Un Jurado ha declarado este viernes culpable de homicidio al joven marroquí que el 12 de agosto del año pasado mató a golpes a un hombre en un edificio abandonado de Las Palmas de Gran Canaria, unos hechos por los que ahora se enfrenta a una posible condena de hasta 15 años de cárcel.
Ismail E.K., de 23 años, reconoció desde el mismo día de los hechos a la Policía que había dado una paliza a la víctima, José Luis Santana, tras haber discutido por él porque consideraba que le había robado un billete de 20 euros.
El procesado mantuvo esa versión en su declaración ante la Audiencia de Las Palmas, donde trató de convencer al Jurado de que no quería matar a Santana, sino solo golpearle, y de que en ese momento estaba afectado por un importante consumo de drogas.
El tribunal se basa en su confesión para declararle culpable de los golpes que provocaron la muerte a Santana, pero desestima el resto de su versión: primero, porque no hay pruebas del supuesto robo de los 20 euros, y segundo, porque el propio acusado se negó el día de los hechos a que se le hicieran un examen médico que hubiera determinado si estaba o no bajo los efectos de alguna droga.
En cuanto a si tenía o no la intención de matar a José Luis Santana, siete de los nueve miembros del Jurado han determinado que, o bien quería acabar con su vida, o bien debía de ser consciente de que ese podía ser el resultado de los golpes que le estaba propinando por todo el cuerpo con una barra de hierro.
El veredicto se apoya en este punto en el informe del médico forense y en “la magnitud” de las lesiones que describe: rotura de costillas, del esternón, del hígado y de los riñones, lo que provocó a la víctima una hemorragia interna que acabó con su vida.
El Jurado considera que, fuera cual fuera la razón por la que Ismail E.K. pegó a la víctima, necesariamente debía ser consciente de las consecuencias de un ataque tan “desproporcionado”.
El tribunal admite en favor del acusado que, desde que llegó la Policía al edificio, se reconoció autor de la paliza que había sufrido Santana, algo que su defensa ha pedido que le sea reconocido como atenuante de confesión a la hora de dictar sentencia.
En su derecho decir la última palabra, Ismail E.K. se ha quejado de que los hechos “no se han investigado bien”.
En vista de este veredicto, la fiscal del caso ha solicitado 15 años de cárcel para el procesado por homicidio, mientras que la defensa ha recomendado que se imponga a su cliente la pena mínima prevista para ese delito o, al menos, la pena rebajada en un grado.