El acusado de intentar matar a su expareja con una llave inglesa reconoce los hechos

Efe

Las Palmas de Gran Canaria —

Un hombre que intentó en 2013 asesinar a su expareja, a la que golpeó repetidamente en la cabeza con una llave inglesa y luego apuñaló, ha reconocido este martes los hechos ante la Audiencia de Las Palmas, ha perdido perdón por ellos y ha aceptado la condena que proponen para él las acusaciones.

El procesado, Yuri Virgilio C.E., se enfrenta a una solicitud de 21 años y 9 meses de prisión por parte del fiscal y de la acusación que representa a la víctima, que inicialmente demandaban condenas más graves, de entre 28 y 32 años de cárcel.

Su abogado defensor, al reconocer los hechos su cliente, se ha adherido a la condena solicitada por las acusaciones al tribunal, que ha dejado el juicio visto para sentencia.

Los hechos ocurrieron la mañana del 20 de noviembre de 2013, cuando el procesado se presentó en la casa de su expareja, situada en Las Palmas de Gran Canaria, con una bolsa en la que llevaba la llave inglesa con la que la atacó, entre otras herramientas.

Al acusado se le imputa un delito de intento de asesinato con agravante de parentesco, uno de lesiones al hijo de su expareja, a quien hirió cuando salió en defensa de su madre; otro de maltrato habitual y un cuarto delito por quebranto de condena, ya que tenía prohibido comunicarse y aproximarse al domicilio de la que había sido su novia.

El procesado, de nacionalidad peruana y que se encontraba en situación irregular en España, había sido condenado en 2010 por el Juzgado de Instrucción número 7 de Telde por un delito de lesiones y otro de amenazas en el ámbito familiar, una condena cuya remisión se produjo el 2 de mayo 2013.

Tanto la expareja como su hijo han ratificado sus declaraciones anteriores ante el tribunal, así como un vecino que auxilió al chico y dos policías que intervinieron en la detención del acusado, quien tenía sometida a su expareja, a la que controlaba su vida e impedía incluso ir a trabajar, según ha señalado el fiscal.

El procesado ha declarado que cuando sucedieron los hechos era adicto a las “pastillas, al alcohol y hachís”, y que el sentirse engañado fue el “detonante de su reacción”, de la que está “muy arrepentido”.

En su derecho a la última palabra, ha insistido en su arrepentimiento y ha dicho que “no era dueño de sus actos”.

Según el relato de los hechos del fiscal, reconocidos por el acusado, la agresión se produjo en la cocina de la vivienda, donde atacó con la llave inglesa de forma sorpresiva a su expareja mientras le preparaba un café.

Conforme al escrito del fiscal, los gritos de la madre despertaron a su hijo de 16 años, quien acudió en su auxilio y la halló ensangrentada en el suelo.

El procesado ha admitido que le dio un golpe en la cabeza al joven tras manifestarle: “Mira lo le hago a la puta de tu madre y lo que te voy a hacer a tí”, si bien el chico pudo salir de la casa malherido en busca de ayuda.

El hijo regresó al domicilio con un vecino, pero no pudo frenar la agresión del acusado, quien los echó de la casa y, tras cerrar la puerta, cogió un cuchillo de cocina y siguió atacando a su expareja hasta que la Policía consiguió entrar en la vivienda y reducirlo.

El procesado además estaba obsesionado con que su expareja le era infiel y hacía responsable de las crisis de esta relación al hijo de ella, quien asumió un rol pasivo y sumiso, y presentaba una sintomatología depresiva y “enorme vulnerabilidad”.

Las acusaciones solicitan que el acusado indemnice a su expareja con 250.000 euros por las secuelas físicas y psíquicas que sufre, y al hijo de esta con 12.000 euros, y además reclaman una prohibición de comunicación y aproximación a ambos.