su actuación responda a una maniobra. “¿Cómo va a ser una maniobra si tenemos el dato objetivo de que me quedo sin abogado el día 4 de junio? No soy yo quien lo quita. ¿Cómo voy a quitar yo a mi amigo el señor Campanario?”.
Briganty, que se enfrenta a una pena de un año y seis meses de cárcel y a una sanción de 150.000 euros, ha anunciado también que recurrirá la multa de 18.000 euros que le ha impuesto la sala en su condición de abogado por no presentarse a la primera sesión del juicio. “En mi humilde opinión, su señoría no tiene razón. Tengo hasta el día 22 para recurrir. Me lo han comunicado hoy. Espero que las aguas vuelvan a su cauce”, ha indicado.
Briganty ha estado representado este viernes, en el acto de constitución del tribunal del jurado, por el abogado Ramón Mora Valdés, de su despacho en Madrid, aunque ha asegurado que ha contactado con dos letrados de Las Palmas de Gran Canaria para valorar si le pueden defender en el juicio. “La agenda está muy ocupada y seguro que no puedo estar todos los días”, ha justificado.
Según el escrito de acusación de la Fiscalía, Briganty, en su condición de abogado, ejercía de representante de una serie de inversores interesados en participar en el concurso eólico de 2004 y llegó a un pacto con Celso Perdomo, ex director general de Industria del Gobierno de Canarias, en común acuerdo con el empresario José Ignacio Esquivel, representante de una de esas empresas, Promotora de Recursos Eólicos 2004, para obtener favores en el concurso a cambio de dádivas. Esta sociedad pagó a Perdomo 12.700 euros el 13 de agosto de 2004. El dinero no se transfirió directamente a las cuentas privadas de Perdomo o de su pareja, la también acusada Mónica Quintana, sino a Proarguineguín SL, empresa que había realizado obras de albañilería en la casa que ambos compartían.